Investigan las nanoestructuras

El esfuerzo también involucra a estudiantes graduados y profesores participantes del Centro de Nanotecnología para Aplicaciones y Sistemas Biomédicos y Energéticos que guían cada uno de los trabajos que se realizan durante la jornada. Esta experiencia veraniega promueve en los jóvenes las destrezas de laboratorio para que puedan emplear sus hallazgos en algún trabajo futuro de feria científica. El objetivo de las actividades, enfocadas en los educadores de Ciencias, consiste en que puedan desarrollar un módulo que aplicarán con sus discípulos.

Según informó la doctora Jeannette Santos Cordero, del Departamento de Ingeniería General, en el caso de los alumnos, se les seleccionó tras evaluar su promedio general, la recomendación de su maestro, un ensayo que debían redactar, y si pertenecían a algún Club de Ciencias e Ingeniería de Materiales (CIM) en su escuela.

"La mayoría de ellos está en el área de materiales y biomédica, donde estudian los atributos del componente, cómo hacer una mezcla diferente para conseguir mejorar sus propiedades mecánicas, químicas o para ver el efecto del polímero al estar en contacto con algún otro elemento", indicó.

A diferencia de los juveniles, que solo asistían durante la tarde, los educadores se adiestraron durante todo el día. De esta manera, los coordinadores se aseguraron de que al regresar al aula se logrará el intercambio de lo adquirido durante el campamento.

"Los maestros también llevan un trabajo de investigación, un poco más extenso; la idea principal es darles herramientas, cierto conocimiento, porque ellos son los que van a impactar al estudiante continuamente, no solo a los del Club. Esa es nuestra meta", sostuvo Santos Cordero.

Después del período establecido, ambos conjuntos desplegaron en un afiche sus resultados, que para los educandos representó exponer oralmente los procedimientos empleados cada día.

Uno de esos noveles científicos fue José Iván Zapata González, de la Escuela Superior Eugenio María de Hostos, de Mayagüez, quien investigó si la exposición prolongada a los rayos ultravioletas afecta la piel y cómo el colágeno contribuye a preservarla. Para ello, José Iván analizó la piel de las orejas de los cerdos.

Asimismo, Xiomarys Ramos Rosado, de la Escuela Superior Segundo Ruiz Belvis, de Hormigueros, estudió la permeabilidad en la espuma polímida, un componente presente en los aviones y otras naves empleadas mayormente por el ejército.

De acuerdo con Xiomarys, su enfoque consistió en evaluar la respuesta del polímero ante otros elementos y determinar si puede brindar mayor protección al usarla en otras embarcaciones.

"Encontré que tienen más resistencia, pero la permeabilidad disminuye, ya que lo hice con compresiones dinámicas y eso afecta la estructura del material, aunque no se va a notar desde afuera. Entiendo se debió a que por haberse dañado los poros, no se pudo absorber el agua", aseguró.

Por tratarse de una competencia, los afiches fueron evaluados por un comité integrado por las doctoras Madeline Torres, del Departamento de Ingeniería Química (INQU), y Bárbara Calcagno, de Ingeniería General, además de Boris Rentería, Técnico de Laboratorio del Recinto.

De la misma manera, los mayores tuvieron su turno para hablar sobre sus trabajos de verano. Entre ellos se encontraba Lester L. López, de la Escuela Superior Leonides Morales de Lajas, quien enseña Educación Agrícola en su plantel. En su investigación, titulada, Liberación controlada de medicamentos por acción magnética, contó con la dirección de la doctora Torres, de INQU y la estudiante graduada Merlis Álvarez.

"El trabajo consistió en desarrollar una aplicación médica contra el cáncer. Así, tratamos de hacer unas partículas que contengan algún material magnético para que se libere el medicamento por medio de una inducción de calor con magnetismo", describió. 

En cuanto al desarrollo del módulo educativo que le permitirá compartir la experiencia en su salón, López utilizará abono y un polímero que se adquiere fácilmente para que determinen si hubo difusión o alguna pérdida en el fertilizante.

Otra de las que compartió su experiencia fue Yahaira Méndez Chaparro, de la Escuela Superior Vocacional Dr. Pedro Perea Fajardo, de Mayagüez. Su estudio se concentró en Mejorar las propiedades mecánicas del biopolímero chitosan mediante el uso de nanocristales de celulosa.

"Entiendo que la experiencia fue excelente porque trabajamos para mejorar las propiedades del polímero chitosan al añadirle nanocristales de celulosa que nos permitiera formar un copolímero más resistente", explicó la educadora de Física y Química, que trabajó el doctor O. Marcelo Suárez y la estudiante graduada Amarilis Declet.

Méndez Chaparro planifica aplicar lo aprendido mediante un módulo que desarrolló y en el que utilizará parafina, en lugar de chitosan, así como el equipo con el que cuenta para realizar las distintas pruebas.

El grupo de pedagogos estuvo compuesto además por: Wanda Santana, de la Escuela Intermedia Elpidio H. Rivera, de Mayagüez; Ivette Serrano, de la Escuela Superior Manuel Méndez Liciaga, de San Sebastián; Lucille Oliver Cebollero, de la Escuela Superior Inés María Mendoza, de Cabo Rojo, y Marisol Colón, de la Escuela Superior Eugenio María de Hostos, de Mayagüez.

También, entre los colaboradores estuvieron: Krisiam Ortiz, Gladynel Saavedra, Virginia Luciano, y Melina Pérez Altamar.

Esta fue la tercera edición del campamento de verano y la décima ocasión para los instructores.