Gesta colegial en CanadáTuvieron que ir lejos...muy lejos. Salieron de su campus en Mayagüez, dejaron atrás el aire tropical de su Isla caribeña y recorrieron una larga travesía hasta alcanzar las gélidas tierras al norte de Canadá. Llegaron, literalmente, a la puerta del Ártico, a estudiar las comunidades indígenas para darse cuenta de que la realidad de su propia patria no es muy distinta; para verse reflejados en el inmenso espejo de ese lado del universo. Nueve estudiantes de diversas disciplinas del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), junto al profesor Cecilio Ortiz, tuvieron la oportunidad este semestre de visitar, durante ocho días, varios poblados ubicados a lo largo del Río Moose en la provincia de Ontario, como parte de un acuerdo colaborativo internacional. La misión fue conocer de cerca y aprender sobre el concepto de sostenibilidad, específicamente en el caso de las tribus Cree, pertenecientes a las sociedades indígenas canadienses denominadas First Nations. "El propósito es lograr a través de la colaboración institucional entre universidades un mejor entendimiento, un acercamiento más profundo al concepto de sostenibilidad y cómo lograr insertar ese pensamiento en todo lo que hacemos. El proyecto en particular le da atención a problemas específicos de áreas rurales", precisó el doctor Ortiz, quien junto a la doctora Marla Pérez Lugo, lideran la iniciativa en el RUM. Los catedráticos del Departamento de Ciencias Sociales, explicaron que se trata de un consorcio junto a Michigan Tech University, de Estados Unidos; Universidad de Sonora y Universidad de Aguas Calientes, en México; y Lakehead University, así como University of Northern British Colombia, de Canadá. Cada país del colectivo aporta los fondos a su universidad, mientras que el Recinto los obtiene a través de una subvención del Departamento de Educación de Estados Unidos. "Originalmente, se contemplaba el intercambio de estudiantes durante el semestre, más bien a nivel graduado, pero se le dio la libertad a las diferentes universidades para que decidieran en qué podían aprovechar mejor ese dinero. Nosotros no tenemos alumnos graduados en Ciencias Sociales, así que decidimos concentrarnos en el curso corto de verano que era donde nuestros estudiantes subgraduados podían sacar más provecho", contó Pérez Lugo. De hecho, ambos destacaron que este viaje es la segunda parte de la iniciativa, que comenzó el año pasado con un recorrido por las comunidades de Hermosillo en Sonora, México. En esa ocasión, los colegiales seleccionados para esa etapa, junto a sus pares estadounidenses, mexicanos y canadienses, analizaron los problemas de abastecimiento y calidad del agua, ya que era el mayor reto que enfrentaban sus habitantes. El próximo verano serán los puertorriqueños los anfitriones cuando reciban a los representantes de esos países en la Isla. La tripulación colegial Este año, le tocó el turno a Shakira Rosario y Alexander Collado, de Ingeniería Química; Héctor Franqui, de Ingeniería Eléctrica y de Computadoras; Pamela Rosa, de Ciencias Agrícolas; Arlyn Avilés y Melissa Reyes, de Ciencias Sociales; y Stephanie Quintana, Josandra Arroyo y Angélica Valdés, de Ciencias Políticas. Su denominador común es que habían tomado, de manera sobresaliente, los cursos de Sociología Ambiental, Administración Pública, Ciencias Sociales o Ciencias Políticas con los profesores Ortiz y Pérez Lugo, lo que les garantizaba el bagaje académico necesario para insertarse en el proyecto. "Se esperaba que todos ellos desde el conocimiento que han ido generando en su disciplina pudiesen aportar al entendimiento de lo que era la sostenibilidad en esta comunidad. Y entonces empezaron a desarrollar un vocabulario común. Esta situación es lo que más que se acerca al objetivo al que aspirábamos, la transdisciplinariedad o, un poco menos, la interdisciplinariedad", aseguró la profesora. Fue así como el colectivo se embarcó en esta aventura, que los llenó de conocimientos y, al mismo tiempo, los confrontó con serias revelaciones. Cada uno de los jóvenes pudo integrar a su respectiva área de estudio, aquellos aspectos que más le interesaban. No obstante, en los temas comunes de discusión y aprendizaje, la visita de campo los llevó a reflexionar y a traer de vuelta sólidas conclusiones. "Lo que hicimos fue compartir algunos de los problemas sociales, ambientales y económicos que enfrentan esas tribus", manifestó el doctor Ortiz, quien agregó que los jóvenes confraternizaron con los principales líderes y representantes tanto de estos grupos como de las entidades gubernamentales y comerciales de la región. Todos los tripulantes colegiales coincidieron en que una de las sorpresas más grandes fue darse cuenta de que el principal concepto que fueron a estudiar, no es tan evidente y que los esfuerzos por preservar los recursos se ven empañados por los distintos intereses de la sociedad. "A mí me llama mucho la atención el campo del desarrollo económico, entonces esa fue la experiencia que yo pude mirar. Me di cuenta de que la sostenibilidad es una meta a la cual nosotros deberíamos empezar a movernos, pero en este momento no existe", opinó Angélica, quien cursa su quinto año en un doble bachillerato en Ciencias Políticas y Economía. A esta joven le impresionó, al igual que sus compañeros, la diversidad de voces de los diferentes sectores, cuyos puntos son válidos desde su perspectiva, pero contraproducentes a la hora de conciliarse. Nombraron como ejemplo el hecho de que una representante de los