El Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) abrió sus puertas recientemente para recibir la visita de alrededor de 70 personas de las comunidades de Hato Nuevo en Gurabo y Peña Pobre en Naguabo, como parte del proyecto piloto sobre obesidad infantil que lleva a cabo el Instituto Universitario para el Desarrollo de las Comunidades (IUDC), que subvenciona el Instituto Nacional de la Salud (NIH).
Según explicó el doctor Robinson Rodríguez Pérez, catedrático asociado del Departamento de Economía Agrícola, el propósito de la propuesta es atender los asuntos de salud en la niñez aumentando la actividad física, modificando los hábitos nutricionales y trabajando la autoestima.
“Lo hacemos desde el punto de vista que la comunidad participa activamente en diseñar las actividades, establecer los objetivos y ser una parte fundamental, no solamente en pensar y establecer la propuesta, sino en ponerla en práctica, y evaluar los éxitos y las áreas que necesitamos mejorar”, sostuvo.
Durante la etapa investigativa, además de ofrecer talleres que promueven una sana alimentación, se realizaron diferentes actividades comunitarias, así como eventos recreativos en los que se puso en práctica el juego entre equipos.
Asimismo, para culminar el proyecto se llevó a cabo un recorrido por el campus mayagüezano en el que los participantes visitaron el Planetario, la Finca Alzamora, la Red Sísmica de Puerto Rico, y disfrutaron de la demostración que ofreció el programa educativo Ciencias sobre Ruedas.
La propuesta, que comenzó en el 2009, ha obtenido resultados positivos en las comunidades participantes, por lo que ya vislumbran aplicar el proyecto en otros pueblos de la Isla.
“Desde el punto de vista sociológico, se ha dado un proceso de involucración comunitaria. Nuestra metodología, que es investigación de acción participativa, parte de la premisa de que el investigador y la comunidad desarrollan unos lazos de hermandad donde el experto es percibido como un miembro más del grupo. Los otros logros o la evaluación de la intervención en términos nutricionales, de aumento en actividad física, de aceptación de nuevos estilos de vida, en dos años, es un periodo muy corto. Sin embargo, aunque entendemos que todavía nos falta el análisis de datos, los resultados preliminares que tenemos son muy alentadores”, puntualizó Rodríguez.
Por su parte Dolores Miranda, catedrática del Departamento de Psicología del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, destacó la importancia del proyecto en la vida de los participantes.
“Más allá de atender el problema de la obesidad y el sobrepeso, se trató de entender cuáles son los elementos que dan lugar a esa forma particular de ingerir los alimentos, que muchas veces no son los más nutritivos. También, cómo nosotros podemos disfrutar el comer y el hacer ejercicio. El otro aspecto que tiene esta propuesta son las actividades recreativas y de formación personal, de las cuales fuimos aprendiendo de una forma muy divertida. Yo creo que la manera de ellos relacionarse es lo que la hace diferente a las demás”, detalló Miranda, al tiempo que aseguró que durante la investigación nunca se habló de obesidad, sino de cómo proteger el cuerpo alimentándolo saludablemente.
La educadora, quien colaboró ofreciendo recomendaciones y desarrollando actividades dirigidas al estima y los cambios en las preferencias de comida de los niños, destacó el apoyo y la aceptación que le dieron las comunidades a la investigación.
“Los padres colaboraron mucho haciéndonos llegar los niños. Estaban bien pendientes, y depositaron la confianza en nosotros para que trabajáramos con ellos. Siempre autorizaban y respaldaban las actividades. Y, aunque no trabajamos en las casas, pudimos observar cómo los padres y los niños han cobrado un poco de conciencia al escoger los alimentos”, resaltó.
Los expertos esperan obtener fondos adicionales que faciliten el proceso de establecer un equipo de trabajo para continuar con la iniciativa, en la que también participó la doctora Ann Macpherson, especialista del Departamento de Educación Agrícola, y las profesoras Luisa Seijo Maldonado y Gladys Malavé, directora del IUDC y economista del hogar del Servicio de Extensión Agrícola, respectivamente.
Oportunidades educativas
El equipo de investigadores aprovechó la ocasión para exhortar a los colegiales a aportar sus conocimientos académicos integrándose el próximo semestre al IUDC.
“Hay 52 comunidades alrededor de Puerto Rico, incluyendo Vieques y Culebra, donde hemos tenido estudiantes. Este año, tenemos seis espacios reservados para ambas comunidades, por lo que le pedimos a los estudiantes que son de la región este a que lleven parte de la aportación de lo que aprendemos aquí en el Recinto de vuelta a sus comunidades”, aseveró Rodríguez.
El taller de capacitación del IUDC comenzará el primer sábado de agosto, donde los estudiantes junto a los líderes comunitarios crearán sus propios equipos de trabajo y se ubicarán voluntariamente en las comunidades.
Video reportajes disponibles en:
Investigan sobre obesidad infantil en el RUM
Investigan sobre obesidad infantil en el RUM
