Las alarmas que sonaban incesantemente y el humo que salía de la estructura eran evidentes señales de que un desastre había ocurrido. Un movimiento sísmico de gran magnitud había estremecido el Edificio Darlington del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM). Los equipos de incendio, búsqueda, rescate, seguridad y enfermería se encontraban listos fuera de la estructura para tomar acción inmediata.
Afortunadamente no se trató de un evento real. La fatídica escena formó parte de un simulacro que llevó a cabo la Oficina Municipal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (OMMEAD) de Mayagüez, en el que un centenar de empleados del RUM puso en práctica lo aprendido durante la capacitación que tomaron sobre los Equipos Comunitarios de Respuesta a Emergencias (CERT).
“Esto es un adiestramiento básico sobre las técnicas que tienen que aprender para responder a una emergencia o algún desastre que pase en la ciudad. Lo realizamos con el propósito de que las comunidades se preparen para todo tipo de emergencias, ya que como agencia de primera respuesta sabemos que no vamos a estar en todos los lugares de la ciudad a la misma vez, y así preparamos a las personas para que ellos mismos puedan reaccionar”, explicó Bienvenido Prosper, instructor de la OMMEAD del Municipio de Mayagüez.
El curso, que se llevó a cabo durante tres días, consistió de ocho módulos en los que se discutieron importantes temas como: seguridad contra incendios; operaciones médicas en caso de un desastre; organización del CERT; búsqueda superficial y operaciones de rescate; sicología de los desastres; y los CERT’s y el terrorismo.
Asimismo, se educó a los participantes sobre cómo preparar su mochila de seguridad, cómo hacer un plan de emergencia familiar, y cuál es el equipo necesario que utilizarían como voluntarios, entre otros.
“En terrorismo es cuestión de aprender que tenemos que estar todo el tiempo en alerta, estar pendiente a cualquier artefacto que pueda estar fuera de lugar o que sabemos que no es normal. En fuego, cómo manejar y extinguir los pequeños fuegos. Y en cuestión de búsqueda y rescate, hacer un rastreo sistemáticamente”, indicó Félix Sosa, instructor de la OMMEAD del Municipio de Cabo Rojo, al tiempo que destacó la importancia de estos talleres, que han tomado más de 50 mil personas.
El simulacro, en el que participaron tanto profesores como empleados no docentes, se realizó como ejercicio final de la jornada. En la escena, movieron a las personas que aparentaban estar muertas a un lugar apartado y simularon salvar a los heridos que se encontraban atrapados entre los escombros, los que eran llevados al área de enfermería para ser atendidos.
“Esto se hace para medir la capacitación que ellos tuvieron durante los primeros dos días de adiestramiento, ver lo que aprendieron, saber si necesitan capacitación adicional y ver cómo responden ante cualquier tipo de desastre”, aseguró, por su parte, Prosper.
El nuevo equipo de voluntarios aseguró haber desarrollado una conciencia sísmica luego del adiestramiento y estar unidos en un mismo interés: salvaguardar la seguridad de sus compañeros colegiales y de su comunidad.
Así lo expresó, Edgardo Pérez, administrador de la Librería Colegial, quien fue uno de los líderes del equipo de rescate que entró al edificio.
“Esta experiencia fue bien importante, ya que nos da a nosotros un conocimiento total de cómo es el desastre y podemos tener la idea de qué esperar. Por ejemplo, situaciones de oscuridad, humo, personas gritando, personas con dolor. Eso nos capacita a que si, Dios no lo quiera, viene un desastre natural de una magnitud como un terremoto, ya sabemos cómo atender esa situación de forma efectiva”, sostuvo.
De igual forma, se expresó la profesora Clara Valderrama, del Departamento de Enfermería, al destacar que le gustaría que todos los integrantes del sistema universitario adquieran el conocimiento de cómo reaccionar ante una situación de emergencia.
“Si todo el personal de la Universidad lo pudiera tomar, sería lo ideal. Los que ya fuimos adiestrados podemos enseñarle a nuestros estudiantes. Si nos damos cuenta, la gran mayoría no sabe qué hacer y cuesta trabajo porque, aunque uno tenga el adiestramiento, muchas veces en el momento que surge el evento como que se nos olvida todo. Esto nos ayudaría a recordar y hacer ensayos de lo que podría suceder”, abundó Valderrama, quien tuvo la responsabilidad de atender a las víctimas simuladas que eran llevadas al área de enfermería.
Por su parte, Gerardo Flores, quien labora como técnico de Artes Gráficas en la Imprenta, describió la experiencia como muy enriquecedora ya que, mientras se destacaba en el equipo de seguridad, pudo tener una idea de cómo actuar y ser más eficaz.
“El simulacro fue una experiencia muy buena. Cuando uno se transporta a que en la vida real pueden suceder cosas así, es algo que impacta. Por ejemplo, hubo un momento en el que tuvimos que parar a una persona que quería entrar a la estructura a buscar algún familiar, ese momento fue bien impactante para mí”, explicó.
“Logré entender más allá de qué se puede hacer en una situación de emergencia. Además, yo tenía muchas ideas erróneas de cómo actuar en esos momentos y se aclararon muchísimas dudas”, agregó.
Para María de los Ángeles Román, la experiencia no fue diferente pues tuvo la responsabilidad más grande durante el simulacro, ser la comandante de incidente, quien daba las órdenes de cómo se iba a efectuar el rescate de la víctimas.
“Tenía que trabajar directamente con los líderes de cada equipo e involucrarme en los diferentes grupos para poder tomar decisiones. Aprendí muchísimo, de verdad que no me imaginé que fuera a pasar por una experiencia tan maravillosa como esta”, indicó Román, quien labora como asistente administrativo en el Centro de Negocios y Desarrollo Económico.
Por su parte, Lourdes Ayala, directora de la Oficina de Enlace con el Personal del RUM, aseguró que la intención de la administración universitaria al ofrecer este tipo de educación es preparar a los empleados para que sean colaboradores con la comunidad en caso de un desastre.
“El Recinto, en una situación de emergencia, es de los sitios claves donde se reúne la comunidad de Mayagüez. Es un sitio céntrico para atender las emergencias. En el simulacro, la participación de nuestros empleados fue bien activa porque mientras más preparados estén mejor podemos responder y colaborar con las agencias de emergencia y el gobierno municipal para atender una situación, ya sea, terremoto, fuego o una situación grande en el área oeste”.
La Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (AEMEAD), así como la Agencia de Seguridad Nacional, conocida como Homeland Security, certificaron a un total de 109 rescatistas durante una ceremonia que se realizó el pasado martes, 7 de febrero en el Edificio Darlington.
Allí, el doctor Jorge Rivera Santos, rector del RUM, agradeció la disponibilidad y el interés de este grupo de voluntarios en ayudar a manejar situaciones de emergencia, no solo en el área de trabajo, sino también en sus comunidades. Asimismo, indicó que la Administración, junto a las agencias correspondientes, ya evalúan un lugar en el Recinto en el que se pueda establecer un Centro de Manejo de Emergencias que sirva como lugar alterno en caso de ocurrir algún fenómeno natural.