En un acogedor ambiente, el escritor Omar Palermo se dio cita en el edificio Luis de Celis del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) para presentar su libro Querosén, una colección de 21 relatos breves que también contiene una sección de cuentos híbridos.
“Traté de que la selección fuese lo más variada posible para acaparar todos los gustos. De todos los movimientos literarios, el que más llama mi atención es el romanticismo y busqué recrear al héroe que trata de luchar contra una realidad que no puede cambiar. Aun así, en mis cuentos intenté que ese personaje, aunque fuese vencido por la sociedad, triunfara de alguna forma u otra”, compartió el autor.
En la obra, se presentan las plazas de la comunidad como lugares de reunión, de encuentros y de estrechar lazos, que también, muchas ocasiones, se convierten en espacios de segregación y discriminación. Según explicó Palermo, en sus relatos existe un llamado a crear conciencia sobre los estereotipos y los elementos sociales creadores de divisiones que no deberían existir.
“Escogí la plaza de Mayagüez porque quería que mis lectores, primordialmente del área oeste, se sintieran identificados con ese lugar. Se ve ese distanciamiento con algunas personas; muchos de los que están allí tomando café marginan a un personaje que es de la comunidad homosexual y se puede ver la segregación de la homofobia”, adujo.
Añadió que el simbolismo en sus cuentos es un elemento primordial, por lo que creó una colección llena de alegorías, conectadas tanto con los nombres de los personajes como con los lugares y problemas en los que se encuentran.
“Uno de los personajes se llama Constancia Mártir y ese nombre viene de constante, que está estancada, que no se mueve, que no puede progresar y que aguanta todos los atropellos. Ella es víctima de violencia doméstica y de ahí viene el apellido Mártir”, enunció.
A juicio del autor, Querosén rompe con el estereotipo de que la producción literaria en Puerto Rico solamente acontece en el área metropolitana del país.
“No solamente tenemos que dejarnos llevar por las publicaciones que se hacen sino por la falta de librerías que tenemos acá en el oeste y eso de una manera u otra va tomado de la mano con la producción literaria”, apuntó el también creador y editor de la revista electrónica El vicio del tintero.
“Mientras que otros narradores contemporáneos se mueven a un espacio completamente fuera de Puerto Rico, aquí se presenta el campo y el jíbaro, no desde la perspectiva del costumbrismo o para alabarlo, sino sumergidos en la miseria. Ese Puerto Rico que aparece y ese Mayagüez que sabe a mango están trabajados aquí, no para herir al lector, sino para crear conciencia. Ese elemento me parece tremendo. Hay héroes románticos que buscan afirmar la libertad a toda costa, incluso rompiendo con las concepciones de seres superiores”, señaló, por su parte, la doctora Ángela M. Valentín, del Departamento de Estudios Hispánicos, quien formó parte del evento.
“Es una colección de cuentos con una visión casi cinematográfica. Lo recomiendo completamente; conocemos la literatura puertorriqueña, analizamos buena literatura y además de leer simplemente por el placer de conocer a nuestros escritores. También observamos, que de algún modo, nos apela a nuestro sentido de responsabilidad social”, puntualizó Valentín.
