Cuando la imaginación se une con la palabra, encuentra formas de sobrevivir a pesar de las barreras lingüísticas. Derrota todo tipo de obstáculo, porque la literatura, en cualquier género, busca las opciones para prevalecer. Así de triunfante fue Anna Lidia Vega Serova, una escritora que entre las raíces rusas y cubanas, logró crear un movimiento que la transportó al Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) para presentar su libro de cuentos Bad Painting.
“Yo redactaba poesía en ruso y en una ocasión un amigo me hizo una pregunta sobre uno de los textos que comencé a traducir con él. Mientras me ayudaba, me dijo que eso era narrativa. Luego lo sometí a un concurso, ganó y pensé que yo podía hacer más. Él me ayudó a crear el libro. Lo envié a una competencia en la cual el premio era la publicación y gané”, explicó sobre el nacimiento de su esfuerzo.
De hecho, el título de esta colección se basa, no solo en su estilo, sino en una tendencia del dibujo que retrata tópicos de la sociedad en un estado caótico.
“Bad Painting es una corriente en las artes plásticas. Se trata de algo abandonado. Mis cuentos son catalogados como sucios por los temas y porque el lenguaje está un poco descuidado, ya que no he tenido mucho dominio del español. Por eso decidí llamarlo así. Además, cada uno lleva de título una pintura".
Asimismo, la actividad contó con la presencia de estudiantes colegiales, quienes recibieron consejos sobre la importancia de la redacción y cómo promulgarla.
“Lo más importante para escribir es no cohibirse, ni dejar pasar el momento en que llega la idea. Además, no esperar a que baje la musa, sino simplemente tomarse su tiempo y dedicarlo. Luego, dejar pasar algunos días antes de retomar el texto para revisarlo bastante fuerte y ser despiadado con uno mismo a la hora de corregirlo para que quede lo mejor posible”, aconsejó Vega Serova.
Por otra parte, la presentación sirvió para reflexionar sobre las conexiones que existen entre Puerto Rico y Cuba, y cómo su cultura e historia unen a las islas caribeñas en distintos movimientos literarios.
“Hay mucho en común entre ambos. He tenido la oportunidad de conocer a poetas jóvenes y narradores puertorriqueños que hacen cosas muy similares a los cubanos y eso me parece maravilloso porque a través del tiempo nuestros dos países han tenido mucho vínculo social, y es fantástico que no se pierda”, expresó.
De igual forma se sintió la doctora Camille Cruz Martes, catedrática del Departamento de Estudio Hispánicos, quien recomendó a los alumnos que aprecien la producción, no solo de su tierra, sino del espacio geográfico que los une a otras naciones.
“Como siempre les he dicho a los estudiantes, no es casual que nosotros no conozcamos la obra de personas de aquí y de otros lugares, por ejemplo de República Dominicana. Por ser una artista que trata temas bien contemporáneos que tienen que ver con la problemática social, la marginalidad y cuestiones que tienen que ver con la sexualidad, se parece muchísimo a la cuentística de hoy en día en la Isla. De hecho, así fue que comencé a leerla y a compararla”, manifestó la profesora.
Entretanto, esto se une a la misión del evento; mostrarle a los colegiales la hermandad entre ambos países y cómo la escritura ha sido el baluarte para preservarla.
“Yo quisiera que ellos se den cuenta de que a pesar de todos los mitos que existen sobre Cuba y que nuestros sistemas políticos y económicos son diferentes, las letras siempre nos han unido”, dijo Cruz.
Precisamente, es este arte, caribeño, universal, o el que se cría en su alma, el que hace que Serova encuentre, no solo una profesión llena de virtudes, sino, un hogar.
“La literatura es una especie de patria para mí. Es un espacio donde me siento cómoda y libre para crear lo que necesito”, concluyó.
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Escritora Anna Lidia Vega Serova visita el RUM
