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Unen saberes para fundar cooperativa

Por Javier Valentín Feliciano (javier.valentin@upr.edu)
PRENSA RUM

jueves, 30 de julio de 2015

¿Qué impulsó a dos maestras junto a sus alumnos de una escuela superior, a un profesor del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) y a un estudiante colegial, a unir esfuerzos hacia un solo objetivo en común para el beneficio de una comunidad escolar?

El resultado de todas esas fuerzas redundó en la creación de la Cooperativa Juvenil Fuerza Ecoambiental Estudiantil (FeF), mediante la construcción de un huerto casero que produce menta y cilantrillo, además de un vivero de peces, que está ubicado en los predios de la escuela superior Luis Muñoz Marín de Añasco. Alrededor de más de 100 jóvenes que cursan entre los grados de décimo a duodécimo, fueron partícipes de la iniciativa que se extendió durante un año.

El doctor Winston de la Torre, profesor de Ciencias Agroambientales del RUM y codirector del Centro de Educación y Adiestramiento en Agricultura y Ciencias Relacionadas (CETARS), recibió una llamada telefónica de la trabajadora social del plantel, Yamaira Rodríguez Ávila, quien le manifestó que deseaba asesoría para establecer un huerto casero.

Una vez entablaron la comunicación, De la Torre, autorizó a que el estudiante Fabián Carmona, quien realiza estudios graduados en Ciencias Agroambientales, visitara la escuela y se reuniera con la trabajadora social. En el encuentro ocurrió un cambio de planes y de un proyecto hidropónico cambió a uno acuapónico, dedicado a la producción de plantas y de peces.

Según explicó, un sistema hidropónico utiliza una solución nutritiva para la producción de cultivos, sin la necesidad de suelo directo y utiliza fertilizantes solubles. Mientras, en un sistema acuapónico, se utiliza el estiércol de los peces como fuente de nutrientes para el crecimiento de cultivos, en donde se recircula el agua.

Ya identificado el plan a seguir, con la colaboración de la maestra del curso de Cooperativismo, Mara Irizarry Torres, los participantes trabajaron en equipo para establecer formalmente la cooperativa estudiantil. Las educadoras Edna García, de historia, y Alma Abraham, de arte, se unieron al grupo cooperativista.

El proyecto CETARS le proveyó durante ese año un estipendio mensual a Carmona, como estudiante graduado, para que asesorara técnicamente a los alumnos del plantel añasqueño. A medida que avanzaban los días, el colegial le propuso al profesor que el proyecto financiara parte de la construcción del sistema acuífero.

“La propuesta consistía en comprar el equipo, que asciende a casi $ 2,000, el cual fue aprobado y se le entregó todo a la escuela”, expresó De la Torre.

Durante ese período, el colegial participó en la construcción de los sistemas y brindó talleres sobre el crecimiento de plantas y sistemas acuapónicos a los estudiantes a nivel superior que participarían de la iniciativa cooperativista. 

“Se les ofreció adiestramiento a los estudiantes y maestros con cinco conferencias y algunas visitas al sistema acuapónico, ya instalado en la escuela por este servidor. Inicialmente, se hizo una evaluación diagnóstica para identificar cuál era su nivel de conocimiento en la práctica de acuaponía y luego se administró un examen final para ver cuál fue la retención de los estudiantes y maestros”, sostuvo Carmona.

Para Rodríguez Ávila, contar con la presencia del universitario durante el año académico fue fundamental para cumplir las expectativas trazadas, ya que motivó y orientó a los alumnos sobre la preservación de nuestro ambiente.

Según destacó la trabajadora social del plantel, durante la experiencia, los jóvenes aprendieron a trabajar en equipo, a reunir colaboraciones de distintas entidades, realizar las campañas y diseñar la presentación artística de los productos, el plan de mercado a seguir, al igual que se unieron maestros de diferentes disciplinas para ofrecerles ayuda.

Asimismo, las docentes lograron, a través de la experiencia educativa, que los escolares consideren otras opciones de estudio, que exploren nuevas alternativas de empresarismo, que lleven estilos de vida saludables y mejoren su autoestima. La iniciativa contó con el respaldo incondicional de Benita Cuebas, directora del plantel escolar.

El esfuerzo del colegial con los jóvenes resultó alentador, pues algunos de ellos mostraron interés en realizar estudios en el Colegio de Ciencias Agrícolas del RUM. De hecho, durante el verano, un grupo de estos continuó trabajando en el sistema acuapónico de la escuela con la ayuda de sus padres.  

Como resultado del trabajo en equipo, se logró establecer un sistema de producción acuapónica de menta y cilantrillo con cinco tanques y un umbráculo 12 por 30 pies para la reproducción de peces, disponibles para la venta.

Entre los logros significativos del esfuerzo educativo, han vendido sus especias a la empresa añasqueña La Hortaliza, que se dedica a la manufactura de empanadillas y pastelillos, al igual que han vendido la menta a Isla Pops, compañía aguadillana que se encarga de la distribución de paletas artesanales hechas con frutas locales y orgánicas. Además, han contado con el apoyo de empresas privadas y del sector público para las ventas.

El dinero recaudado, producto de las ganancias, se invierte en alimentos, semillas y demás materiales necesarios para el mantenimiento del sistema. Una vez el estudiante socio se gradúe, se le entrega su parte invertida en la cooperativa.

A finales del semestre, se inauguró la cooperativa en una actividad en la que estuvieron presentes, junto al estudiante colegial Carmona y el doctor De la Torre: Jorge Estévez Martínez, alcalde de Añasco, representantes legislativos y de los medios de comunicación, quienes junto al personal docente y del distrito escolar tuvieron a cargo el tan esperado corte de cinta.


  • Durante la experiencia, los jóvenes aprendieron a trabajar en equipo y a reunir colaboraciones de distintas entidades.<br>Suministrada
  • El colegial Fabián Carmona asesoró a los estudiantes sobre los métodos de cultivo.<br>Suministrada
  • El esfuerzo con los jóvenes resultó alentador, pues algunos de ellos desean estudiar Ciencias Agrícolas en el RUM.<br>Suministrada
  • Los jóvenes cooperativistas contaron con la ayuda de sus maestros y personal administrativo del plantel escolar.<br>Suministrada
  • La trabajadora social de la escuela, Yamaira Rodríguez Ávila, solicitó colaboración del programa CETARS, adscrito al RUM.<br>Suministrada
  • El doctor Winston de la Torre, codirector de CETARS, proveyó ayuda al proyecto educativo de los alumnos.<br>Carlos Díaz/Prensa RUM
Durante la experiencia, los jóvenes aprendieron a trabajar en equipo y a reunir colaboraciones de distintas entidades.<br>SuministradaEl colegial Fabián Carmona asesoró a los estudiantes sobre los métodos de cultivo.<br>SuministradaEl esfuerzo con los jóvenes resultó alentador, pues algunos de ellos desean estudiar Ciencias Agrícolas en el RUM.<br>SuministradaLos jóvenes cooperativistas contaron con la ayuda de sus maestros y personal administrativo del plantel escolar.<br>SuministradaLa trabajadora social de la escuela, Yamaira Rodríguez Ávila, solicitó colaboración del programa CETARS, adscrito al RUM.<br>SuministradaEl doctor Winston de la Torre, codirector de CETARS, proveyó ayuda al proyecto educativo de los alumnos.<br>Carlos Díaz/Prensa RUM

SOURCE: http://www.uprm.edu/portada/article.php?id=3340