Integrar en una misma conversación temas que pudieran ser tan distantes como el desarrollo y la conservación no es una idea descabellada, especialmente, cuando se da en el contexto de un nuevo modelo de la economía que se considera parte de un sistema ecológico más amplio, sustentable, que adopta una visión a largo plazo necesaria para la calidad de vida presente y el beneficio de las generaciones futuras.
Ese fue el eje central del foro Economía Ecológica: Cambios Urgentes en el Contexto Puertorriqueño, que se celebró el pasado 19 de marzo en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM). Organizado por el Centro Hemisférico de Cooperación en Investigación y Educación en Ingeniería y Ciencia Aplicada (CoHemis), el evento preparó el terreno para lo que será el Primer Congreso Internacional de Economía Ecológica en Puerto Rico (CONECEC), que se llevará a cabo del 24 al 27 de junio próximo.
Los doctores Ivonne del C. Díaz Rodríguez, gestora de la idea, y Fernando Gilbes Santaella, director de CoHemis, explicaron que la misión principal de la actividad fue, precisamente, iniciar ese diálogo tan apremiante que esperan desarrollar con mayor amplitud en el verano.
"Con este foro y, luego en el Congreso, pretendemos discutir asuntos relacionados con lo que es el nuevo paradigma de la economía ecológica, la política pública, los recursos naturales, la gestión ambiental, todos estos temas los vamos a estar cubriendo con la participación de expertos de varios países de América Latina, incluyendo a Puerto Rico", aseguró la doctora Díaz Rodríguez, quien es catedrática en el Departamento de Economía.
Por su parte, el director de CoHemis destacó que tanto esa coyuntura internacional como la del foro nacional, sirven de enlace para que todos los componentes de la comunidad universitaria y los ciudadanos se encaminen y eduquen en ruta hacia esa nueva economía.
"Es un tema bien importante para Puerto Rico y para todo el planeta, así que nos hemos dado a la tarea de organizarlo invitando a dos personas que tienen una participación relevante a nivel nacional y que posiblemente tengan visiones diferentes, pero el objetivo puede ser el mismo. Lo que queremos lograr es que estas se puedan juntar y podamos desarrollar una economía ecológica. Además, que la gente comience a conocer qué es lo que va a ocurrir en ese Congreso aquí en el Recinto y que tengamos casa llena", reiteró el doctor Gilbes Santaella, catedrático de Geología y decano asociado interino de Investigación del Colegio de Artes y Ciencias.
El foro, que se celebró en un concurrido Anfiteatro del Edificio de Enfermería, contó como panelistas con Soledad Gaztambide Arandes, coordinadora de Política Pública y Relaciones Gubernamentales Para la Naturaleza de la Unidad del Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico, y con Luis García Pelatti, presidente de la Junta de Planificación de Puerto Rico.
La doctora Díaz Rodríguez inició la jornada al definir la economía ecológica como una disciplina que acepta que el sistema económico es abierto y se interrelaciona con las estructuras sociales y ambientales. Esta propuesta reconoce al ser humano como parte integral de ese conjunto y estipula que la sustentabilidad no puede darse mientras permanezca desconectada de la realidad biofísica. Además, el nuevo paradigma propone medidas innovadoras de bienestar, más allá del producto interno bruto, que incorporan otras variables, como por ejemplo, el Índice de Bienestar Económico Sustentable o el Índice de Progreso Genuino.
La catedrática afirmó que desde la Revolución Industrial, se propiciaron grandes cambios en la economía a nivel tecnológico, poblacional y social, lo que ha redundado en mejorar los estilos de vida. Sin embargo, con ese progreso se comenzó a producir más, a utilizar más recursos de una base finita, y, por ende, la sociedad se transformó hacia el consumismo.
"El crecimiento tiene sentido, esa es la visión tradicional, pero va a llegar un momento en que la economía va a colapsar si seguimos en esa línea porque necesitamos más de un planeta para satisfacer la demanda de todos los bienes. No tenemos los recursos para seguir creciendo eternamente", esbozó, en sintonía con la hipótesis del economista Manfred Max-Neef que plantea que una sociedad puede experimentar incremento económico y mejorar su calidad de vida, solo hasta cierto punto.
De acuerdo con la profesora y moderadora de la actividad, de ahí surge la nueva visión que propone una transformación profunda entre la economía y el ambiente. La premisa inició el ciclo de conferencias, con el turno de la representante del Fideicomiso de Conservación, quien agradeció la invitación a discutir un tema que considera pertinente y necesario.
"Nuestra ponencia es sobre el trabajo que realizamos y la importancia de los servicios de la naturaleza, de los ecosistemas y de cómo, para lograr un desarrollo sostenible y un mayor bienestar para los puertorriqueños, es fundamental que se comience a dar y a contabilizar cuál es el valor económico y el valor general de estos ecosistemas", manifestó Gaztambide Arandes.
De hecho, la funcionaria comenzó con una descripción de la labor principal de esa entidad dedicada a la protección de áreas naturales, preservación histórica y programación e interpretación ambiental. En específico, destacó el proyecto Para La Naturaleza que agrupa todas sus iniciativas, programas y maneja sus áreas protegidas.
