Con la intención de impactar a estudiantes de escuela superior en el área de empresarismo, la tienda laboratorio Huella Colegial, que opera como un centro de aprendizaje, llevó a cabo el Campamento de Jóvenes Emprendedores, auspiciado por el proyecto Acceso al Éxito de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
El evento educativo, realizado por segundo año consecutivo, apasionó a diez preuniversitarios con los conceptos de lo que conlleva administrar un negocio y la búsqueda de pensamientos empresariales.
‘‘El propósito es desarrollar en estos alumnos nuevas ideas corporativas, vivimos en una coyuntura económica donde necesitamos personas con movimientos emprendedores y este proyecto es una herramienta para que ellos se puedan desarrollar en ese camino’’, expresó la profesora Norma Ortiz, catedrática de Administración de Empresas (ADEM) del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) y coordinadora de Huella Colegial.
Añadió, que el interés de los participantes fue excelente, ya que en el campamento no tuvieron ausencias ni tardanzas de parte de los campistas, sino que al contrario, llegaban con entusiasmo antes de la hora de entrada.
‘‘Iniciamos este campamento con una evaluación de las destrezas que posee cada estudiante. Los dividimos en tres subgrupos; cada uno escribía en un papel sus habilidades y a base de eso, las ideas de negocios que ellos podrían hacer. Surgieron tres proyectos empresariales extraordinarios, el primero, una academia enfatizada en jóvenes con discapacidades; el segundo, un edificio de hospedajes con todas las necesidades básicas, y por último, una aplicación para el aprendizaje del lenguaje de señas y los estudiantes con problemas de audición’’, explicó.
De esta forma, la profesora les dio el reto de aplicar los conceptos teóricos de la planificación, organización, dirección y control para incorporarlos en la presentación de sus ideas empresariales ante un panel de expertos.
Una de esas noveles empresarias fue Jessica García, de 17 años y estudiante de la Escuela Vocacional Pedro Perea Fajardo de Mayagüez. Jessica se prepara como asistente administrativo y al escuchar del campamento, enseguida se interesó en participar. ‘‘A mí siempre me ha gustado todo lo empresarial. Me encantó todo lo que surgió aquí y las ideas de nuestros compañeros’’, comentó.
De otra parte, Diego Silva, de 15 años, educado en el hogar y uno de los gestores del proyecto de una aplicación para el lenguaje de señas, indicó que: ‘‘mi motivación era poder socializar y aprender cómo manejar una empresa porque en algún momento quisiera montar mi propio negocio’’.
De hecho, la idea llamó la atención de los presentes, entre ellos, empresarios y educadores.
‘‘La aplicación se trata de aprendan el lenguaje de señas, pero entre las competencias, la de nosotros tendrá lecciones, vídeos, juegos y dibujos animados para que puedan hacer los movimientos del lenguaje de señas’’, explicó Víctor Colón Rosa, de 16 años, de la Escuela Dr. Carlos González, en Aguada.
Asimismo, Ariana Izbeth, quien al igual que Diego cuenta con 15 años y fue educada en el hogar, se involucró en dicha propuesta y agregó que: ‘‘en nuestro proyecto podríamos hacer nuestros propios shows, episodios, hacer animaciones o coger algunas que ya existan para ponerlas en lenguaje de señas y así los niños pequeños que tengan problemas de audición puedan entender lo que están viendo’’.
Los requisitos para ser parte del campamento fueron: tener entre 14 a 16 años de edad, un promedio general mayor o igual de 3.00, realizar un ensayo acerca de su interés por el empresarismo y enviar una transcripción de créditos, certificada por su escuela. Para más información pueden comunicarse con la profesora Norma Ortiz en: ortiz.norma@adem.uprm.edu