Cuatro expertos en sismología del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) participaron del Pan American Advanced Studies Institute que se celebró en la República Dominicana. El grupo se adiestró en las principales técnicas que permiten obtener la respuesta de un sitio ante un movimiento telúrico.
Por el RUM asistieron los doctores: Carlos I. Huerta, catedrático asociado del Departamento de Ingeniería Civil (INCI) y sismólogo del Programa de Movimiento Fuerte; y por la Red Sísmica de Puerto Rico (RSPR), Víctor Huérfano, director; y Norberto Rojas. Al grupo también se unió el ingeniero Fabio M. Upegui Botero, estudiante graduado de INCI y asistente de investigación del Programa de Movimiento Fuerte.
En los doce días que duró la actividad, los participantes se adiestraron en las principales técnicas que permiten obtener la respuesta de un sitio y hacer mediciones a escala mediana. Estas son: el método de autocorrelación espacial, los cocientes espectrales, la refracción sísmica a partir de microtemores (REMI) y el análisis espectral de las ondas superficiales.
Según detallaron los colegiales, el terremoto ocurrido en Haití en el 2010 dio paso a que los asesores del Hemisferio se reunieran en busca de esfuerzos para estimar las características, propiedades y geometría del subsuelo donde se registre el temblor. Así se han congregado previamente en Costa Rica y Ecuador.
"Se busca que la reunión se dé en términos de las propiedades de interés para los ingenieros, de cómo el sistema del subsuelo se comportaría ante un evento de mayor tamaño", sostuvo el doctor Huerta.
Al agrupar a ingenieros y geólogos, se logra el objetivo de comprender los peligros en el análisis de los sismos, particularmente las técnicas de caracterización de sitio, al tiempo que se facilitan futuras investigaciones colaborativas, como las que se dan en el RUM entre los departamentos de INCI y Geología, la RSPR y el Programa de Movimiento Fuerte.
Durante su estadía, los doctores Huerta y Huérfano ofrecieron conferencias ante los 40 participantes del Instituto. En el caso del doctor Rojas y Upegui, estos se integraron al grupo de investigadores que aprendió a manejar otros equipos y que realizó pruebas en la superficie del terreno.
"El enfoque de la reunión en Santo Domingo fue uno más geofísico al emplear métodos indirectos para obtener la respuesta de los suelos. De hecho, la colaboración entre los representantes del RUM y la vecina República Dominicana es una muy sólida, ya que la RSPR le brinda apoyo al Instituto Sismológico Universitario (ISU), y también se extiende a las Islas Vírgenes de los Estados Unidos, por lo que se tiene un cuadro bastante completo del comportamiento de la región", manifestó Upegui.
Asimismo, el estudiante graduado de INCI, comentó que debido a la sensibilidad de los instrumentos empleados, se enfrentaron a un mayor reto en la investigación, ya que debían distinguir entre las ondas del suelo y las del mar.
"Por los acelerómetros con los que cuenta la Red de Movimiento Fuerte en la zona de La Española, tenemos una gran influencia en el Caribe. Los instrumentos que manejamos en Puerto Rico, son principalmente los sismómetros. Esta fue una oportunidad para aprender sobre los acelerómetros ubicados en Santo Domingo", afirmó el ingeniero.
Los delegados colegiales explicaron que, a diferencia de Puerto Rico, en Santo Domingo se construye más en la superficie. Sin embargo, gracias a los cuatro años de apoyo a la Red Sísmica Dominicana por parte del Programa de Movimiento Fuerte, son capaces de detectar todo tipo de movimientos gracias a los trece acelerómetros instalados en terreno dominicano.
"Tenemos planes de colocar dos instrumentos más, ya que existe mutuo interés, porque lo que nos puede afectar a nosotros acá, no necesariamente va a ocurrir aquí. Por eso, es tan importante que conozcamos cómo responde nuestro suelo haciendo estudios como los que realizamos en Santo Domingo. Al tener instrumentos allá, podemos saber cómo esa energía que se libere, podría afectarnos", indicó Huerta.
En el caso de este Instituto, el enfoque fue hacia la caracterización de sitio y se dividió en tres secciones. La primera abarcó el análisis de los peligros de los terremotos. La segunda sección tomó lugar en el campo, donde los participantes adquirieron nuevos datos usando la instrumentación asignada. Por último, aplicaron las técnicas aprendidas a los datos que recogieron y con los que completaron sus proyectos.
Luego de culminar esta experiencia, el colectivo se encamina a continuar con las investigaciones para analizar las estructuras y las señales en la ciudad de Mayagüez, sobre todo, en el RUM. Asimismo, existen trabajos de colaboración con el Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, y con universidades en los Estados Unidos.