El ímpetu y entusiasmo que se desatan al sentir que se representa a la entidad que forma, capacita, ilustra e imprime huellas definitivas en el carácter y en las memorias. Un espíritu que grita con mayor fuerza, cuando se da en el ámbito competitivo que promueve el deporte. Esos fueron los bríos que imperaron el pasado domingo, 27 de octubre durante la exaltación de cinco embajadores del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) a la lista de la Galería de los Inmortales del Deporte Colegial.
La emotiva ceremonia, que celebra la Asociación y Fundación Alumni, se dio a su vez en el marco de las actividades organizadas para el tradicional Retorno Colegial, y que sirvió como plataforma para despertar el orgullo en todos los que acudieron al Anfiteatro del Edificio de Enfermería. Allí se rindió tributo a quienes "entregaron sus destrezas al alma máter con orgullo y honra", según reza la misión de la Galería.
Este año, se unieron a la prestigiosa lista de 282 homenajeados: Héctor "Macho" Figueroa Arroyo, como propulsor del deporte; Luis R. Estrada López, en béisbol y sóftbol; Richard Torrellas Villa y Manuel A. Conde Seijo, ambos en natación y polo acuático; y Fernando Nazario Marrero, en judo, levantamiento de pesas y lucha olímpica.
Según explicó Ricardo Antonetti, presidente de la Galería de los Inmortales, estos colegiales merecen formar parte de esas páginas históricas por cumplir con una serie de requisitos, entre estos, sus contribuciones a una institución centenaria que tanta gloria ha dado al País.
"Empezamos con su aportación y las medallas que tuvieron durante los años que fueron atletas, eso es una pequeña parte porque se evalúa la contribución que están haciendo a la sociedad y qué personas son, porque para ser miembro de la Galería tienes que ser estudiante primero, buen ser humano y buen atleta", reiteró Antonetti, quien ve esta celebración como una magnífica ocasión de reencontrarse con amigos y compartir en familia.
Uno de esos excelsos representantes fue Figueroa Arroyo, una figura que goza del afecto y respeto de la comunidad universitaria, no solo por su trayectoria exitosa como jugador y entrenador en el béisbol y sóftbol a nivel nacional e internacional, sino por su desempeño como director de Actividades Atléticas del RUM desde 1985 hasta el 2010. Al nuevo integrante de la Galería como propulsor del deporte, se le dedicó también la primera carrera 5K colegial, Los Tarzanes Cojos, que tuvo lugar en el campus el día anterior con motivo de los eventos organizados para recibir a los exalumnos.
"Es mucho con demasiado, como decimos los puertorriqueños. Para mí es una distinción especial, ya que tuve la suerte de que tener que ver con todos los muchachos que están aquí como director atlético, o en esos inicios de mi carrera. Agradezco a todos los que han tenido que ver con esto que hallan considerado mi persona para esta honrosa instalación que tiene un significado para mí muy particular porque le debo al Recinto lo que soy hoy en día", destacó Figueroa Arroyo.
Su colega en los deportes de béisbol y sóftbol, Estrada López, coincidió en el honor que se siente compartir, con personas a las que admira, esa distinción que catalogó como "indescriptible".
"Yo siempre he sido una persona muy dedicada, fiel creyente de que cuando uno quiere tener éxito uno tiene que demostrarlo, tanto fuera como dentro del Colegio y esas palabras las puse en práctica durante los cuatro años en el Recinto. Uno no participa en el deporte esperando este reconocimiento, pero ya que lo hacen, uno se siente agradecido, realmente es algo muy especial", aseveró emocionado el egresado de Ingeniería Mecánica en el 2008 y actual estudiante graduado del mismo departamento, quien asegura tener sangre verde "desde los pies hasta la cabeza".
Algunos, como Figueroa Arroyo y Estrada López, mantienen sus vínculos más estrechos a su alma máter por razones de estudio y trabajo. No obstante, para quienes laboran en el ámbito privado, esos lazos afectivos continúan igual de sólidos. Es el caso de Torrellas Villa, graduado en 1984 de Administración de Empresas y destacado en las disciplinas de natación y polo acuático.
"Me siento bien contento porque mis mejores amigos son de aquí de Mayagüez, mis mejores profesores, las personas que me ayudaron a tomar decisiones en mi carrera, en la natación. Para mí representa mucho porque considero esto mi alma máter, donde me gradué y obtuve mi bachillerato, pero también donde estudiaron mi papá y mis tíos. Siempre me hablaban del Colegio, de los colores verde y blanco, de ganar la copa de atletismo y fue una experiencia de vida", afirmó el ahora gerente de distribución en Puerto Rico y el Caribe de la compañía Eco Lab.
Otro de los homenajeados que trabaja en un campo distinto al deporte es Nazario Marrero, egresado como maestro en Educación Física en el 2006 y actual Oficial de Admisiones en el Hospital Bella Vista en Mayagüez.
"Es algo bien emocionante, que no esperaba. Fue algo que surgió, me dijeron 'estás nominado' después me llamaron y me dieron la noticia de que estaba aceptado, es algo que no me cabe en el pecho", expresó el ahora estudiante próximo a concluir otro bachillerato, esta vez en Enfermería.
Otro destacado en la natación y polo acuático fue Conde Seijo, orgulloso por este reconocimiento que dedicó a su padre, en especial, por el compromiso que tuvo de instarlo a estudiar en el Colegio y representarlo dignamente, un recuerdo que evoca constantemente.
"Cuando uno se pone esos colores, se le olvida que las demás personas existen y va hacia delante para ganar todas sus competencias. Es algo que no se puede describir, como dicen corre sangre verde por las venas de uno; son cuatro años de estudio y de competencia. No hay palabras para decir la emoción que uno siente", enfatizó el graduado de Premédica en 1985.
Precisamente, fue uno de los galeristas, el mayagüezano Carlos Acosta Ithier, quien tuvo a su cargo el mensaje principal de la velada con un recorrido histórico de su representación deportiva colegial en la que se destacó en el baloncesto y el atletismo. Además, de los saludos oficiales, se realizó el protocolo de exaltación como parte de este reconocimiento que coordina la Asociación y Fundación Alumni desde el 1992.