Nueve estudiantes, de los cerca de 1,800 que desfilaron hoy en la centésima primera graduación del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), recibieron el Gran premio Luis Stefani Raffucci, por haber completado su grado con un índice de 4.00 puntos.
A las cinco féminas y cuatro varones, de los Colegios de Ingeniería, y Artes y Ciencias, se les otorgó la especial distinción hoy viernes, 12 de junio en la ceremonia que tuvo lugar en el Coliseo Rafael A. Mangual. Como representantes de las concentraciones de Ingeniería Mecánica, Biología, Microbiología Industrial, Ciencias Políticas y Psicología, a estos embajadores colegiales se les rindió un homenaje especial por su hazaña a lo largo de la carrera subgraduada, además por obtener el mayor índice académico de sus facultades y, para algunos de ellos, por ser los más sobresalientes de sus respectivos departamentos académicos.
Sus intereses abarcan la medicina, con especialidades en cirugía oncológica, osteopatía, y oncología pediátrica, en farmacia, leyes, psicología industrial e ingeniería mecánica. Igualmente, contemplan el campo investigativo de la inmunología, la ciencia biomolecular y genómica, y la biología molecular, celular y del desarrollo para encontrar la cura del cáncer.
Si en algo coinciden estos nueve fantásticos colegiales es en que la Universidad los transformó en todas sus posibles formas. No obstante, todos aseguraron que esa madurez no resultó solo del saber, sino de cada una de las experiencias vividas. Desde caminar bajo el aguacero mayagüezano de las dos de la tarde, romper noche en una fría sala de la biblioteca, ser líder de una organización estudiantil, investigar en el laboratorio, gritar a rabiar en un partido de las Juanas y Tarzanes, hasta llegar a ser embajador en el extranjero, encontrar a los mentores y amigos de la vida, y disfrutar la diversidad cultural colegial y la vida nocturna estudiantil.
Al ser abordados por Prensa RUM, estos destacados discípulos del recinto mayagüezano de la Universidad de Puerto Rico (UPR) reflexionaron sobre sus vivencias académicas y sociales, así como su crecimiento intelectual y emocional. Los colegiales galardonados este año son:
Rocío Gabriela Márquez Karry
Premio Luis Stefani Raffucci
Premio Estudiante de Mayor índice académico de la Facultad de Artes y Ciencias
Esta mayagüezana de 22 años entró al Departamento de Biología del Recinto con una meta muy definida: portar el orgullo de ser colegial, en honor a las huellas de sus padres, y completar una carrera en Medicina. Esa seguridad la ayudó, según contó, a alcanzar lo que se propuso con la rigurosidad y disciplina requeridas. Tanto los cursos, como los profesores que formaron parte de su jornada, la llenaron de retos y desafíos, pero eso fue lo que la impulsó a desarrollar un mayor nivel de pensamiento crítico, conocimiento y destrezas.
"Mi paso por el Colegio lo defino como un periodo de transición. Gracias a esta experiencia me he desarrollado en una mujer segura de mi persona, mis habilidades e intelecto, lista para vencer el mayor reto profesional que me espera", aseguró, al tiempo que agradeció a sus compañeros de clase, que con el tiempo se convirtieron en sus mejores amigos.
De igual manera, otro grupo de apoyo que valora profundamente es el de investigación del doctor Dimuth Siritunga al que perteneció por tres años, y que, entre otros beneficios, le permitió su admisión a un programa de investigación de verano en el MD Anderson Cancer Center en Houston, Texas, proeza que atribuye a una "invaluable formación académica" en el RUM.
Sobre este tributo, opinó sentirse honrada y orgullosa, "a pesar de que no me propuse dar el máximo por un premio, sino por una meta, siento que haber sido reconocida es la validación de mi ardua labor, esfuerzo y dedicación. Son logros que impulsan a esmerarse más y proponerse retos aun más grandes", agregó Rocío Gabriela, quien fue admitida al Recinto de Ciencias Médicas de la UPR para proseguir sus estudios en Medicina y especializarse, eventualmente, en Cirugía oncológica.
Wallie Martínez Vega
Premio Luis Stefani Raffucci
Premio Estudiante de Mayor índice académico de la Facultad de Artes y Ciencias
Si algo tiene claro a sus 21 años es que el paso por la Universidad es una parte intrínseca del trayecto por la vida misma, una extensión de todas las vivencias que forman la conciencia y las convicciones de cada persona. Así visualiza su estancia en el territorio de sangre verde al que entró para formar parte del Departamento de Biología y del que hoy se graduó como un ser muy diferente.
