El Alzheimer no solo afecta a los que padecen la enfermedad, también tiene un gran peso en las familias o amigos que se encargan del paciente.
Ese fue el tema de la charla El amor de un cuidador que ofreció Pablo A. Barredo, presidente de la Fundación Diario de un Cuidador, cuya sede principal se encuentra en España.
La conferencia, que se llevó a cabo en el Anfiteatro de Enfermería, fue coordinada por la Oficina de Calidad de Vida, adscrita al Decanato de Estudiantes del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), bajo la dirección de Gustavo Cortina Rodríguez.
“En el año 2008, Barredo dejó su trabajo a tiempo completo para dedicarse al cuidado de su madre con Alzheimer, una enfermedad neurodegenerativa. Acto seguido, abrió un blog, donde expone a diario sus vivencias junto a su madre enferma. Por lo tanto, recibe un cuidado no profesional”, afirmó Cortina Rodríguez.
Después de perder a su progenitora por los efectos del Alzheimer, el invitado estableció la entidad con el propósito de que el cuidador reciba toda la ayuda necesaria para atender a ese paciente que tiene a su cargo.
“Mi caso es un ejemplo más de cómo vive una persona que padece el Alzheimer. Me interesa realizar planes en Puerto Rico, ya que será el primer país de Latinoamérica que va a tener en Aguadilla, una sede de la Fundación Diario de un Cuidador”, expresó el autor del libro del mismo nombre.
Barredo insistió en la importancia de asistir a las necesidades que puede tener el cuidador, una figura olvidada cuando se diagnostica la enfermedad.
“En el fondo es la persona que está al lado del enfermo y que ha estado durante muchos años. Hemos conseguido que se le dé más atención”, añadió.
Asimismo, el conferenciante invitado sostuvo que el paciente es la cara más visible de la condición, mientras que la persona que lo asiste, es quien se afecta, pero que nadie reconoce. Además, criticó que solo 14 países tienen proyectos similares.
Miembros de la iniciativa Un Café por el Alzheimer, adscrito al Departamento de Salud y a la Escuela Graduada de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la UPR, también dijeron presente en la charla.
La doctora Vanessa Sepúlveda Rivera, geriatra y profesora del RCM, fue quien dio forma a la iniciativa de acudir a diferentes puntos de la isla a orientar sobre esta condición en un ambiente relajado con una taza de café en mano. En el RUM, el Café Colegial La Cueva de Tarzán acogió la misma con gran entusiasmo. Como portavoz de la campaña, el actor Jacobo Morales participó en el proyecto de prevención y concienciación de la enfermedad.
“El propósito principal de la campaña es detección temprana, cuáles son esos signos y síntomas que muchas veces pensamos que tenemos derecho a tenerlos porque somos viejos. Los cambios de memoria no están relacionados al envejecimiento normal. En segundo lugar, diagnóstico temprano. Por último, intervención temprana. En medio de la intervención temprana, ayudar al cuidador. Y considerar cómo podemos identificar los diferentes recursos existentes en los diferentes pueblos de la isla para ayudar a la persona que cuida al paciente con Alzheimer”, expresó.
En Puerto Rico, alrededor de 75 mil personas padecen Alzheimer. La enfermedad fue descubierta en 1905 en Alemania, y es el caso de demencia más común, en el que ocurren unos cambios en el cerebro que afectan la vida del paciente.