Celebran Día Mundial de la AlimentaciónAproximadamente 900 millones de personas sufren de hambre alrededor del mundo, una realidad que no debe ser ajena al entorno de Puerto Rico donde se importa el 85 por ciento de los alimentos que se consumen, por lo que su seguridad alimentaria también está en riesgo. Para crear conciencia sobre este problema, desde el punto de vista global y a nivel nacional, el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) se unió a la celebración del Día Mundial de la Alimentación el pasado martes, 16 de octubre. El Programa Graduado en Ciencia y Tecnología de Alimentos (CITA) del Colegio de Ciencias Agrícolas (CCA) organizó la actividad como parte de la agenda de eventos que ha planificado este semestre para festejar sus 21 años de fundación. Con un enfoque interdisciplinario, un panel de académicos, investigadores y expertos brindó su perspectiva sobre la Optimización del sistema de alimentos de Puerto Rico. Es así como se integraron los doctores Betzabé Rodríguez, de Ingeniería Industrial; Myrna Comas, de Economía Agrícola; Oscar Perales, de los departamentos de Ciencias de Ingeniería y Materiales, Química y CITA; Edna Negrón, catedrática y coordinadora del CITA; y el agrónomo José Torres Prieto, de la Comisión de Desarrollo Cooperativo de Puerto Rico. "Durante los últimos años, en Puerto Rico hemos estado hablando con más énfasis de la inseguridad alimentaria que existe y de la preocupación por el abasto de suministros porque no vamos a tener suficiente para más de una semana en el caso de que no pudiera entrar nada por barco o avión, que pudiera suceder en cualquier momento de crisis. Entendemos que el Recinto de Mayagüez tiene los elementos necesarios para ayudar a mejorar el sistema de alimentos desde la finca hasta la mesa, involucrando componentes de los diferentes colegios como es la parte de ingeniería, la agrícola, la de negocios y la de investigación básica", destacó la doctora Negrón, organizadora del conversatorio. La catedrática agregó que se aprovechó la coyuntura de la conmemoración mundial, una fecha seleccionada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), para crear conciencia sobre este problema y fortalecer la solidaridad en la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza. Este año, la entidad internacional seleccionó a las cooperativas agrícolas, como enfoque especial de la ocasión. El conversatorio comenzó con la alocución de la doctora Rodríguez, quien abordó el sistema de alimentos puertorriqueños desde el punto de vista de la Ingeniería Industrial, campo desde el cual ha tenido la oportunidad de trabajar de cerca a entes de ese orden de producción. "En la experiencia que he tenido con los proyectos que he estado realizando con varias de las industrias y agentes que son parte de la cadena, he podido notar que hay un poco de desconocimiento de la importancia de identificar nuestras restricciones o eslabones más débiles", relató la catedrática de ININ, al tiempo que explicó la Teoría de las restricciones que se utiliza para incrementar el valor de un sistema a través del fortalecimiento de su parte más frágil. "La observación que he tenido cuando hablo con un agente agrícola, procesador o distribuidor es que hay desconocimiento en cuán fuerte es su cliente o suplidor. Inclusive, he notado que no hay tanto interés en conocer esa fortaleza y esto lleva a tomar decisiones, invertir dinero, hacer políticas públicas, tal vez establecer legislación que no va a impactar el sistema", advirtió. Rodríguez precisó que no se trata de una misión sencilla, pues para mejorar un proceso es necesario analizarlo e identificar un objetivo en común. La ingeniera habló específicamente sobre la productividad como ejemplo de uno de esos eslabones e instó a la audiencia a comenzar a pensar a nivel del sistema de alimentos y no individualmente para lograr el crecimiento necesario. Coincidió con su colega la doctora Negrón, quien opinó que el problema debe atajarse desde todas las facetas y no centrarse en un solo ángulo. La directora de CITA se dirigió hacia dos vertientes: primero, el impacto que tienen las pérdidas de alimentos y cómo se debe enfrentar esta terrible situación; y, en segunda instancia, el rol que tiene el científico de esta disciplina en producir un abasto seguro y apetecible para la población. De acuerdo con los datos provistos por la catedrática, un 40 por ciento de la producción de comestibles se pierde, lo que implica un gasto descomunal de recursos ya sea por mermas en la finca, productos no recogidos, inocuidad de estos o pérdidas luego de la cosecha, lo que promueve la inseguridad alimentaria. Reveló que, aunque se ha avanzado bastante y se ha logrado reducir la cifra de mil millones de personas que sufre hambre en el mundo a 870 millones, todavía hay mucho por hacer.
De hecho, Negrón ofreció algunas innovadoras iniciativas que ya se están realizando para preservar productos que no se venden, como por ejemplo otorgar créditos y canalizarlos a bancos de alimentos de manera que puedan satisfacer las necesidades de la población. Asimismo, mencionó algunos esfuerzos que hace la industria privada y otras ideas que se recomiendan en esa misma dirección.
Según define La Liga de Cooperativas de Puerto Rico, el cooperativismo es una doctrina de orden económico y social que promueve la organización de las personas para satisfacer, de manera conjunta sus necesidades. Este esfuerzo está presente en un sinnúmero de países, en especial los menos desarrollados y, a nivel local también se ha incrementado, sobre todo en el ámbito agrícola y en la industria de alimentos. SOURCE: http://www.uprm.edu/portada/article.php?id=2370 |