Este sangermeño relató cómo fue ese proceso, año tras año, en el que se encontró con su interior y maduró. Etapas de soledad, reflexión, de alegría y preocupación, precedieron a otras de liderazgo que lo ayudaron a insertarse en el mundo de las organizaciones estudiantiles como la Sociedad Nacional de Biología Beta Beta Beta (Tribeta), el Capítulo Zeta Alpha y el Círculo de Premédicos, a través de los cuales se unió a iniciativas como UNICEF y MEDLIFE. Además, formó parte del grupo investigativo del laboratorio del doctor Enrique Meléndez, del Departamento de Química.
"Luego de pasar por la travesía del Colegio, uno se da cuenta de quién uno verdaderamente es. Despiertas del sueño de Macondo. Ahora me visualizo como un ser humano que conoce más y sabe menos. Estoy dispuesto a enfrentar cualquier situación y tendré las herramientas necesarias para poder manejarlas. ¿Sabré solucionarlas todas? Claro que no, pero uno trata hasta que se pueda y no se resigna", manifestó el biólogo que echará de menos a las entrañables amistades que cultivó.
La responsabilidad, el respeto y la distribución equitativa del tiempo entre todos los deberes son algunos de los valores que señaló como derroteros imprescindibles. Sobre el reconocimiento que recibió, admitió que sí se lo propuso tras darse cuenta de que podría alcanzarlo, no obstante, "las notas no son todo. Hay que enfatizar que el índice de puntuación que uno obtenga no dice, ni categoriza cuán buena es una persona", subrayó el futuro estudiante en Medicina, quien espera especializarse en Osteopatía y retribuir su educación al país con un trabajo que le permita servir y aportar su talento en Puerto Rico.
Shaquille Mercado Rivera
Premio Luis Stefani Raffucci
Premio Estudiante de mayor índice académico de la Facultad de Artes y Ciencias
Premio Salvador Brau al mejor estudiante de Ciencias Sociales
El sentido de responsabilidad y la dedicación fueron determinantes para la ruta que emprendió desde su pueblo Isabela, hasta la Sultana del Oeste. Asimismo, la empatía, el respeto por la diversidad de ideales y el conocimiento interdisciplinario son los legados que más aprecia del trayecto que acaba de culminar.
A sus 21 años, Shaquille se expresa como todo un recién egresado del Departamento de Ciencias Sociales con concentración en Ciencias Políticas. Según relató, se trata de una coyuntura sumamente enriquecedora que le permitió crecer en varias facetas.
"A nivel académico, pude conocer más acerca de otras disciplinas. En mi campo de estudio, ahora tengo un conocimiento más amplio sobre los temas de la disciplina. Además, puedo decir que pasar por el Colegio me ha ayudado a escuchar a las demás personas que piensan diferente a mí, analizar sus posturas de manera crítica y llegar a un punto intermedio para alcanzar a un consenso, que es lo que necesitamos en la actualidad para resolver los problemas que enfrenta Puerto Rico", declaró Shaquille, quien aspira a ser un profesional polifacético.
De hecho, gran parte de lo que echará de menos este futuro abogado es el tiempo de calidad que pasó debatiendo con sus colegas, así como el compartir con sus amigos, sus grupos de estudio en la Biblioteca y a sus profesores.
"Me visualizo como un servidor a la sociedad con las herramientas necesarias para enfrentar los retos del futuro con un sentido de calidad humana. Me gustaría trabajar por Puerto Rico desde alguna posición de liderato, entiendo que el RUM me ha preparado para eso y es la vocación que he tenido desde pequeño", destacó, al tiempo que admitió ver su premio como una recompensa a su esfuerzo.
En agosto próximo comenzará sus estudios en Leyes en la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico en Ponce.
Félix Javier Pérez Morciglio
Premio Luis Stefani Raffucci
Premio Estudiante de Mayor índice académico de la Facultad de Artes y Ciencias
Con hambre insaciable por el conocimiento. Así resume este recién graduado del Departamento de Biología, con concentración en Microbiología Industrial, su contestación a la pregunta de cómo se siente tras su experiencia universitaria. Aseguró que cada semestre se adentró más en el fascinante mundo de la ciencia, al punto de declararse empírico y fanático del método científico, "el proceso que seguimos para obtener lo más cercano que podemos a una verdad sobre la naturaleza", esbozó.
