El Departamento de Inglés del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) abrió las puertas de su nuevo Centro de la Investigación del Bilingüismo y Aprendizaje (CeIBA) que busca estudiar los niveles de interacción y aprendizaje de los idiomas inglés y español, en Puerto Rico.
Se trata de un proyecto dirigido por las doctoras Catherine Mazak y Rosita Rivera, ambas catedráticas del mencionado Departamento, que comenzó hace cinco años con un grupo de estudiantes del Colegio de Ciencias Agrícolas (CCA) del RUM, enfocado en la experiencia de estos en su dominio del idioma inglés.
“Buscábamos analizar de cómo los estudiantes de Agricultura aprenden inglés y cómo mejorar su experiencia en la universidad. A través de esta investigación vimos cómo el bilingüismo es muy importante en el Recinto, ya que muchas clases se dan tanto en inglés como en español”, expresó la doctora Mazak.
Luego de cinco años de estudios, las profesoras tienen la oportunidad de contar con su propio centro de investigación que está abierto al público y en especial a alumnos graduados interesados en este tema, según explicó la doctora Rivera.
“Este es como nuestro bebé. Durante los últimos cinco años hemos estado trabajando en este proyecto y finalmente tenemos un lugar para conducir una investigación de calidad y para invitar a compañeros y a más estudiantes graduados a estudiar el fenómeno de la educación bilingüe, en la Universidad”.
¿Por qué estudiantes de Agricultura?
De acuerdo con las investigadoras, a los alumnos de nuevo ingreso se les ubica en cursos de inglés según su rendimiento en el College Board, de modo que una pobre ejecución les conlleva a tomar el nivel básico. Según informó Mazak, la mayoría de los estudiantes en este curso era de Ciencias Agrícolas, lo que motivó un análisis del fenómeno.
“Aunque el número de estudiantes de Agricultura es sumamente pequeño en comparación con otras facultades, encontramos que en estas secciones un gran número de alumnos era de ese Departamento. Estos, en general, tienen un nivel más bajo de entendimiento del inglés que otros grupos de estudiantes y parte de ello tiene que ver con el IGS que los coloca en sus concentraciones. Entonces pensamos, ‘vamos a enfocarnos en Agricultura porque es una profesión tan importante en nuestra Universidad y en nuestra vida' ”, indicó Mazak.
Ambas catedráticas relataron que el proyecto comenzó con un grupo de treinta colegiales de dicha Facultad, escogidos según las listas de alumnos de nuevo ingreso que mostraban una baja puntuación en el área de inglés en el examen del College Board. Tanto Mazak como Rivera, les dieron a los colegiales la oportunidad de tomar un curso intensivo de Inglés durante cuatro semanas en el verano, de forma gratuita, y continuaron estudiando el progreso de los mismos a lo largo de los cursos INGL 3101 y INGL 3102, Básicos I y II, respectivamente.
“Encontramos varias cosas. Una fue que, estudiar inglés con un grupo de personas que están interesados en las mismas cosas, como por ejemplo Agricultura, es beneficioso para los estudiantes. Además, utilizamos computadoras y nos dimos cuenta de que los estudiantes no saben cómo usarlas para propósitos académicos, así que les mostramos cómo preparar documentos y presentaciones en Power Point”, expresó Mazak.
Asimismo, destacaron que el establecer una relación de confianza entre el estudiante, el profesor y su grupo de compañeros es muy importante.
“Los jóvenes manifestaron que el nivel de confianza que tenían con sus compañeros, y con nosotras como sus instructoras, les ayudó en el aprendizaje del inglés. Ellos sentían que podían cometer errores, hacer preguntas, y hablar durante clase e interrumpir y hacer muchas cosas que en otros salones ellos no se atrevían. Entonces nos preguntamos, ‘¿qué significa tener un ambiente de confianza en el salón de clases y cómo esto y trabajar de forma bilingüe puede ayudar a mejorar la enseñanza del inglés?' ", comentó.
Sin embargo, al darle seguimiento al desempeño de los alumnos en sus salones de clase, las profesoras notaron que estos nunca hablan en inglés, aunque sí lo entienden en la mayoría de los casos.
“Ellos no tienen que necesariamente escuchar o hablar en inglés, pero necesitan sacar información de lecturas en esa lengua y hacerla suya en sus trabajos y estar listos para hablar de ella y ser evaluados en español. Así que, todo el tiempo trabajan con ambas lenguas, aunque no parezca bilingüismo de la forma en que muchas personas piensan”, informó Mazak.
Resultados
Como parte del estudio, las autoras están en proceso de proponer varios cambios al currículo de los cursos de Inglés que deben tomar los estudiantes para poder completar su bachillerato en el Recinto.
“Estamos diseñando cursos para las Ciencias, de modo que tengamos mayor contenido en los cursos base y de esta manera mejorar su educación general”, apuntó Rivera.
Por su parte, Mazak explicó que la mayor modificación consistía en brindarle a los alumnos de nuevo ingreso la oportunidad de seleccionar el curso que querían tomar luego de aprobar los requisitos básicos.
“Uno de los cambios que hemos hecho, como resultado, es dejar que los estudiantes de básico tengan la oportunidad de escoger. Ellos tienen que tomar 3101, 3102, 3201 y ese último curso, que siempre es de literatura, aún lo pueden tomar pero, les estamos dando la opción de seleccionar entre Inglés para las Ciencias o Inglés conversacional”, agregó.
De esta manera, el proyecto mejorará la destrezas de los estudiantes a la hora de acudir a una entrevista en el idioma inglés, ya sea para oportunidades de empleo o para solicitar internados de verano durante su carrera universitaria.
“No queremos que el inglés sea la barrera para que los estudiantes solicitar a internados u otras oportunidades en su futuro”, concluyó Mazak.