Un derroche de música y coreografía

No se trató de una competencia formal, sino de una invitación que les hizo la Oficina de Asuntos de la Juventud del Gobierno de Puerto Rico para que fuesen parte de un Festival de Bandas que se realizó en Guaynabo y en el que dieron muestras de su desempeño ante otras bandas escolares y el conjunto del Recinto de Ponce de la Universidad de Puerto Rico.

 

De acuerdo con Efrén Gregory, la intervención de los músicos y las abanderadas del Recinto arrancó los aplausos de los asistentes y los competidores del festival.

 

"Nuestra participación consistió de una introducción, una fanfarria y así sucesivamente se fueron incluyendo diferentes números hasta terminar con un mosaico de plenas", sostuvo el profesor, quien desde hace 29 años dirige la casi centenaria agrupación del RUM.

 

Aunque su presencia allí fue a modo de exhibición, la Banda Colegial fue evaluada por los jueces que se dieron cita en el lugar. "Se enfocaron en los arreglos, los movimientos... en sí, toda la temática que tiene que ver con el desenvolvimiento de un espectáculo", manifestó Gregory.

 

La demostración de música y coreografía se extendió durante 13 minutos de un repertorio que se inició con un número solemne hasta que se le fueron incorporando distintas piezas para el disfrute del público. Precisamente, al evaluarles se consideró, entre otros aspectos, la interacción desde las gradas, la música, su técnica al marchar y el efecto final.

 

Según se informó, los estudiantes coordinaron entre sí cada uno de sus bailes y rutinas. El éxito de su participación fue el producto de mucho sacrificio donde todos colaboraron, en lo musical y en la coreografía del espectáculo. En su empeño por ejecutar con excelencia, el rol de sus líderes, el Drum Major por parte de la Banda, así como la capitana de las abanderadas, fue fundamental.

 

En el caso de Wilfredo Cordero Cruz, Drum Major de la Banda Colegial, esta ocasión representó una oportunidad para demostrar el resultado del trabajo en equipo. "Algo peculiar que hicimos esta vez fue que repartí el trabajo entre todos los estudiantes y cada cual aportó un granito de arena en el show y puedo decir que no es mi baile, es de la Banda. Yo me tomé la libertad de dejarle el trabajo a ellos y respondieron excelentemente bien, son unos estudiantes de primera, son los mejores del Colegio", manifestó el alumno, quien cursa su sexto año de Ingeniería Civil.

 

El líder reiteró que la demostración fue producto de muchos sacrificios contraidos por el grupo, ya que para montar el espectáculo, requirieron de largas horas de ensayo durante dos semanas.

 

"Aquí estamos mezclando lo que es ser estudiante con ser músico. De verdad que no es nada fácil. Adicional a que somos unos músicos buenos, en la Banda hay unos excelentes estudiantes. Yo estoy superorgulloso de pertenecer a la Banda", mencionó.

 

Coincidió Misha Vargas, capitana de las Abanderadas, quien afirmó que la clave del éxito radica en la unidad que permea entre los integrantes.

 

"En esta demostración de Guaynabo, mi rol fue mantener el orden, montar los bailes con la ayuda de las chicas, sobre todo, mantenernos unidas y llevar la presentación a un nivel de perfección y ser reconocidas como las Abanderadas del Colegio, como lo que somos, las mejores". 

 

De acuerdo con la estudiante de Agronomía, las bailarinas se integraron a los músicos, y juntos realizaron un baile moderno conocido como Shuffle. "Fue bastante trabajo, pero lo logramos".

 

De esta manera, una vez más la Banda del Recinto Universitario de Mayagüez sumó a sus numerosos triunfos una distinción adicional que les reconoce, según el criterio de jueces internacionales, por contar con: el mejor sonido e interpretación; la mejor coordinación en los bailables;una excelentee participación de las abanderadas y la variedad de su repertorio.