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Un sentido híbrido de la puertorriqueñidad

Por Rebecca Carrero Figueroa (rebecca.carrero@upr.edu)
PRENSA RUM

viernes, 2 de diciembre de 2011

Una vez más el Departamento de Estudios Hispánicos (ESHI) del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) unió esfuerzos para conmemorar, mediante distintas actividades, la Semana de Puerto Rico. La ocasión sirvió para destacar los distintos ámbitos en los que el País ha dejado un legado que trasciende sus fronteras e impacta otras generaciones.

"Este año quisimos hacer acopio de un poco de lo que Puerto Rico ha ofrecido al mundo entero, y debo decir entero, porque no queda rincón del mundo que no se ha conocido lo que Puerto Rico tiene para ofrecer", expresó el doctor Jaime L. Martell, director del Departamento de ESHI.

Precisamente, para comentar acerca del impacto de la cultura borinqueña se presentó el conversatorio Travesía por los símbolos de la puertorriqueñidad en el que participaron las profesoras de ESHI: Maribel Acosta y Ángela Valentín, y Sandra Aponte, del Departamento de Humanidades (HUMA) del RUM. Cada una de ellas abundó sobre el tema desde la literatura, la música y las artes plásticas.

"Deseamos presentarles una travesía por algunos de los símbolos de la puertorriqueñidad. Este recorrido incompleto y abierto a modificaciones nos permitirá mostrar una cultura híbrida, en la que lo tradicional y lo moderno, lo culto y lo popular coexisten, se cruzan y entremezclan, pero sobre todo, aspiramos a vivir en conjunto con ustedes lo que significa ser puertorriqueño. Porque la vivencia de lo nuestro es lo que nos identifica y nos une como pueblo", destacó la doctora Acosta, al inicio de su participación.

Con ella concurrió el doctor Martell al enfatizar la relevancia de este tipo de actividades que permiten rescatar la historia y acercarse a los más jóvenes.

"Tal vez hoy es más necesario que comencemos no solo a cultivar la memoria que las próximas generaciones van a tener de su pasado, sino a recuperar la que tal parece algunos han perdido. Quizás es el mayor tesoro que ustedes han podido heredar de sus padres, el acervo cultural, lo que la patria les ha dado, las oportunidades que su comunidad les brinda y sobre todo, el sentir que en cada uno de ustedes debe mantenerse, cultivarse y transmitirse particularmente con mucho orgullo", sostuvo.

Uno de los elementos que más destacaron las profesoras durante su participación fue el del jíbaro, símbolo de la puertorriqueñidad y que se encuentra presente en las tres vertientes en las que concentraron su presentación.

Desde el arte, la profesora Sandra Aponte señaló que "es una de las primeras representaciones de la plástica en Puerto Rico y que se observa, entre otros, en el Autorretrato de Luis Paret y Alcázar. En dicha pieza se aprecia la indumentaria de la época, al mostrar a un hombre descalzo y con machete en mano", explicó.

Otra obra en la que se recoge es El pan nuestro, de Ramón Frade y León. "En esta se observa a un jíbaro valiente que deja su tierra y carga como tesoro su fruto: el plátano. Igualmente, se alude al aspecto religioso desde su sombrero, el que aparece colocado como una aureola y hace de su portador casi un mártir", describió la catedrática de HUMA.

Aponte también discutió la conocida obra El velorio, de Francisco Oller, en la que los plátanos simbolizan los valores trastocados de los participantes. "El jíbaro representa una síntesis de lo que es y lo que quiere ser", apuntó.

Igualmente, en la literatura, este habitante de la ruralía ocupa un rol protagónico. Por citar algunas obras, se presenta en Coplas del jíbaro de Miguel Cabrera y en El gíbaro de Manuel Alonso. De acuerdo con la doctora Acosta, el término se utiliza en casi toda Hispanoamérica, con diferentes acepciones. Además, del texto de Alonso se desprende la predilección del campesino por la música y el baile.

"Los instrumentos musicales con los que se interpreta nuestra música son elementos simbólicos que reaparecen en las demás artes. Cuando hablamos de música típica, pensamos en el cuatro puertorriqueño, fundamental para interpretar el seis, la melodía que sirve de fondo para acompañar la décima y que Manuel Alonso menciona en 'El baile de garabato' al describir la orquesta jíbara", destacó por su parte, la profesora Ángela Valentín.

Asimismo, esta subrayó la relevancia de esos ritmos autóctonos en la bomba y el rol del cuatro en el aguinaldo, melodía con la que se lleva la parranda y que sirvió para manifestar la religiosidad del jíbaro. Entre otros, la Isla también ha legado para el mundo el empleo de las maracas, presente en los areytos indígenas, y el güiro.

De la misma forma, la doctora Acosta resaltó el impacto de lo nativo en la poesía y el género de la nueva trova, al lograr la musicalización de poemas como: En la vida todo es ir de Juan Antonio Corretjer, interpretados por artistas locales como Roy Brown e internacionales como Joan Manuel Serrat. Entre otras aportaciones, mencionó la inclusión de vocablos que forman parte de nuestra antroponimia y toponimia, como: Agüeybaná, Mayagüez, güiro y barbacoa, entre otros.

