Cuando aprendas a leer, serás libre para siempre.
Frederick Douglass
La complicidad literaria les ha acompañado por décadas. Y así, entre los retos propios de laborar en una institución académica y el anhelo de aportar, nació el texto Leer para escribir, una variada antología que tiene el fin de retar a los estudiantes a lograr el propósito expresado en el título de la publicación.
La obra de las doctoras Elsa R. Arroyo Vázquez y Julia Cristina Ortiz Lugo, ambas catedráticas del Departamento de Estudios Hispánicos (ESHI) del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), se ha consagrado como uno de los libros de enseñanza más populares de la Editorial Plaza Mayor.
Por ese motivo, se publicó una segunda edición revisada y aumentada que contiene unos 180 textos divididos en las secciones: exposición/argumentación; narración/descripción y verso. Cuenta además con 20 apéndices que profundizan en ciertos aspectos como el sexismo en el lenguaje, la lectura del género cultural, el ensayo reflexivo, y propuestas para talleres, según se describe en el portal de Editorial Mayor.
"Leer para escribir, en esta segunda salida, se plantea como meta adicional a la de practicar la redacción escrita, la de que el estudiantado practique las estrategias que debe dominar como persona lectora. Que se sirva de la lectura para aprender a analizar, a tomar posiciones y, sobre todo, a leer las entrelíneas, el discurso del poder, las sutilezas que crean la opinión pública. Las autoras están convencidas de que no hay promoción social sin conocimiento y sin dominio de la lengua vernácula, porque es a través de la relación con las palabras que podemos entenderlas y producirlas", abunda el resumen de la publicación contenido en el mencionado espacio cibernético.
De hecho, un grupo de profesores reunidos en el Salón Tarzán del RUM, disfrutó, el pasado semestre, de una amena presentación organizada por el Centro de Enriquecimiento Profesional (CEP) y la Asociación de Profesores y Profesoras del RUM (APRUM).
Con su estilo único, el doctor Manuel Valdés Pizzini, decano interino de la Facultad de Artes y Ciencias desmigajó el texto hilvanándolo con sus propias experiencias en el sendero de la lectura.
"Agradezco a las autoras la invitación y el honor que me han hecho al pedirme que presente y reseñe su libro, compartiendo con tan distinguidos y queridos amigos y colegas. La publicación de todo libro merece una celebración por el esfuerzo que requiere de las y los autores, y mucho más si se trata de un trabajo fino, elegante y de gran impacto educativo como lo es Leer para escribir", indicó el catedrático el iniciar su alocución.
El decano, quien también es también es antropólogo, destacó la importancia de las antologías y la profundidad que requiere elegir el mejor material.
"Hay quien piense que las antologías son tarea fácil, ¿No? Se trata de hacer una recopilación de trabajos, escribir una introducción y poner los textos uno detrás del otro y ya. Todo lo contrario. Tal vez una de las tareas más ardua en el mundo de los libros es preparar una antología coherente, con firmeza de propósitos y varias líneas argumentativas y de posicionamientos ante los temas seleccionados. Requiere de mucho análisis, de evaluar textos que representen las metas pedagógicas, políticas, narrativas y estéticas de las antólogas", puntualizó al elogiar la recopilación de textos.
"Mientras recorría las lecturas, pensaba todo el tiempo en la reacción del estudiantado, así como la del profesorado que debe usarlas como trampolín hacia otras cosas, a la búsqueda de miradas diversas a predicamentos y contextos, tanto locales como 'universales'. Aquí hay una riqueza de escritos, de ejercicios y de reflexiones que deben tener el potencial de inclinar a nuestros estudiantes a una apreciación extraordinaria de la lectura", agregó.
Al finalizar la exposición de Valdés Pizzini, las autoras le agradecieron por "su cariñosa presentación del libro".
"Supo con intuición e inteligencia armar todos los polos de nuestro libro, como si hubiera trabajado con nosotras el proceso de crearlo", indicaron.
Asimismo, reflexionaron sobre su trayectoria en el Departamento y cómo surgió la propuesta educativa.
"Entre proyectos que iban naciendo de las conversaciones en las tardes de nuestra oficina compartida en el quinto piso de Chardón, nos propusimos realizar una antología de lecturas y ejercicios que respondiera a los enfoques que habíamos desarrollado con la experiencia de revisar el curso de Español. Sabíamos que se necesitaban lecturas más representativas de las realidades hispanoamericanas y pertinentes para el estudiantado puertorriqueño que teníamos en los salones. Quisimos practicar modelos más actualizados de enseñanza de la redacción, integrándolos con el estudio de la literatura", relataron.