"El Colegio me proveyó las herramientas para desempeñarme como biólogo y como científico, discernir lo que es ciencia y lo que no lo es, y ejecutar ese conocimiento. Entiendo mejor cómo funciona el mundo ahora, que hace cuatro años, pero a la vez estoy mucho más consciente de todo lo que no sé. Comprender la inmensidad de lo que siempre desconoceré es una lección en humildad. No obstante, también me siento más seguro de mis habilidades y de quién soy como individuo, gracias a mis experiencias durante el bachillerato", dijo el joven de 21 años del pueblo de Guánica.
Su participación en el laboratorio del doctor Dimuth Siritunga, así como los internados que realizó en Penn State Hershey y en el Recinto de Ciencias Médicas de la UPR, también son una parte esencial de ese cúmulo, junto a las experiencias sociales vividas, entre ellas los lazos de amistad que hizo, la vida nocturna que disfrutó en Mayagüez y las memorias con buenas personas que le hacen sentir que aprovechó la experiencia universitaria lo mejor que pudo.
Para Félix Javier, quien iniciará en agosto su doctorado en Farmacia en el Recinto de Ciencias Médicas de la UPR, el Stefani Raffucci es un gran honor que no fue fácil obtener, pero que le llena de orgullo, pues el esfuerzo valió la pena.
Christine Marie Pérez Rosa
Premio Luis Stefani Raffucci
Premio Estudiante de mayor índice académico de la Facultad de Artes y Ciencias
Premio Salvador Brau al mejor estudiante de Ciencias Sociales
No poner límites a sus sueños. Esa es una de las grandes lecciones que recibió esta pepiniana mientras cursó estudios de Psicología en el recinto mayagüezano, una vivencia enriquecedora y transformadora que le dejó huellas profundas.
"El Colegio ha sido una de las mejores bendiciones que he tenido en la vida. A pesar de que fue fuerte en términos del compromiso y tiempo que requiere, aquí me desarrollé como persona y como profesional. Aquí aprendí a exigir más de mí misma, aquí me inspiré y decidí darle riendas sueltas a mis metas. El Colegio me brindó las herramientas para que académicamente creciera de una manera increíble", reveló con gran humildad.
Sus profesores y mentores, así como los grandes amigos y colegas también conforman una parte imprescindible para su desarrollo. Asimismo, su participación en investigaciones dentro del Recinto y fuera de Puerto Rico, como parte de dos programas de verano en la Universidad de Iowa y en la Universidad de Carolina del Sur, y las actividades dentro de las asociaciones estudiantiles, contribuyeron a su crecimiento.
A sus 23 años, Christine pausará brevemente sus estudios para alcanzar un importante hito personal al contraer nupcias con su novio de tres años, un ingeniero industrial de la clase graduada de 2014 del RUM. Luego, se radicará en Estados Unidos donde espera trabajar y retomar su carrera académica con un doctorado en Psicología Industrial Organizacional con especialización en Salud y Seguridad Ocupacional, aunque confesó que también desea completar estudios graduados en Teología o Consejería Pastoral.
"Este logro se lo debo a Dios. No fue fácil tener que estudiar cuando el cuerpo lo que quería era dormir, pero valió la pena. Espero poder ser un ejemplo para esos estudiantes de pocos recursos económicos y que son la primera generación en alcanzar estudios universitarios. Lo único que se necesita es fe y determinación", puntualizó.
Catalina del Pilar Rodríguez Alemañy
Premio Luis Stefani Raffucci
Premio Estudiante de Mayor índice académico de la Facultad de Artes y Ciencias
Esta mayagüezana de 22 años reconoce que el caudal de experiencias que acumuló como estudiante en el Departamento de Biología, y como parte de sus proyectos investigativos a lo largo de su jornada académica, la redondearon como una profesional completa.
Así de positivo y transformador fue el trabajo que realizó junto al equipo del doctor Juan López Garriga, del Departamento de Química, al que se integró desde su primer año. Esa coyuntura le brindó oportunidades similares en varios programas como RISE 2BEST y PR-LSAMP que sirvieron de plataforma para presentar sus hallazgos en simposios y conferencias.
De igual forma, en el RUM formó parte del evento Nanodays y de los talleres de cristalización con motivo de la competencia nacional de esa disciplina. Asimismo, fue seleccionada para un internado en la Universidad del Norte de Carolina en Chapel Hill en el programa de investigación SOLAR, donde aprendió distintas técnicas en el campo de la biología del desarrollo, de la mano de renombrados científicos. Formó parte también de distintas organizaciones como la American Chemical Society (ACS), el Golden Key International Honour Society y el Phi Kappa Phi Honor Society Chapter.
