En pos de la conservación del pez doradoEl pez dorado posee un gran valor para la pesca comercial, deportiva y recreativa. Mahi mahi, nombre hawaiano que significa “muy fuerte”, hace honor a las características de este pez. Tanto para los pescadores comerciales y recreativos, el dorado figura entre las especies más preciadas. Su sabor, su carne blanca, su versatilidad al cocinar y su buen balance entre proteínas y grasas -es bajo en calorías, tiene muchas proteínas y poca grasa- le han permitido ostentar un sitial privilegiado en nuestras mesas y en los restaurantes. Para los recreativos, la pelea que ofrece esta especie de aguas oceánicas no tiene precio. Los dorados, además de fuertes, son rápidos y acrobáticos. Los azules y verdes brillantes, y el color amarillo-dorado en sus costados destellan sobre el mar mientras el pez ofrece un espectáculo de belleza y poder. Al igual que muchas otras especies que forman parte de las vidas de los pescadores y de la alimentación de las personas, resulta necesario conocer más acerca del dorado y tener la mejor información posible para su manejo y conservación. A través de su proyecto Investigando los movimientos regionales y estacionales, y el comportamiento en la columna de agua de los peces dorado alrededor de Puerto Rico y el centro oeste del Atlántico, Wessley Merten, estudiante graduado del Departamento de Ciencias Marinas del Recinto Universitario de Mayagüez, investiga la especie. Según explicó, su tesis tiene como objetivo analizar los patrones de movimiento, el comportamiento, los hábitats esenciales, la estructura de la población y su biología, particularmente en las zonas del Caribe y del noroeste del Océano Atlántico. “El Proyecto de Investigación del Dorado en Puerto Rico es la versión caribeña del Programa de Investigación del Dorado establecido en Carolina del Sur. Su director, Don Hammond, trabaja estrechamente conmigo para establecer un programa de etiquetaje y liberación en Puerto Rico y alrededor del Caribe”, comentó. Etiquetaje y liberación por parte de los pescadores Merten indicó que su labor requiere de la colaboración de todos los pescadores, ya que son ellos, mediante la pesca, quienes ayudan a establecer patrones de movimiento, el etiquetaje y la liberación de los peces. Por tal razón, el estudiante graduado exhortó a los pescadores a marcar y liberar los dorados pequeños, que midan menos de 32 pulgadas o pesen 10 libras o menos. Merten señaló que la etiqueta, comúnmente conocida como tag, es un aditamento que se coloca en la piel del pez. Esta tiene una numeración que permite identificarlo al momento de su recaptura. Además, posee el nombre del proyecto y el número de teléfono a llamar, o dirección de correo electrónico a la que pueden escribir, para reportar la captura del pez etiquetado. Etiquetar los peces conlleva una serie de pasos. Primero, los pescadores deben capturar el pez, preferiblemente con un anzuelo número siete, cuya forma circular es menos dañina para el pez. Luego, deben verificar si el pez está saludable y si no fue enganchado por las vísceras, un ojo o las agallas. Una vez, se lleve a cabo este paso se trae el pez abordo. El mismo debe ser colocado, preferiblemente, sobre un colchón o cojín suave. Después, mientras un pescador remueve el anzuelo, el otro coloca la etiqueta en la musculatura dorsal posterior a la cabeza del pez, en un ángulo de 45 grados. La etiqueta debe ser puesta en dirección hacia la cola. Luego, los pescadores deben tomar la medida del largo de horquilla y devolver el pez al agua. En la tarjeta que acompaña la etiqueta utilizada, se debe registrar el largo del pez, el día, la hora y el lugar donde fue capturado (la localización puede buscarse mediante el uso de un GPS), la presencia de sargazo en el área, la actividad de aves en la zona y la temperatura, entre otros datos. “Cuando un pescador marca (etiqueta) un dorado, debe también registrar los nombres de los pescadores y del capitán de la embarcación y, si es posible, la temperatura, la profundidad y otras observaciones tales como actividad de aves en el lugar y la presencia de basura en el área. Después, el pescador debe reportar el pez que capturó y marcó tan pronto como sea posible y ofrecer los datos recopilados”, dijo Merten. A los pescadores se les provee el equipo necesario, que incluye las tarjetas para la recopilación de datos y las cintas para etiquetar, estas últimas subvencionadas por el Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico, según informó su director, Ruperto Chaparro. Datos que ayudan a conservar la especie El director de Sea Grant y el estudiante