First Nations defendiera su postura de conservar su estilo de vida tradicional, mientras que para otros integrantes de la tribu, la meta hacia el progreso incluye obtener ventaja económica de las empresas que tratan de ocupar sus tierras. "Conocí los diferentes puntos de vista que se supone que estén representando una misma comunidad, pero tienen distintas ideas, y me di cuenta de lo difícil que es que todas las voces estén unidas. Yo había estudiado la sostenibilidad, pero no había visto lo complicado y complejo que es llegar a eso. Hay que ir desde el fondo y empezar a arreglar todas esas pequeñas piezas que uno ni siquiera ve”, aseguró Pamela, en cuarto año de Ciencias Agrícolas y cuya atención principal fue a la agricultura de la región. Por su parte, Melisa, quien estudia Historia, centró su vivencia precisamente desde la óptica de su disciplina, lo cual, a su juicio, explica mucho la complejidad de esas comunidades. "Tienes que ir hacia atrás y ver cómo era la relación entre los primeros europeos que se establecen en Canadá y cómo ocurre ese choque de culturas. Ese conocimiento histórico es supernecesario para las negociaciones porque les permite ver exactamente qué es lo que cada uno estaba buscando y ver cómo hoy día están tratando de resolver sus conflictos", reiteró la historiadora, quien relató que uno de los requisitos del curso, incluso en las largas travesías por tren, era ver videos y hacer largas lecturas sobre la vida de las tribus. Para Héctor y Alexander, la vivencia fue una contradicción entre la tecnología y el desarrollo que promueven sus futuras profesiones en la Ingeniería y la manera en cómo estas alteran la sociedad, en especial tratándose de un país desarrollado. "Lo veo como un ingeniero, especialmente en computadoras, en el que mi trabajo en el futuro será desarrollar y adelantar la tecnología. Una de las definiciones de sostenibilidad es el uso de los recursos hoy pensando en las necesidades de las generaciones del mañana. Ahora mismo bajo esos conceptos, no existe. Estamos pensando en la tecnología, chévere, pero con qué vamos a tenerla si ni tan siquiera vamos a tener recursos para hacerla", enfatizó Héctor, estudiante de tercer año en INEL. Coincidió Alexander, de Ingeniería Química, a quien le fascinó ver el proceso de industrialización de esa región, y sus efectos positivos y negativos. El alumno de tercer año atesora las visitas que realizaron a las empresas y a las escuelas, donde recogieron opiniones de la generación joven. "Desde mi punto de vista como futuro ingeniero, me llenó porque me encantó observar cómo esta industrialización, a través de la historia que nos contaron, fue afectando la sociedad. Generalmente la intención de los ingenieros es diseñar algo que funcione y que mecanice la producción, pero ¿cómo nosotros siendo ingenieros no estamos tan conscientes de los aspectos sociales que podemos generar a través de la tecnología?", cuestionó. Cónclave internacional Una de los beneficios de este ejercicio, fue sin lugar a dudas, para la mayoría, la convivencia con jóvenes del país anfitrión. La diferencia cultural y los distintos puntos de vista sobre los temas de discusión son parte de los hallazgos más impactantes, de acuerdo con el grupo. "La confraternización y el diálogo entre estudiantes canadienses y nuestros estudiantes del RUM abrió la puerta para un mejor entendimiento de conceptos bien complejos. No hay mejor manera de lograr ese diálogo que no sea cara a cara y en el campo en términos de estudio de campo, y en el laboratorio que es la sociedad misma", aseguró el profesor. Su alumno Héctor, quien viajó por primera vez fuera de Puerto Rico, está de acuerdo, ya que "diversos puntos de vista me abrieron visiones que yo encerrado en mi Isla no puedo ver. Hay que ver mundo para entender las visiones de uno, aparte de socializar con personas de otros países, de otras culturas que lo hace una experiencia enriquecedora". Se miran en el espejo Las similitudes que observaron entre las sociedades que estudiaron en el "norte" y su Isla caribeña, fue otra de las constantes en sus testimonios. Según lo verbalizó su profesor, es la metáfora más contundente: "el aislamiento geográfico era posiblemente menos importante, nosotros aquí a veces vivimos en un aislamiento que nos limita en la capacidad de analizar las cosas de una manera más amplia". O como lo resumen las palabras de Angélica, es necesario toparse con "esa experiencia para encontrarse con un reflejo de lo que tienes. Fue un choque bastante grande ver cómo los First Nations están tratando de reorganizarse, teniendo que lidiar con algunas cosas que tienen que ver con el gobierno federal y algunas cosas con el gobierno provincial. Ellos mismos tienen que decidir a dónde van, qué camino tomar y, dentro de ellos, están los que quieren lo tradicional y los que quieren lo que se les ha vendido como una idea del progreso. Ellos tienen ahí a Puerto Rico". A los dos catedráticos a cargo del proyecto, el trayecto los ha llenado de esperanzas y energías, sobre todo en lo que implica el proceso investigativo, participativo y de toma de decisiones porque aseguran que les inyecta a los participantes nuevos bríos para dar continuidad a la gesta. Precisamente, para documentar el trabajo, los integrantes del grupo redactarán escritos sobre su participación, a la par con algunas presentaciones que realizarán en varias clases de Ciencias Sociales y otros departamentos durante el restante año académico. SOURCE: http://www.uprm.edu/portada/article.php?id=2036 |