Al servicio de la comunidad universitariaComo parte de esa misión intrínseca de todo profesional de la salud, un grupo de estudiantes del Departamento de Enfermería del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) llevó sus conocimientos y brindó sus servicios, por primera vez, a un componente comunitario muy especial: los trabajadores colegiales que día a día aportan al funcionamiento de su alma máter. El esfuerzo se logró a través del curso Enfermería de la salud de la comunidad, ENFE 4025, que desde hace 15 años dicta y coordina la profesora Lourdes Ramírez, catedrática asociada del mencionado departamento. En esta ocasión, la acompañaron en varias secciones adicionales de la misma clase la doctora Margaret Toro y las profesoras Gloribell Ortiz y Wanda Irizarry, quienes -junto a sus respectivos estudiantes- trabajaron como meta principal la prevención. El control de peso, el maltrato infantil, la nutrición, la menopausia y el auto examen del seno fueron algunos de los temas que se cubrieron a lo largo del semestre, en el que los empleados no docentes asistieron a conferencias, recibieron talleres, y pusieron en práctica lo aprendido. "Este curso se ofrece a estudiantes de cuarto año en Enfermería, candidatos mayormente a graduación, que han tomado cursos de especialidad anteriores y lo que hacen es que aplican los conocimientos obtenidos en clases previas, más integran otros que se adquieren. Nosotros enfocamos conceptos grandes como el de 'comunidad' como un todo y el concepto 'familia'; luego vamos fragmentándolos y atendiendo a las poblaciones especiales", explicó la profesora Ramírez. La catedrática agregó que, en esta ocasión en particular, se ofrecieron dos secciones sobre el control de peso, una sección sobre el maltrato infantil en coordinación con el Centro Preescolar del Recinto, y una sección orientada a la población femenina de empleadas que laboran en los departamentos de Finanzas, Compras y Recursos Humanos. Para ello, se coordinó la iniciativa con la Oficina de Enlace con el Personal y su directora, Lourdes Ayala, quien ya había identificado a candidatos potenciales interesados en estos temas en las diversas ferias y clínicas de salud que organiza esa dependencia. Las dos secciones de control de peso, a cargo de la profesora Ramírez y de la doctora Toro, las integraron 50 empleados no docentes de diferentes departamentos, preocupados por las complicaciones de salud que conlleva la obesidad como los riesgos a contraer enfermedades, la presión arterial elevada y la baja autoestima, entre otros. "Nuestra metra es lograr crear conciencia en estas personas para que tomen la decisión de modificar estilos de vida y hábitos alimentarios a través de charlas educativas y demostraciones. Por ejemplo, se les habló del concepto del 'plato' porque ya ha cambiado la modalidad de la pirámide alimentaria. Los estudiantes crearon una dieta basada en las preferencias y en los estilos de la cultura puertorriqueña. Se les explicó los componentes del plato a nivel de lo que nos dice la literatura y por qué es importante consumir agua, aumentar la ingesta de vegetales, y reducir las carnes y los carbohidratos", precisó Ramírez. A estos dos grupos también se les enseñó la manera correcta de leer las etiquetas de los productos que más consumen y se les hizo una demostración de una forma divertida de incorporar el ejercicio a través de una rutina de baile como Zumba, a cargo de la instructora Mayda González. "Si creamos conciencia de que hay un sinnúmero de situaciones que nos pueden llevar a desarrollar problemas tanto de salud mental como física y aprendemos a cómo enfrentarlas podemos ser personas felices, productivas en todo el sentido de la palabra. Personas saludables son personas sanas que no se limitan a su condición, sino que corren a una meta y quieren llegar a lo mejor creando conciencia de que deben estar en un nivel óptimo y eso les va a crear bienestar", reiteró la profesora, cuya expectativa es dar seguimiento a estos participantes y agregar nuevos integrantes el próximo semestre. De hecho, dos de los empleados que se beneficiaron y dieron fe de que las horas que dedicaron al proyecto valieron la pena y rindieron frutos, fueron Gabriel Angleró González y Alejandro Ayala Lizaldi. "Aparte de ser un programa de estudiantes integrando a la comunidad, nos ayuda a bajar de peso, a conocer nuestro cuerpo, la manera de cómo comer saludable y qué nos conviene a todos. He bajado entre 10 a 12 libras en mes y medio; he ido modificando hábitos alimentarios, suspendí los refrescos, los jugos con azúcar añadida, el pan lo hemos disminuido y si tomamos alguno tratamos que sea integral, y tratar de no comer tan fuerte por las tardes", aseguró Angleró González, quien trabaja en la sección de Plomería y Pintura. Por su parte, Ayala Lizaldi, Bibliotecario en el área de Circulación de la Biblioteca General, también ha visto una transformación