Es una cualidad que se impregna, se infiltra y persuade. Es ilimitada, gratuita, da bienestar, esperanza, paz. Es la solidaridad que, unida a almas generosas y desprendidas, se desborda por todos los rincones, aprieta pechos, humedece miradas, hace bailar cuerpecitos y traza lienzos felices hasta en los rostros más abatidos. Es como si se tratara de una virtud inherente a su vocación de querer sanar más allá de lo físico, lo espiritual. Es también parte de lo que transmite la época navideña.
A los integrantes de la Asociación de Estudiantes de Enfermería (AEE) del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) les sobra tanto que repartieron un poquito de ella la semana pasada cuando visitaron a los niños recluidos en el Hospital San Antonio de la Sultana del Oeste. La Navidad fue solo el vehículo que utilizaron para ataviarse de rojo, aportar sus instrumentos, sus voces o sencillamente regalar su presencia en una parranda a los pacientes de la Institución.
Así lo reiteró la profesora Gloribell Ortiz, instructora en el Departamento de Enfermería y consejera de la AEE, para quien esta visita, así como otra que realizaron al Centro Médico de Mayagüez, los ayuda a cumplir con el componente comunitario que forma parte de su misión, al mismo tiempo que refuerzan la parte académica.
"Me parece que va bien enlazado con el trabajo y con lo que le enseñamos a los estudiantes. Ellos atienden personas en la parte clínica, estamos en el Hospital, un lugar que va a ser su área de desempeño cuando se gradúen, pero también es bueno saber que podemos traer alegría, un poquito de esperanza a estos niños que están hospitalizados en esta época navideña", precisó.
De igual forma se expresó la presidenta de la AEE, Esther M. Ríos, presente en esta actividad por segundo año consecutivo y feliz de aportar un poco de alegría a las decenas de caritas que se emocionan con la música o con los globos que les regalaron confeccionados por los miembros de la Asociación.
"Realmente están aquí porque están enfermos y están con su dolor y el traerle juguetitos, dulcesitos o cosas así, siempre emociona. Tenían una sonrisa enorme y para mí eso es lo mejor que hay, es la gracia más grande que yo pueda tener", aseguró la estudiante.
Coincidió con ella su compañera Lismarie Muñiz Martell, en tercer año, y ferviente admiradora de eventos como estos que los conecten como grupo.
"Es sumamente especial, me siento halagada por estar compartiendo con mis compañeros porque nos unimos como familia y es una experiencia hermosa, uno le demuestra el cariño a los pacientes, interactúa más con ellos y desempeña más la labor profesional de Enfermería", manifestó.
De hecho, Prensa RUM constató la felicidad que causó el grupo colegial acompañado de varios profesores a las habitaciones de los pacientes. Los niños bailaron, aplaudieron, sonrieron, cantaron y llenaron sus ojitos de luz cuando recibían coloridos globos pintados y decorados a mano.
"El Hospital San Antonio siempre se ha distinguido por un programa de actividades anual dirigido y encaminado a mejorar la vida de nuestros pacientes, a llevarle alegría en los momentos de dificultad y siempre hemos contado con los estudiantes del Colegio, de las diferentes áreas educativas que durante el año nos visitan y contar con gente joven que tiene el entusiasmo, que piensa en los demás en los momentos de dolor es bien importante para nosotros. Saber que hay gente que se encarga en sacar de su tiempo para llevarle alegría a los demás, especialmente a los enfermos es un acto que demuestra caridad como lo es la profesión de la Enfermería", destacó Lillian Nieves Rivera, gerente de Recursos Humanos de la Institución.
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Estudiantes de Enfermería visitan Hospital San Antonio
Estudiantes de Enfermería visitan Hospital San Antonio
