¡Se propusieron la reconquista y lo lograron! Mostraron que el temple de la cría colegial requiere tesón, esfuerzo y voluntad.
Fue así, que de la mano de las estrategias de su entrenador Humberto Rodríguez, el equipo de voleibol masculino del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), siempre ¡Colegio!, se coronó anoche con la ansiada victoria al destronar a los campeones de las pasadas cuatro campañas, los Pitirres de la Universidad del Este (UNE).
Se trató de un emocionante y reñido partido que se escenificó en el Coliseo Héctor Solá Bezares de Caguas, y en el que los colegiales dominaron con parciales de 27-25, 20-25, 25-23, 16-25 y 15-12.
De esta forma, lograron su decimoséptimo campeonato y su primer título desde el 2005 en el voleibol de la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI).
Ambos equipos prolongaron la tensión del campeonato al extender la final al máximo de tres partidos, en los que los Tarzanes dominaron el primero y los Pitirres el segundo.
“Los chicos mostraron su carácter ante la adversidad al medirse a un equipo favorito. Probaron que, más que un hombre, al trabajar en equipo se llega a un campeonato. Ha sido un trabajo de siete meses de preparación. Sabíamos que para enfrentar los mejores equipos de la Liga, teníamos que estar en las mejores condiciones físicas, y los muchachos trabajaron para ello. Me siento muy satisfecho con esta victoria que marca el paso hacia la reconquista colegial”, señaló el profesor Rodríguez, en entrevista con Prensa RUM, tras finalizado el partido.
El experimentado entrenador agradeció la entrega de sus jugadores; el apoyo del doctor John Fernández Van Cleve, rector del RUM, quien estaba en primera fila durante el encuentro; el respaldo de sus compañeros del Departamento Atlético; y sobre todo, a la gran fanaticada colegial.
“Una vez probamos que la comunidad universitaria siempre se identifica con el deporte. Provocamos algo que es una tradición, una afición comprometida. Damos ejemplo de que somos grandes en muchas cosas que incluyen la investigación, la educación y también el deporte”, puntualizó.
De hecho, al fanático número uno del talento colegial, Fernández Van Cleve, el orgullo le brotaba por los poros. Le confesó a Prensa RUM que el corazón se le quería salir del pecho durante la apretada jornada.
“Esos nenes son extraordinarios, hicieron un gran esfuerzo para lograr este campeonato. Humberto Rodríguez es un dirigente increíble. Tuvieron una temporada de ensueño y ahora el Colegio, es el nuevo dueño del trono de voleibol universitario. ¡Estoy jubiloso, demasiado contento! Representa uno de los momentos más emocionantes desde que comencé mis funciones como Rector”, enfatizó al tiempo que anticipaba que con toda probabilidad con tanta adrenalina anoche no dormiría.
Asimismo, elogió a los seguidores del deporte colegial.
“Tenemos una fanaticada increíble y muy fiel. Llevamos siete guaguas y la cancha se pintó de verde y blanco”, sostuvo.
Previo al partido, se dirigió al equipo con un mensaje que caló profundo, según relató Rodríguez.
“Nuestro Rector les expresó a los muchachos en el camerino que estaba muy orgulloso de ellos. Eso les provocó mucho entusiasmo. Fue una reflexión refrescante”, dijo.
Por su parte, Ray J. Quiñones Vázquez, director del Departamento de Actividades Atléticas del RUM, también se mostró muy emocionado con el triunfo.
“Llegamos para quedarnos, queremos recuperar el sitial que nos pertenece. Fue un juego digno de una final. Ninguno de los oponentes era fácil y el mejor fue el que ganó. Gracias a todos los fanáticos y al Rector por el apoyo. A los muchachos, mi respeto”, indicó, luego de participar en la celebración esta madrugada.
Mientras, para el joven Gustavo Mejías, esquina del equipo y estudiante de cuarto año de Ingeniería Civil, esta fue la mejor forma de concluir su participación en el deporte colegial.
“Esto es un logro que voy a llevar por el resto de mi vida. Es una experiencia que será inolvidable. Nunca había ganado un campeonato en mi trayectoria universitaria. Me parece que la clave para el triunfo es que somos un equipo superunido y todos estábamos en la misma página”, indicó Gustavo.
Para el joven, que jugó profesional, nada se compara con vestir los colores verde y blanco del Colegio.
“Representa cargar a una institución entera, la más orgullosa de Puerto Rico. Nunca había tenido una fanaticada tan eufórica y no me sorprende porque así somos los colegiales”, concluyó.
