"Se trata de un proceso de espantar el olvido;
sin memoria, no hay un País".
Dra. Elsa Tió
Releer en este tiempo una obra del pasado decimonónico porque sus planteamientos aún continúan vigentes, es uno de los retos que lanza Para un Palacio, un Caribe. El texto se presentó en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), en una actividad coordinada por el programa de Historia del Departamento de Ciencias Sociales (CISO) y su Asociación de Estudiantes de Historia. La obra, editada por la doctora Elsa Tió y diseñada por Yolanda Pastrana, recoge la polémica surgida entre el poeta español Manuel del Palacio y el doctor José Gualberto Padilla, apodado El Caribe, tras los versos ofensivos del primero a su regreso a España.
La controversia que constituye la publicación, gira alrededor de los poemas satíricos sobre la realidad puertorriqueña que escribió del Palacio después de haber sido desterrado por sus versos en contra de la reina Isabel II. Padilla responde combativamente con rimas que rescatan la identidad de los habitantes de la Isla que son atacados por el bardo español.
Lo que definió Tió como "la tiraera del siglo 19" contó con el análisis crítico desde sus áreas de especialidad, del profesor Mario Cancel Sepúlveda y la doctora Carmen Rivera Villegas, de los Departamentos de CISO y Estudios Hispánicos, respectivamente.
"Después que lo tratamos como un rey, porque supuestamente era un liberal que llegó aquí castigado, nos paga después de ocho meses de vivir aquí bajo banquetes y todo tipo de homenaje, con unos versos de ofensa a Puerto Rico y se burla del negro, del jíbaro, de la mujer, de lo que comemos, de nuestra pobreza", señaló la doctora Tió.
Ante su ataque, el vate boricua, José Gualberto Padilla, respondió con una poesía contestataria, defensiva y a la misma vez incisiva, tal como lo indicó la doctora Rivera Villegas en su alocución.
"Es evidente que la voz poética se haga eco de los reclamos que los liberales puertorriqueños hacían. Como otros, El Caribe asumió la defensa de la mujer frente a la doble moral impuesta, pero también habló a favor del negro y del jíbaro", sostuvo.
Agregó que su producción poética fue una pionera e ignorada posteriormente por el sistema educativo de la Isla, del que formó parte hasta 1946 como texto del otrora Departamento de Instrucción Pública.
Asimismo, analizó la apropiación de su apodo por las implicaciones que el término ha desatado históricamente y que cobran mayor significación con la versificación que se registra en la obra.
"Me gustaría pensar que cuando José Gualberto Padilla se apodó El Caribe, lo estaba haciendo no solo porque se pensaba como puertorriqueño, habitante de una vasta región geográfica, sino porque sabía que la palabra tenía su origen en una posible equivocación. Equivocación que desencadenaría todo un engranaje de poder, sustentado en prejuicios que angelizaban a unos y demonizaban a otros. Me gustaría pensar que nuestro poeta estaba asumiendo, no solo la audacia que significaba el término 'cariba', sino que también estaba asumiendo la significación impuesta; es decir, la de caníbal. En este caso, Padilla no hizo sino preludiar lo que décadas más tarde, otro poeta resumiría en la irónica exquisitez onomatopéyica anticolonial: 'ñam ñam', o lo que hoy día se plasma con la popular frase: 'chúpate esa en lo que te mondo la otra' ".
Por su parte, Cancel Sepúlveda, afirmó que "se trata de un superhombre, un titán entre el bien y el mal. El poeta fue víctima de una acusación de separatismo por ser un escritor civil comprometido. Por eso, el rescate de la obra de El Caribe, al contextualizarla dentro de la realidad que enfrentamos en el Puerto Rico de hoy y que no se distancia de nuestro pasado decimonónico, es una gran aportación".
Con ellos coincidió Tió al resaltar que Para un Palacio, un Caribe, captura la realidad puertorriqueña que desde entonces sigue vigente y que, a su juicio, las mejores respuestas fueron las de Padilla.
"Quien se queda con la última palabra, y ayuda a cuajar la conciencia nacional es El Caribe en esta 'tiraera' maravillosa, donde deja una huella tan grande que fue una figura tan conocida en su época, aunque hoy está completamente olvidada", aseguró.
La poeta fue más allá al sostener que lo que le movió a recopilar los escritos que se incluyen en la obra fue rescatar el pasado histórico para las generaciones presentes.
"Qué se hace un pueblo sin memoria. Creo que el País y los jóvenes deben verse reflejados en personas que nos pensaron y nos soñaron y lucharon por uno, y no tal vez en tantas cosas a todos los niveles y todos los partidos y creo que hay que volver atrás para tener un impulso al futuro", concluyó.
Precisamente, esa reafirmación de la puertorriqueñidad y el asumir una posición firme y vertical ante la presencia del invasor fue lo que destacó el doctor Manuel Valdés Pizzini, decano interino del Colegio de Artes y Ciencias, en su intervención.
Con él coincidió, a su vez, la doctora Ramonita Vega Lugo, catedrática de Historia, al sostener que es necesario rescatar del olvido a todos los que han aportado a la literatura puertorriqueña y a la historia misma del País.
El evento fue moderado por Vega y contó con gran respaldo de la comunidad universitaria.