Ya son más de tres décadas las que han transcurrido desde que el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) abrió sus puertas para acoger a los pequeños Tarzanes y Juanas para su primer encuentro con la Institución. Del 1 al 24 de julio, las instalaciones deportivas con las que cuenta el Recinto recibieron a esta futura cosecha de colegiales de 7 a 14 años que participaron en el Campamento Tarzán.
Para el doctor Francisco Maldonado Fortunet, decano interino de Estudiantes, esta es una de las vías que le permite a la Universidad trascender su campus.
“Nosotros, desde el RUM, tenemos la responsabilidad de cumplir con nuestra misión que consiste, no tan solo en preparar a nuestros estudiantes de la mejor manera en las distintas disciplinas académicas, sino también contribuir a la comunidad que nos rodea”, indicó.
Asimismo, el Decano reiteró que en cada edición que se celebra del Campamento se enfocan en aumentar la cantidad de participantes según los recursos disponibles. De hecho, en esta ocasión aumentaron de 130 niños a 178.
“Contamos con las mejores instalaciones, además del apoyo estudiantil que es impresionante. Es una verdadera gratitud que podamos responderle a la comunidad cumpliendo con esa misión de integración en la Universidad”, afirmó.
Coincidió Francisco Cintrón, director interino del Departamento de Actividades Atléticas, dependencia que sirvió como enlace entre los campistas y la Institución.
“De aquí es de donde sale la idea del campamento porque entendemos que, como Universidad, tenemos una labor social que va más allá, al proveerle a muchos padres un lugar seguro para sus hijos y que sea en un ambiente que ellos disfruten”, expresó el funcionario.
Así lo confirmaron dos de los campistas, Alejandra Paz García y Xavier Valle Ortiz, quienes se mostraron muy entusiasmados por ser parte del Campamento Tarzán.
En el caso de Alejandra, de nueve años de edad, los recuerdos de su primera participación el año pasado y el compartir con otros niños de su edad, le motivaron a repetir la aventura una vez más. Al preguntarle acerca de qué fue lo que más le gustó, señaló que la clase de baile, pues es una de sus pasiones.
Mientras, Xavier, quien se estrenó en esta edición 2014 del Campamento, lo más que le gustó fue practicar el tenis de mesa, baloncesto y la natación. “Ha sido un verano divertido”, expresó el chico de ocho años de edad.
Precisamente, esa aventura, diversión y adiestramiento en actividades deportivas tuvo como líder a Natacha Alequín Montalvo, estudiante graduada del Departamento de Educación Física del RUM. Aparte del reto que conllevó seleccionar los deportes y al personal más adecuado para dirigirlos, Natacha mencionó que enfrentaron como su mayor desafío el entusiasmar a estos chicos con el deporte.
“Al principio, fue difícil enseñarles las destrezas porque muchos de ellos no han hecho deporte antes y es un cambio drástico, además de separarlos un poco de la tecnología”, indicó la joven, quien completa una maestría en Kinesiología en el RUM.
Para lograr su propósito, durante el mes que duró el Campamento, los pequeños Tarzanes aprendieron sobre: volibol, baloncesto, gimnasia, judo, raquetbol, natación, pista y campo, entre otros. Asimismo, este año se estrenaron con esgrima y lucha, con igual acogida entre esos colegiales del verano.
Video reportajes disponibles en:
Celebran campamento Tarzán en el RUM 2014