"Me visualizo como una persona con mayor entendimiento en el campo de la biología con conocimientos en técnicas científicas del campo de la biofísica y bioquímica. Siento que no solo he crecido profesionalmente, sino socialmente también, ya que las amistades y los lazos con colegas siempre se mantendrán. Mis experiencias en el Colegio me han guiado y demarcado el camino para discernir lo que son mis próximas etapas profesionales. Aprendí todo lo necesario que me llevará al éxito durante y después del doctorado", aseguró.
Catalina se apresta a comenzar en agosto su doctorado en Ciencia Biomolecular y Genómica en el Recinto de Río Piedras de la UPR, con miras a realizar un posdoctorado.
"Me siento sumamente agradecida a Dios por haberme colmado de bendiciones y ponerme personas que me ayudaron y me brindaron las oportunidades que he tenido durante el transcurso de mi vida universitaria. Es un gran honor para mí, recibir este premio", concluyó.
Víctor Manuel Rosario Meléndez
Premio Luis Stefani Raffucci
Premio Estudiante de Mayor índice académico de la Facultad de Ingeniería
Premio Esteban Terrats Mejor estudiante de Ingeniería Mecánica
Es el único ingeniero del grupo en recibir la más alta distinción que se concede en la colación de grados del RUM, pero el aiboniteño de 23 años ha tenido una trayectoria igualmente repleta de huellas que lo han marcado y formado en el ser y profesional que es. Pertenecer a varias asociaciones estudiantiles, hacer investigación, realizar internados dentro y fuera de Puerto Rico, ser parte de proyectos especiales, participar de programas de desarrollo profesional, en actividades de labor comunitaria, y recibir varias becas y premios de diferentes entidades resumen, en sus palabras, el tránsito de su ruta.
"El Colegio también me brindó la oportunidad de viajar a diferentes ciudades y de conocer a mi ingeniera favorita. Me voy con muchos amigos que ahora son colegas y hasta con profesores que ahora son panas. Aprendí a tomar decisiones, a definir mis metas, a luchar por alcanzarlas, y a dar la milla extra. Todo el esfuerzo que tuve que poner durante mi carrera universitaria, ahora se ve reflejado en lo que he podido alcanzar", narró.
Víctor Manuel, quien se visualiza ahora "un poco más calvo" que cuando entró como prepa, como una persona más madura y con metas más definidas, admitió que lo más que extrañará serán las amanecidas en el CadLab de Ingeniería Mecánica, "porque aunque había que esforzarse mucho y a veces era frustrante, eran momentos de mucha risa y se pasaba bien".
Actualmente, trabaja como Ingeniero de Confiabilidad (Reliability Engineer) para la compañía ExxonMobil en Pensacola, Florida, pero más adelante le gustaría seguir expandiendo su conocimiento y continuar estudios graduados.
"He recibido muchos premios en mi carrera, pero este galardón es el más importante de todos. Es el fruto de mi esfuerzo, también es una combinación de haber escogido buenos compañeros que metieron mano en los trabajos en equipo para el beneficio mutuo y del apoyo que mi familia me brindó durante los pasados seis años", aseveró.
Karina N. Ruiz Esteves
Premio Luis Stefani Raffucci
Premio Estudiante de Mayor índice académico de la Facultad de Artes y Ciencias
Premio Charles R. Darwin Mejor estudiante de Biología
Los mejores cuatro años de su vida. De esa manera describió esta recién graduada del Departamento de Biología su paso por el Recinto, que desde escuela superior contempló como un reto difícil de alcanzar. No obstante, llegó desde su natal San Sebastián y se propuso conquistar ese mundo desconocido que ahora a sus 22 años reconoce le dio una educación de altura, y la dotó de seguridad y pensamiento crítico con aspiraciones de ser una profesional de excelencia.
"Estudiar en el RUM me permitió madurar, creer más en mí y en lo que puedo lograr, me ha dado las herramientas necesarias para crecer a nivel personal y profesional. La dedicación de quienes han sido mis profesores y el reto que presentaba cada clase, me sirvieron para desafiarme y conocer mi potencial. Haber sido parte de múltiples organizaciones estudiantiles, me ayudó a desarrollar mis capacidades de liderazgo, aprender a trabajar en equipo, a interesarme en trabajo voluntario y aumentar así mi compromiso con la comunidad para tratar de hacer un cambio que vaya mucho más allá de un salón de clases".