explicaron que se espera que, en algún momento, otro pescador recapture el pez y que este también reporte esa recaptura al número o correo electrónico que aparece en la etiqueta. De esta manera, se puede establecer un registro de traslado del pez. Los expertos destacaron la importancia de esos datos que ayudan a los científicos a determinar las acciones a tomar en pos de la conservación del pez y de sus hábitats. Los esfuerzos de estudio y conservación del pez dorado, también requieren la cooperación de muchos países debido a que su comportamiento migratorio les hace recorrer muchas jurisdicciones. “La participación de los pescadores de otros países es crítica para el éxito del programa. Actualmente, se han identificado pescadores, que han reportado y liberado dorados, en diez países de la región del noroeste del Atlántico. La clave para descifrar lo que existe detrás de sus movimientos es establecer programas de etiquetaje específicos en las diferentes áreas con el fin de asegurar que un porciento anual de peces dorado, que atraviesan estas regiones, sea etiquetado y que también, exista la posibilidad de que sean recapturados. De esta forma, la información obtenida de las capturas podría ser utilizada por la comunidad científica para evaluar los abastos de peces, analizar el crecimiento de estos y conocer las probabilidades de que los peces se muevan entre unas regiones y otras”, sostuvo Merten. El equipo de pesca del “ángel perdido” Precisamente, al reconocer el valor del sistema de etiquetaje y liberación para la preservación de la especie, Manuel Botello, un pescador recreacional decidió unirse al proyecto en el año 2008. Desde entonces, junto a un grupo de amigos y otros pescadores recreacionales, bajo el denominado Missing Angel Fishing Team, en el que figura Alexis Alfalla, Irvin Báez, Mario Lugo, Ernie Martínez y Fred Voltaggio, ha marcado y liberado alrededor de 400 dorados. “Vamos a devolver algo, a cooperar con la ciencia, el manejo y la conservación del recurso para las futuras generaciones. Los recursos no son infinitos”, expresó Botello acerca de las razones por las cuales se involucró en el proyecto. De los peces marcados y liberados por el equipo, se han recapturado diez en aguas de Puerto Rico, República Dominicana, al noreste de Cuba y el este de Carolina del Sur, lo que muestra las grandes distancias que puede recorrer un pez dorado. Asimismo, el Missing Angel Fishing Team ha ayudado en la instalación de las etiquetas satelitales en tres de los peces marcados. Las etiquetas satelitales permiten identificar la intensidad de la luz, la presión, la temperatura y la localización geográfica, y ayudan a descifrar los movimientos de esta especie en la columna de agua. Torneos de captura y liberación de dorados Otros pescadores también pueden colaborar con este proyecto mediante su participación en las competencias de captura y liberación de dorados. Los pescadores de las islas del Caribe y las Bahamas podrán competir por premios hasta el 31 de diciembre de 2013. Cada pescador debe pescar, etiquetar y liberar un mínimo de 20 peces dorado para cualificar en la competencia. Los peces capturados y liberados para esta competencia también pueden ser contados para el Puerto Rico Tag-a-Phin Contest. Se premiará el primer lugar con una caña de pescar Star de 6 pies, que incluye un carrete Shimano TLD-30. Mientras, el segundo recibirá un paquete de regalo de Costa del Mar. De otra parte, el Puerto Rico Tag-a-Phin Contest se extenderá hasta el 31 de mayo de 2014. Aquí se premiará el primer lugar con una cámara GoPro Hero 2, que incluye monturas y accesorios valorados en $ 400. El segundo recibirá unas gafas Costa del Mar, valoradas en $ 300, y el tercero obtendrá un reloj Nixon Tide, cuyo valor es de $ 150. A cada una de las tres menciones honoríficas se le obsequiará un traje de buzo Indo Rashie, valorado de $ 50. Para cualificar para los premios, cada pescador debe marcar, liberar y reportar un mínimo de 20 dorados entre las fechas antes mencionadas. Los interesados en participar en una o ambas competencias deben inscribirse y solicitar un equipo para marcar y liberar dorados a la dirección: wessley.merten@upr.edu “Su participación en el torneo será una aportación para la ciencia”, apuntó el estudiante. Para obtener más información sobre el proyecto de etiquetado de dorados, oprima aquí. Para ver un repaso de los procedimientos para etiquetar el pez, oprima aquí. *La autora es Comunicadora del Programa Sea Grant de la UPR con sede en el Recinto Universitario de Mayagüez. SOURCE: http://www.uprm.edu/portada/article.php?id=2652 |