De hecho, la presencia del negro en nuestra cultura ocupa un elemento vital en la música, ya que a través de la bomba se fusiona la religión en la Isla. Además de servir como el medio para planificar las rebeliones contra el régimen español, los barriles que servían como tambores enfatizan la mezcla que se da con la maraca taína.

Desde la literatura, entre otras, obras como Tun tun de pasa y grifería, de Luis Palés Matos y Vejigantes, de Francisco Arriví, recogen esta vertiente negra y la música como un medio liberador.

Las profesoras puntualizaron que la danza, la plena y la salsa juegan un rol fundamental en las luchas de los puertorriqueños y esa mezcla de géneros denota la hibridez de nuestro sentido de puertorriqueñidad.

La presentación también incluyó la participación del declamador de poesía negrista Víctor Madera, así como las interpretaciones de la Escuela de Bomba del Municipio de Mayagüez y su instructora, Jamie Pérez.


Lo puertorriqueño desde la música, historia, arquitectura y lecciones de vida

La cuarta y última actividad de la semana estuvo a cargo del artista Antonio Martorell, cuya presentación se tituló: Lección de aprendizaje: El principio y el fin de la vida (veveviejo).

"Para nosotros es motivo de orgullo que ya por segunda ocasión, el Departamento de ESHI tiene ese gesto tan gentil del maestro Antonio Martorell de estar con nosotros y compartir, no solo parte de su sabiduría, sino de su producción. Esta vez, además de la conferencia, que es una lección magistral, comparte con nosotros dos obras que develará. Con él tenemos un ejemplo de lo que Puerto Rico ha dado al mundo," manifestó el doctor Jaime Martell.

Su participación consistió en una reflexión acerca de dos de las etapas más significativas del ser humano: la niñez y la vejez. El artista se identificó como miembro del segundo sector, pues cuenta con 72 años de edad y de forma jocosa lo denominó como la "superadultez".

"Este nombre es más justo, pues sin duda alguna, somos adultos en grado superior. El veveviejo con su cacofonía, apunta al balbuceo propio de esos primeros y últimos años, a la abreviación de la voz y de la vida, a la disminución de la dignidad humana por las prácticas crueles de esta sociedad. Y esto de la disminución nos lleva al uso y abuso del diminutivo en nuestro entorno, visto desde la perspectiva de por sí diminuta del bebé", precisó.

De esta manera, entre risas, los asistentes fueron animados por la experiencia del Maestro para continuar hacia adelante, aun en medio de los retos más fuertes de la vida.

"El fin de la vida no tiene por qué ser el ocio obligado, la desesperanza y amargura. En El Quijote, el Cervantes ejemplar dijo: 'hasta la muerte, todo es vida'. Somos una minoría en camino a ser una mayoría. Estamos tan acostumbrados a sentirnos desvalidos, que no podemos vernos a nosotros mismos. Pero ese tiempo se acabó; el pasado se convierte en futuro", concluyó.

La agenda se completó con la conferencia Música e identidad puertorriqueña, a cargo del doctor José Antonio López del Departamento de HUMA. Asimismo, el doctor Carlos Hernández, del Departamento de Ciencias Sociales presentó ¿El azar o la virtus romana? Puerto Rico en la dimensión internacional. El elemento histórico plasmado en la infraestructura fue lo que destacó el doctor José A. Mari Mutt, del Departamento de Biología en su ponencia Historia y conservación de nuestros faros y casillas de camineros.


  • Las profesoras Maribel Acosta, Ángela Valentín y Sandra Aponte comentaron acerca del impacto de la cultura borinqueña en la literatura, la música y el arte.<br>Suministrada
  • El Maestro Antonio Martorell reflexionó acerca de dos de las etapas más significativas del ser humano: la niñez y la vejez, las que agrupó bajo el término "veveviejo".<br>Suministrada
  • La lección magistral de Martorell incluyó además la develación de dos nuevas obras.<br>Suministrada
  • Algunas integrantes de la Escuela de Bomba del Municipio de Mayagüez y su instructora, Jamie Pérez demostraron el legado musical negro en nuestra cultura.<br>Carlos Díaz / Prensa RUM
Las profesoras Maribel Acosta, Ángela Valentín y Sandra Aponte comentaron acerca del impacto de la cultura borinqueña en la literatura, la música y el arte.<br>SuministradaEl Maestro Antonio Martorell reflexionó acerca de dos de las etapas más significativas del ser humano: la niñez y la vejez, las que agrupó bajo el término "veveviejo".<br>SuministradaLa lección magistral de Martorell incluyó además la develación de dos nuevas obras.<br>SuministradaAlgunas integrantes de la Escuela de Bomba del Municipio de Mayagüez y su instructora, Jamie Pérez demostraron el legado musical negro en nuestra cultura.<br>Carlos Díaz / Prensa RUM

SOURCE: http://www.uprm.edu/portada/article.php?id=2070