Quince minutos que pueden salvar a un ser humano. Un regalo de vida que promueve el bienestar de aquel que más lo necesita... de eso se trata la donación de sangre. Por séptimo año consecutivo, el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) realizó la Mega Sangría Colegial, con el propósito de recolectar 410 pintas de este líquido vital y así contribuir a mantener los abastos en la Isla.
Como ya es costumbre, el RUM excede las expectativas que se cifran para esta noble actividad. Entusiasmados y sin buscar protagonismos, se consiguieron 455 pintas productivas durante los tres días que se extendió la sangría.
Así lo confirmó Juan Vázquez Santiago, supervisor de los Servicios de Sangre de la Cruz Roja Americana, quien destacó la generosidad de la comunidad colegial que se distingue por colaborar desprendidamente.
"Siempre hace falta sangre. Los hospitales en Puerto Rico la necesitan. Gracias a Dios, siempre salimos con nuestra meta establecida", sostuvo.
El funcionario describió el proceso como uno sencillo. Una vez llega la persona, se registra y presenta una identificación con foto. Después, se le entrega un material que deberá leer antes de donar. Posteriormente, se le practican pruebas de hemoglobina, pulso, presión, temperatura, y alrededor de 49 preguntas que determinan si puede continuar con el siguiente paso. Al obtener el visto bueno del personal de enfermería, pasa al área de flebotomía donde se extrae la sangre y, de no presentarse ningún tipo de complicaciones, el proceso debe haber culminado en un cuarto de hora. Luego, el donante se dirige a la cantina para tomar un refrigerio y continuar con sus actividades diarias.
De esa manera se fueron colectando esas gotas de vida de parte de estudiantes, profesores y personal no docente del RUM, en las distintas localidades del campus, ubicadas en el Salón Tarzán, el cuadrante de la Biblioteca, y en los Departamentos de Enfermería, Biología e Ingeniería Industrial.
"Esta experiencia es muy agradable", expresó Albert Cruz, del Laboratorio de Idiomas, del Departamento de Inglés del Recinto, quien indicó que cada vez que tiene la oportunidad, aprovecha para participar y donar sangre, "porque estamos donando vida".
Allí también se encontraba Iván Emil Valles, estudiante de Ciencias Agrícolas y Filosofía, quien instó a sus compañeros a participar del esfuerzo que puede beneficiar a otros.
"Vine a donar porque entiendo que es una causa importante, ya que ayuda a que mucha gente se recupere de diferentes enfermedades, accidentes... Que saquen un momentito dentro del día, aunque no lo planifiquen y donen".
La ocasión también sirvió para que los interesados participaran en el registro de médula ósea que lleva a cabo Be the Match.
"Nosotros somos un grupo de voluntarios que nos encargamos de buscar posibles donantes, ya sea de médula ósea o de algunos componentes de la sangre para estas personas con enfermedades relacionadas con la sangre, como leucemia", detalló David Cotto, alumno del Departamento de Biología.
Al igual que ocurre con la donación, las personas deben registrarse para tomarles una muestra de las células epiteliales de la boca, que permitirá determinar la compatibilidad genética para quien necesite un trasplante de médula ósea.
Ciertamente, cualquiera que haya sido la razón que les haya movido a dar de sí mismos, la contribución colegial sigue siendo muy significativa en el empeño de mantener los suministros que permitan atender todo tipo de emergencias.
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Cruz Roja celebra Séptima Mega Sagría en el RUM
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