Karina realizó tres internados de verano en las prestigiosas universidades de Case Western, Rutgers y New York University, donde se especializó en investigaciones en el campo de la biomédica, específicamente en salud mental, neurociencia y cáncer. Además, trabajó en el Recinto bajo la tutela de los doctores Samuel Hernández y Juan López Garriga, del Departamento de Química, en el estudio de proteínas asociadas a la enfermedad de Alzheimer. Gracias a estas colaboraciones, presentó sus resultados en conferencias y simposios en Estados Unidos, donde obtuvo varios premios. Asimismo, integró organizaciones estudiantiles, en las que cultivó valiosas amistades que hoy atesora.
Dejar a un lado la timidez, tener proyección al hablar en público y ser una mujer independiente son otras cualidades que atribuye a su educación universitaria en el Colegio, del que extrañará profundamente a sus profesores, mentores, consejeros y amigos que en un futuro no muy lejano espera llamar "colegas".
"Me siento muy honrada, orgullosa, agradecida con Dios y con mis familiares, quienes creyeron en mí y fueron parte fundamental de haber logrado este galardón. Más que un premio a un índice académico, es uno a la dedicación, el esfuerzo y la entrega que he tenido durante estos cuatro años. Es la prueba de que no existen imposibles", reveló.
Karina trabajará en el National Institute of Health (NIH) en Bethesda, Maryland en el Departamento de Inmunología, Alergia y Enfermedades Infecciosas. Luego, continuará estudios en Medicina con especialidad en Oncología pediátrica.
Rocío del Mar Saavedra Peña
Premio Luis Stefani Raffucci
Premio Estudiante de Mayor índice académico de la Facultad de Artes y Ciencias
"Descubrí mi verdadera pasión: la investigación científica", resaltó esta joven bióloga que aspira a encontrar la cura del cáncer. Líder estudiantil y talentosa cantante de las principales agrupaciones corales del RUM, a sus 21 años ha conseguido el equilibrio ideal entre ambos hemisferios. Así podría describirse Rocío del Mar, quien explotó sus habilidades, sus destrezas y, de paso, disfrutó al máximo su ruta por el recinto mayagüezano.
A nivel académico, la egresada del Departamento de Biología formó parte de internados de verano en el extranjero; trabajó en investigación subgraduada con el doctor Dimuth Siritunga sobre la diversidad de los bambús en Puerto Rico; participó en conferencias de investigación, en convenciones de la Sociedad Nacional de Biología Beta Beta Beta, así como talleres de técnicas de investigación. Uno de los logros que más valora es la publicación de un trabajo que realizó en la Universidad de Minnesota, en la revista científica British Journal of Anaesthesia (BJA).
Rocío del Mar, quien es natural de San Sebastián, integró otras asociaciones como la Cruz Roja Capítulo RUM y en la BBB, se desempeñó como relacionista pública y tesorera. Además, realizó labor comunitaria, participó en viajes de estudios, conferencias científicas, y fue miembro de ambos coros del RUM, la Coral Universitaria y Chorium.
"Sin las experiencias vividas durante estos años en el Colegio no podría decir que mi pasión es la investigación, que quiero continuar sirviendo a la comunidad, que seguiré estudios graduados, en fin, no tendría las metas y sueños que tengo hoy día. Sin duda alguna, las experiencias académicas me prepararon para un futuro profesional, pero las asociaciones estudiantiles, las actividades extracurriculares y mis años como coralista me enseñaron la importancia de mantener un balance entre mi carrera académica y mis pasatiempos, mi vida personal, y todo lo que me hace humana", afirmó, al tiempo que atribuyó su éxito a un sistema de apoyo integrado por compañeros, profesores y personal administrativo, a quienes llevará siempre en su corazón.
De su amado Colegio, dice que recordará las "semanas catastróficas llenas de exámenes, trabajos, informes, cafés, desvelos y celebraciones cuando el ciclo terminaba", pero se siente preparada ya para su próximo reto: comenzar sus estudios graduados en la Universidad de Yale, donde fue admitida al programa doctoral en Biología molecular, celular y del desarrollo.
"Quiero continuar investigando la biología molecular del cáncer y, si Dios lo permite, ayudar a encontrar nuevas formas para tratar esta enfermedad", reveló.
Sobre su premio, expresó sentirse afortunada por haber completado el camino, que no fue fácil, pero sí lleno de recompensas. "Recuerdo que al comenzar mi bachillerato dije que no me pondría presión, simplemente iba a dar lo máximo de mí y disfrutar mis años como colegial. Ahora que veo los frutos, me siento muy satisfecha, ya que con el apoyo de mi familia, dedicación y esfuerzo, todo se puede lograr".
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