La Estación Experimental de Isabela adscrita al Colegio de Ciencias Agrícolas (CCA) del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) abrió sus puertas para recibir a los participantes del Club Agromicrobios, una iniciativa que dirige la doctora Lydia Rivera Vargas, catedrática del Departamento de Protección de Cultivos del CCA.
"Esta actividad es uno de los objetivos de un proyecto que es financiado por el Departamento de Agricultura Federal (USDA). El propósito es organizar clubes de Ciencia para hacer hincapié en la Microbiología Agrícola. Estamos especializándonos en disciplinas como Fitopatología, Microbiología de alimentos, Epidemiología de plantas y aspectos que tienen que ver con Biotecnología y Nanotecnología. Así que los clubes se han creado para que los estudiantes tengan talleres y prácticas interactivas de enseñanza de todos estos temas y disciplinas. Son 40 jóvenes, ellos vienen de escuelas en San Germán, Cabo Rojo, y dos escuelas de Mayagüez, intermedias y superiores", explicó Rivera Vargas.
El encuentro educativo también sirvió de escenario para otorgar becas de mil dólares a cuatro escolares que, durante un semestre, investigarán junto a profesores del RUM.
Los escogidos fueron Adianez N. Vélez Guzmán, Stephanie Marie Plaza Torres, Eddie Javier Rivera Rivera y Alondra I. Martínez Ocasio.
"Los estudiantes que recibieron esta beca fueron seleccionados por su interés en la Ciencia y su excelencia académica", agregó la profesora.
Para Adianez, de 12 años y la más joven de los becados, representa una experiencia "muy significativa".
"Me ayuda a mis estudios y poder aprender cosas nuevas. No todos los niños tienen la oportunidad de hacer una investigación tan grande como esa", dijo con gran fluidez la estudiante de la Escuela Segunda Unidad Río Cañas Abajo de Mayagüez.
La futura científica, quien cursa su octavo grado, explicó a Prensa RUM los alcances de su estudio.
"Voy a hacer un biosensor que es para identificar o buscar los problemas que tienen los hongos y la levadura y que pueden afectar a los humanos", sostuvo.
Con similar entusiasmo se expresó Stephanie Marie, de 15 años, alumna del Centro Residencial de Oportunidades Educativas de Mayagüez (CROEM), de Mayagüez.
"Para mí la beca que recibí es una gran oportunidad. La investigación que voy a estar realizando es un tema superinteresante sobre la patología de unas lesiones vegetales que se encuentran en un cactus endémico de Puerto Rico", explicó la joven, quien cursa undécimo grado.
Stephanie Marie destacó el rol de una de sus profesoras al encaminarla a participar del Club.
"Yo me enteré de los talleres por medio de mi maestra de Agricultura y me uní. Allí discutimos temas de Fitopatología, Nanotecnología, Epidemiología, microbios de la leche... Lo más que me gustó fue la Epidemiología, hay muchas especias que están amenazadas. A veces estas epidemias de patógenos desconocidos afectan las especies de Puerto Rico hasta extinguirlas y es importante preservarlas", afirmó.
Por su parte, Eddie Javier, de la Escuela Especializada Laura Mercado, en San Germán, indicó que "es un privilegio recibir la beca y poder trabajar con una profesora del Recinto la investigación".
El joven de 17 años, quien cursa su cuarto año de escuela superior, está relacionado con los temas agrícolas, ya que forma parte de la Organización Futuros Agricultores de América.
El título de su proyecto es: Determinación de bacterias totales y coliformes en queso blanco del País.
Mientras, Alondra I. Martínez Ocasio, de la Escuela Intermedia Segunda Unidad Antonio Acarón Correa de Cabo Rojo, identificará microorganismos patógenos de plantas aromáticas.
Dirigirán las investigaciones las doctoras Rivera Vargas, Merari Feliciano Rivera y Leyda Ponce de León, del CCA; así como la doctora Patricia Ortiz Bermúdez, de Ingeniería Química, todas profesoras e investigadoras del RUM.
Durante el recorrido por la Estación Experimental, los miembros del Club visitaron los predios de cítricos, los huertos, el vivero de árboles y tuvieron la oportunidad de sentir la tierra al hacer el ejercicio de sacar ñames en ese sembradío. Asimismo, visitaron el Laboratorio de Fitopatología, donde construyeron un modelo de ADN con golosinas.
"Queremos atraer a los estudiantes a la Ciencias Agrícolas y no siempre tiene que ver con siembra, sino que involucra tecnología que es importante. Respiramos, comemos y nos vestimos gracias a las plantas y no le damos el valor que tienen", concluyó Rivera Vargas.