Múltiples decenas de niños y jóvenes con impedimentos visuales, pero llenos de energía, talento y perseverancia, han dejado su huella en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), por los pasados diez veranos, como parte de una vivencia única y transformadora que les ha permitido incorporar la actividad física a sus vidas y desarrollar un sinnúmero de destrezas útiles y hasta liberadoras.
El escenario es el campamento residencial CAAMpAbilities que cumplió su décimo aniversario en la más reciente edición del pasado 23 al 28 de mayo, cuando recibió a 22 participantes, entre ellos ciegos totales y parciales, de diversos puntos geográficos del país. Como es costumbre, este selecto grupo practicó varios deportes y convivió a lo largo de una semana con todas las emociones, aprendizaje y experiencias que conllevan la aventura.
"Se trata de niños que usualmente no hacen actividad física, están todo el año escuchando música o con un nivel un poco bajo en ese renglón. Nuestro propósito es que el resto de sus vidas puedan ser activos porque sabemos el beneficio que trae a la salud y a la autoestima", señaló la doctora Margarita Fernández, directora del esfuerzo, único en su categoría en la isla.
La también catedrática del Departamento de Educación Física, explicó que además de proporcionar alojamiento, alimentos y atención especializada, proveen todas las actividades deportivas adaptadas a las necesidades de sus participantes como: judo, gimnasia, levantamiento de pesas, natación, pista y campo, baile, ciclismo, balón gol, bead baseball y showdown, estas últimas tres, diseñadas específicamente para personas con impedimento visual. En estas recientes ediciones incorporaron de manera exitosa el baloncesto, balompié, tenis, kayaking y paddleboard.
"Como todo niño, disfrutan mucho el agua, y como estamos sintiendo los calores del verano, es de las que más les gusta. El judo es uno de los deportes que también les llama la atención porque es un deporte de combate, pero se mantiene contacto constante con el oponente y ellos se sienten que tienen el control", relató la doctora Fernández, sobre las disciplinas favoritas.
Yaska Yazmín Díaz Fred, de 19 años, y Sebastián Manuel Viera Irizarry, de 14, fueron dos de esos talentosos jóvenes que se unieron al campamento de verano colegial. En el caso de Yaska, ya es toda una veterana, pues ha formado parte de la vivencia en todas sus ediciones.
"Es súper, he aprendido muchas cosas", dijo sin titubear al ser entrevistada por Prensa RUM, a la vez que mencionó que se ha hecho más independiente, que le ha encantado cultivar amistades, y que ahora le apasionan el judo y la gimnasia.
Para Sebastián, aunque esta fue su primera vez, quedó completamente complacido por el trato que ha recibido y porque le dio la oportunidad de practicar el judo, la natación y el paddle boarding, que describió como "una experiencia brutal".
"Lo recomendaría porque nos ayuda, nos enseña a los niños ciegos totales y eso es muy bueno", opinó.
Un equipo voluntario de 60 personas, entre los coordinadores y mentores, en su mayoría profesores y estudiantes colegiales de varias disciplinas, trabaja arduamente a lo largo de toda la semana, y en preparación previa, para lograr que sus pupilos se diviertan y salgan transformados al concluir el campamento.
De hecho, el colectivo se mantiene activo durante todo un año en la organización de actividades de recaudación de fondos para sufragar los costos que conllevan los alimentos, el hospedaje y la transportación entre otros, ya que CAAMpAbilities es gratuito para sus participantes.
No obstante, si en algo coinciden estos voluntarios es que todos ganan y tienen un beneficio. Los niños y jóvenes salen transformados, mientras que el efecto en los mentores es igual de provocador.
Así le ocurrió a María Alejandra Gratacós, alumna de Biología en su tercer año, quien acudió a la convocatoria por su instinto de trabajar con niños especiales.
"Siempre me llamó la atención y no me arrepiento. Es mucho más de lo que esperaba, las palabras no las encuentro, aprendes muchísimo, a valorar lo que tienes", admitió, al tiempo que exaltó a los campistas por "las ganas que tienen de echar para adelante; para ellos, no tienen ningún impedimento, no se cansan, lo hacen todo, tienen las energía más grande del mundo".
Al finalizar la jornada, los protagonistas regalaron a sus familiares una presentación artística que incluyó una muestra de algunas destrezas deportivas aprendidas, y que tuvo como motivo principal, el décimo aniversario con su tradicional lema "perdemos la vista, nunca la visión".
"Cada vez nos enteramos de más logros de los muchachos. Por ejemplo, Aleyda Santos que estuvo en Puerto Rico Idol fue acampante de nosotros. Tenemos participantes que están estudiando Derecho. Uno los ve cómo se han soltado, incluso empiezan bien tímidos y los padres dan testimonio de los cambios en sus hijos sobre todo, en la socialización, en la autoestima. Se logra mucho con estos niños y jóvenes", puntualizó la doctora Fernández, al pasar revista de los resultados en la pasada década.
CAAMpAbilities, que se remonta a los estudios doctorales de Fernández y luego a un trabajo voluntario de la educadora en la Universidad del Estado de Nueva York, en Brockport (SUNYBr), es un proyecto que se ofrece de manera gratuita en Puerto Rico y que opera en gran medida con donativos de ciudadanos y empresas, aparte del apoyo institucional que brinda el Recinto.