en el tiempo que lleva adscrito a la iniciativa. "Yo me enteré por el mensaje que enviaron y decidí venir aquí al curso. Ya llevo 23 libras, la charla que más me gustó es la que ofreció Hernán Méndez, de Servicios Médicos, sobre la autoestima. También aprendí mucho de nutrición, definitivamente, si lo dan el semestre que viene voy a seguir", opinó. Para la directora de la Oficina de Enlace con el Personal, la experiencia fue muy gratificante, no solo por la labor que se realizó con los empleados, sino por el beneficio que obtuvo en su carácter personal, ya que logró perder 10 libras en el proceso. Ayala consiguió acuerdos con una compañía dedicada al control de peso y con un gimnasio que ofrecerían sus servicios de manera gratuita o a un precio moderado a los participantes interesados. No obstante, a su juicio, la mayor recompensa ha sido ver el bienestar que han alcanzado los trabajadores colegiales. "La Institución los está atendiendo, se está preocupando por ellos. Su rendimiento mejora, son más productivos y se sienten con un compromiso de devolverles algo a la Universidad. Además, no tienen que ir afuera a buscar estas alternativas, ya que se las estamos ofreciendo en horas laborables, de manera gratuita. Lo importante es que aprendan y que sean portavoces en otros grupos de trabajo para lograr integrar a toda la comunidad", subrayó la Directora. Fuerza laboral femenina Otro grupo que se destacó dentro de este curso fue el que tuvo a su cargo la profesora Gloribell Ortiz, quien enfocó su atención hacia la alta población femenina de empleadas en las áreas de Finanzas, Recursos Humanos y Compras, con la intención de identificar factores de riesgo y educarlas para que hicieran modificaciones que las ayude en la prevención. "Hay una alta población de mujeres, por ejemplo en Recursos Humanos, de 28 empleados, 26 son féminas, así que comenzamos a hacer un perfil para saber en qué grupo de edad y qué condiciones de riesgo están, cuáles son las prevalencias de enfermedades entre ellas y cuáles son sus estilos de vida", precisó. La profesora agregó que ya una vez tenían esos datos de un total de 40 cuestionarios completados, procedieron a seleccionar los temas que más les preocupaban o que más cónsonos eran con su perfil. Es así como enfocaron las charlas en la premenopausia y menopausia, la manera correcta de realizarse un auto examen de seno y en los factores de riesgo relacionados con estos. "Vimos que dos factores de riesgo asociados a la menopausia y al cáncer de mama son la obesidad y la vida sedentaria. A mayor edad, más sedentarias y ganamos más peso en esas edades, así que decidimos motivarlas a que por los menos hagan actividad física con un programa como Zumba, quizás no haciendo un ejercicio tan agitado, pero que por lo menos saquen media hora para ejercitarse", afirmó Ortiz. Algunas de las participantes también hablaron de las ventajas de haber formado parte del esfuerzo, que sienten que las ayudó a conocerse y enfrentar mejor los procesos afines al ciclo de la mujer. Ese fue el caso de Zayra Acosta, del área de Nóminas en Recursos Humanos, a quien estas charlas la ayudaron a entender situaciones muy comunes por las que atravesaba. "Los muchachos nos fueron a llevar orientación de temas bien alusivos a nosotras, por lo que estamos experimentando en la vida. Para mí ha sido de gran ayuda, sobre cómo manejar cada tema específico y cómo hacerme el examen del seno. Aclaré dudas sobre la menopausia y entiendo que en su momento podré manejar la situación mejor. Les ayudamos a los estudiantes a trabajar en su curso, pero es compartido porque ellos colaboran con nosotras", expresó. Coincidió su compañera María Rodríguez, de Finanzas, otra voraz aprendiz de todos los conceptos que les enseñaron. "Ha sido bien bueno, esto debe hacerse con un grupo más grande y con otros temas que también afectan el área de trabajo", dijo la empleada, quien aseguró sentirse preparada para enfrentar todos los cambios que experimente en el futuro. Ortiz adelantó que también esperan continuar el proyecto con otras mujeres de distintas dependencias del Recinto e incluir temas adicionales como la ergonomía y dar énfasis a la nutrición. Por su parte, Ramírez también se mostró optimista en dar seguimiento a todos estos nuevos componentes colegiales. La coordinadora agregó que el curso también consta de otros laboratorios que realizan en las comunidades aledañas al Recinto, donde brindan servicio a las escuelas, sus estudiantes y familias. "A mí me fascina el concepto de trabajar con la comunidad, si me das a escoger entre un escenario hospitalario o uno donde me involucre con la comunidad, aunque me moje, aunque coja sol y tapones, me muevo hacia allá. Los dos tienen una importancia grande, es el compromiso que tenemos los profesionales, pero me fascina ese contacto con la gente", puntualizó Ramírez. SOURCE: http://www.uprm.edu/portada/article.php?id=2088 |