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18 aņos de virtuosismo

Por Gabriel A. Pacheco Santa (gabriel.pacheco1@upr.edu)
Taller de Estudiantes PRENSA RUM

viernes, 22 de junio de 2018

Su vida universitaria inició cuando tenía 14 años. Hoy, con tan solo 18, y después de una exitosa carrera académica en el Departamento de Ingeniería Mecánica (INME), Hazel Thais Rivera Ríos viste con honores su toga verde y blanco durante la centésima quinta graduación del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM). La joven, quien además es una virtuosa del violonchelo, ya fue admitida al programa doctoral en Ingeniería Aeroespacial de la prestigiosa Universidad de Cornell.

"Al principio yo fui Home Schooler. A los 13 años, pude tomar el College Board. Cuando se me presentó la oportunidad de poder entrar a la Universidad, inicié con el programa de traslado articulado de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Bayamón y luego de dos años, pasé aquí, al Recinto Universitario de Mayagüez. Siempre quise estudiar ingeniería porque me gusta esa combinación entre ciencias y matemáticas, y me apasiona la aerodinámica", indicó la ingeniera que concluyó su grado Magna Cum Laude, esto mientras cursaba otro bachillerato en ejecución de violonchelo en el Conservatorio de Música de Puerto Rico.

Hazel ha cautivado la admiración de los colegiales desde que interpretó la Zarabanda de la Cuarta Suite de Bach con su violonchelo, en su audición para la Orquesta de Cuerdas del Departamento de Banda y Orquesta del RUM, cuando tenía 16 años.

“Sacó perfecto en su audición, algo que es casi imposible. Lo que interpretó para mí ese día fue un concierto maravilloso. Yo me quedé sin palabras cuando me dijo que empezó a tocar desde los tres años”, relató el maestro Santos Torres Toro, el director de la Orquesta, al recordar el primer día que la escuchó.

De hecho, en su último espectáculo como integrante de la mencionada agrupación, deleitó a su público con Estirpe, una pieza compuesta por Hugo Adames Román, exclusivamente para esta virtuosa chelista.

Esta y muchas otras composiciones que ha interpretado desde que comenzó su carrera en la música a partir de su primera década de vida, requieren de un nivel de destreza y sensibilidad que pocas personas, incluso hasta mayores, logran alcanzar.

En eso concurrieron los hermanos Pablo y Alberto Martos Lozano del Garnati Ensemble cuando visitaron el Recinto en mayo de 2016 y fueron sorprendidos por todo el talento, a tan corta edad, que les mostró la joven en su masterclass. En plena clase, el hermano menor y gran virtuoso del chelo, Alberto, fue tan sincero que hasta reconoció que al menos una de las piezas interpretadas por Hazel le había tomado a él mucho tiempo y madurez para tocarlas tan bien como ella lo hizo.

Con esa destreza y humildad, la manatieña ingresó a sus 13 años al Conservatorio de Música donde comenzó su bachillerato en ejecución del violonchelo. A la vez, fue admitida al programa subgraduado de ingeniería mecánica en el Recinto de Bayamón de la UPR. Luego de dos años allí, se trasladó al RUM para llevar sus estudios al próximo nivel.

Como parte de su prolífica carrera académica y luego de su audición magistral en la Orquesta de Cuerdas, se unió al equipo de Aero Design, donde rápidamente se entregó al diseño de aeronaves a pequeña escala. Sus esfuerzos allí le ganaron el respeto de sus colegas mayores y las responsabilidades de líder de rendimiento de la división micro, según explicó el doctor David Serrano, catedrático y consejero de los proyectos especiales del Departamento de Ingeniería Mecánica.

“Estuvo en el micro el primer año, y luego lideró el equipo. Aprendió mucho y se echó el trabajo encima. Estuvieron más de un mes sin electricidad, pero aun así hicieron un buen papel, obteniendo el primer lugar en presentación y el tercero en diseño”, comentó Serrano sobre el liderazgo que demostró la líder ante los incontables obstáculos que le presentó el huracán María.

La joven tomó su pasión por la aerodinámica y se aventuró a Estados Unidos. Primero, en el 2016, lo hizo como ingeniera de manufactura en el Glenn Research Center de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA), donde desarrolló un extenso manual de especificaciones técnicas que hoy ayudan a los ingenieros en el uso y mantenimiento de herramientas y piezas de construcción de naves espaciales alrededor de la nación. Luego, en el 2017, se destacó como investigadora en el Departamento de Ingeniería y Aeroespacial de la Universidad de Florida (UF), donde trabajó con tratamientos experimentales de agua.

“En UF utilicé materiales dieléctricos para purificar agua con un reactor plasma. Primero trazaba formas específicas; luego aplicaba una corriente eléctrica para ionizar el aire y liberar ozono. Al poner este sistema en un envase cerrado lleno de agua, la purifica”, explicó a Prensa RUM con el dominio de quien lleva años trabajando en centros de investigación científica.

De hecho, actualmente se encuentra nuevamente en el NASA Glenn Research Center, donde trabaja con las turbinas de las aeronaves que viajan más rápido que la velocidad del sonido, antes de comenzar sus estudios graduados en la Universidad de Cornell, que iniciará en agosto. Allí pasará los próximos cinco años especializándose en Aerodinámica Experimental, mientras obtiene un doctorado en la disciplina.

Al preguntarle sobre sus momentos más felices en el Colegio, recordó una iniciativa musical que comenzó hace varios años para deleitar y educar a las comunidades de la isla sobre el valor social de la música, Tras las notas de mi violonchelo.  

“Con este proyecto doy a conocer lo que es mi instrumento a estudiantes de escuelas, universidades y a todo el que quiera aprender de una forma divertida. Toco música de las películas y videojuegos que la gente ha escuchado antes y asocia a momentos lindos de su vida. El enfoque es revelarle, a quienes me escuchan, que el violonchelo y la música clásica están en muchas de las cosas que aman”, manifestó la artista.

También revivió todas las noches que rompió estudiando para sus clases de ingeniería, ensayando para sus recitales de chelo o en el trabajo duro contra el reloj en el taller del Aero Design junto a sus compañeros.

“Lo más bonito que me ha pasado en el Colegio han sido todas las personas que he conocido durante los últimos cinco años. Sin mis amigos de orquesta, de Aero y todos los de mecánica, yo no me hubiera atrevido a hacer las cosas que logré y el Colegio no hubiera sido lo mismo”, afirmó.

"Ser colegial es representar a Puerto Rico", puntualizó con el mayor de los orgullos.


  • Hazel Thais Rivera Ríos inició su vida universitaria a los 14 años y ahora a sus 18, se gradúa con honores del RUM.<br>Carlos Díaz/Prensa RUM
  • Hazel Thais Rivera Ríos es una virtuosa del violonchelo, instrumento que toca desde su infancia.<br>Carlos Díaz/Prensa RUM
  • Hazel interpretó una danza durante la graduación acompañada de los maestros Santos Torres (en la foto) y Edgar A. Vélez Montes.<br>Carlos Díaz/Prensa RUM
Hazel Thais Rivera Ríos inició su vida universitaria a los 14 años y ahora a sus 18, se gradúa con honores del RUM.<br>Carlos Díaz/Prensa RUMHazel Thais Rivera Ríos es una virtuosa del violonchelo, instrumento que toca desde su infancia.<br>Carlos Díaz/Prensa RUMHazel interpretó una danza durante la graduación acompañada de los maestros Santos Torres (en la foto) y Edgar A. Vélez Montes.<br>Carlos Díaz/Prensa RUM
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SOURCE: http://www.uprm.edu/portada/article.php?id=4247