"Para nosotros hablar de ecosistema es hablar de desarrollo económico, tomar las medidas para esto es lo que nos hace más competitivos, lo que nos da salud, calidad de vida", manifestó Gaztambide Arandes, quien opinó que en Puerto Rico todavía prevalece la visión tradicional en la que el producto interno bruto es el que domina el pensamiento macroeconómico.
La conferenciante habló sobre la ausencia de indicadores de progreso en la isla que permitan otorgar un valor a los ecosistemas y mencionó los alternativos a nivel global que han existido desde hace mucho tiempo y sí han sido eficientes en esa gestión. También nombró iniciativas parecidas a nivel nacional como el Índice de Bienestar Económico Sostenible (IBES) para Puerto Rico, de los catedráticos de Economía del RUM, doctores Díaz Rodríguez y José I. Alameda-Lozada.
"Básicamente, las dos cosas más importantes para nosotros son que se desarrolle en Puerto Rico un sistema de cuentas nacionales que incluya tanto indicadores ambientales como sociales para que, de esa forma, también se integren lo que tiene que ver con la toma de decisiones en cuanto a la política pública y priorizar iniciativas que ayuden a adelantar lo que verdaderamente es un desarrollo sostenible", señaló, al tiempo que recalcó que el país está preparado "siempre y cuando haya la voluntad política y de las otras entidades para que esto se lleve a cabo".
Prosiguió el presidente de la Junta de Planificación, García Pelatti, quien tuvo la tarea de hablar de la economía ecológica desde el punto de vista de la misión y objetivos de su entidad. Comenzó con la aclaración de que una de las funciones principales de su organización es "pensar al país completo", por lo que para ellos es imprescindible contar con la participación de los ciudadanos y grupos representativos de la isla a la hora de planificar.
"La economía ecológica aparece porque tiene un elemento de relación con la economía institucional, sobre cómo nos gobernamos, la democracia, los procesos de colaboración y si los elementos ambientales no son visibles, no se pueden considerar. Esa participación es un aspecto importante para nosotros".
Destacó que una de las herramientas más importantes que utilizan para dar esa visibilidad es el Plan de Uso de Terrenos, cuyo objetivo es otorgar valor a los recursos y los suelos de la isla. Asimismo, enfatizó en la pertinencia de la creación de mapas que posibilitan reconocer y proteger por categorías geográficas los recursos del país.
El planificador admitió que aunque Puerto Rico no está en condiciones de continuar desarrollándose "la construcción no es mala, es la manera en que ocurre”. En eso radica, precisamente, la relevancia que otorga el Plan a las áreas aptas para desarrollar y las que ameritan proteger, de acuerdo con los ecosistemas identificados, explicó.
García Pelatti precisó que el propósito de estos mapas es registrar el valor de los recursos, los paisajes y la agricultura. "Hicimos un análisis de cuáles son las importancias de las zonas, dónde se enfocan los desarrollos, es un intento de reconocer esos nuevos valores porque en la medida que la gente sepa que existen, los vamos a poder proteger", reiteró.
Continuó su ponencia al destacar que se establecieron unos indicadores para zonas urbanas, urbanizables, de protección ecológica, agrícola y de riesgo con un instrumento que les permite autoevaluarse y que, de igual forma, está disponible a los ciudadanos. De la misma manera, el Plan de Uso de Terrenos está accesible a todas las personas interesadas a través de su página de internet.
"En la Junta de Planificación estamos conscientes de que tenemos que estar haciendo unas transformaciones. La temática de la economía ecológica nos puede ir cambiando en la forma en que hemos estado intentando insertarla en nuestros procesos, que es a través de cómo le damos valor a todo el territorio, al ecológico, al de riesgo, al agrícola, de modo que sea lo más transparente posible y que pueda ser tomado en consideración por nosotros, por las escalas municipales, las turísticas, de manera que las estrategias sean múltiples", afirmó.
Al finalizar las ponencias, los panelistas contestaron preguntas y preocupaciones del público compuesto no solo por estudiantes, profesores y personal del Recinto, sino por líderes y personas interesadas en el tema de la comunidad en general. Madelyn Cabán y Claralys Hernández fueron dos de las alumnas colegiales que se dieron cita a la actividad y compartieron sus impresiones sobre lo aprendido.
"Me pareció muy interesante. Creo que es crucial educar sobre la relevancia de los ecosistemas en nuestra economía y sobre cómo obtener beneficios recíprocos, como preservarla y disfrutar de ella. La vida no se puede sustentar sin la naturaleza", opinó Madelyn, del Departamento de Biología.
Por su parte, a Claralys le llamó la atención la convergencia de un representante de una organización ambiental y una agencia gubernamental en una misma coyuntura departiendo sobre este asunto.
"Entendí lo que significa tener una economía ecológica y lo invaluables que son los recursos naturales que empleamos para la producción de nuestros bienes de consumo diario. Creo que más allá de querer tener soluciones tangibles a corto plazo y sin mucha investigación, deberíamos fomentar la creación de iniciativas ambientales de pequeña magnitud, pero económicamente funcionales y sostenibles. Además, apoyar la legislación de proyectos que propongan nuevas alternativas", subrayó la estudiante de Ingeniería Química.
Se continuará el análisis de este tema en detalle y con la representación de expertos internacionales en el Congreso, que tendrá lugar en el RUM en junio de 2015. Para más detalles favor de visitar su página en: http://cohemis.uprm.edu/conecec/