Llevará las muestras que ha tomado para medir la calidad de las aguas cálidas caribeñas hasta una nórdica ciudad europea para ampliar su investigación y expandir sus horizontes académicos, profesionales y culturales. El doctor Luis A. Ríos Hernández, catedrático asociado del Departamento de Biología del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), se embarcará en esta gesta tras haber ganado recientemente la beca que otorga la Fundación Fulbright.
Con su propuesta The Polish connection: A tail of pheromones, addiction modules and survivability of Enterococcus faecalis in natural ecosystems in Puerto Rico, el profesor se radicará durante el próximo año académico en la Universidad de Gdansk en Polonia, donde además de su trabajo investigativo, dictará cursos a nivel graduado.
"Para mí es un orgullo, y un reto al mismo tiempo, tener esta oportunidad para hacer una investigación que a mí me interesa por un periodo de tiempo continuo y constante sin tener muchas de las preocupaciones y obligaciones que usualmente nos ocupan", relató el doctor Ríos, sorprendido y agradecido por la distinción.
El especialista en Microbiología anaeróbica, quien se unió al equipo docente del RUM en el 2006, explicó que su contacto con ese país europeo comenzó a través de una de las principales oficiales ejecutivas de la Asociación Americana de Microbiología, quien se desempeñaba como la embajadora de Polonia y lo escuchó dictar una conferencia en Estados Unidos. Fue precisamente el tema que esbozó, sobre la búsqueda de trabajo como profesor universitario en el contexto de la globalización, lo que llamó la atención de la diplomática al punto de invitarlo a su nación de origen para que lo ofreciera allá.
Una vez en la Universidad de Gdansk, el colegial habló además de su interés investigativo particular que se enfoca en la calidad del agua en el contexto recreativo, en el caso específico de las playas de Puerto Rico.
"Uno de los problemas que nosotros tenemos en zona tropical y subtropical es la presencia de bacterias que indican contaminación fecal. Así que yo me limito a mirar ese indicador que se conoce como los enterococos. Estos organismos son bien interesantes porque hay unas especies que tienen plásmidos que responden a feromonas y contienen módulos de adicción, los que perpetúan dicha información genética al organismo y es esta información la responsable de su persistencia en nuestras playas", afirmó el biólogo.
Una de las profesoras polacas especializadas en esa área le cuestionó si había mirado en sus estudios de laboratorio esos plásmidos, a lo que Ríos Hernández le respondió que no, ya que no realizaba ese tipo de análisis. Sin embargo, la curiosidad lo hizo auscultar de inmediato con más profundidad, antes de reunirse nuevamente con su homóloga.
"Le pregunté si era posible que yo fuera a Polonia a hacer esa investigación con mis muestras aisladas y ella me dijo que sí, que no había problema, pero que debía conseguir los fondos. Así que regresé a Puerto Rico buscando alternativas y la opción maravillosa fue Fulbright", recordó.
Con la ayuda de un pasado recipiente de la subvención y colega catedrático del RUM, el doctor Leonardo Flores, quien lo orientó y asistió en el proceso de solicitud, el microbiólogo sometió su propuesta con la expectativa de regresar a esa nación a expandir su trabajo. Una vez recibió el aval del Programa de Becas Fulbright, solicitó además una licencia sabática que le fue concedida también para esos fines.
Según abundó el científico, la relevancia de estudiar a fondo estos organismos estriba en que son patógenos en su mayoría que causan daño a los seres humanos y animales, ya sea porque contienen resistencia a antibióticos, permiten destrucción de tejidos, o evaden el sistema inmune.
"En el caso de los enterococos, no se considera un patógeno, pero sí uno oportunista. Es uno de los organismos más peligrosos en el contexto de infecciones nosocomiales (adquiridas en el hospital). Si uno adquiere estas bacterias y está en cuidado intensivo, la probabilidad de sobrevivir baja drásticamente. En Estados Unidos y a nivel mundial es el tercer causante de infecciones nosocomiales y son bien peligrosos", destacó.
El experto reveló que cuando va a la playa en busca de estos organismos, parte de la premisa de que estos sobreviven muy bien en ese ambiente y tienen unas características que les permiten hacerlo. Agregó que la regulación estipula que, en una muestra de 100 mililitros de agua, si se obtienen más de 104 colonias u organismos de estos, se califica ese cuerpo de agua como contaminado.
"Cuando hago un poco de análisis más profundo, los datos nos sugieren que es muy difícil predecir si realmente son de ambiente fecal, si son humanos, si son animales y por qué están cambiando constantemente. Para complicarlo un poco más, hay dos especies en particular que tienen pedazos de información adicional con una forma muy especial de transmitirse y pasar de un organismo a otro a través de feromonas", detalló.
El investigador aseveró que mediante ese proceso los organismos se transfieren información genética que estos se ven obligados a retener.
"Si ahora nos vamos a un ambiente clínico, cuando eso está ocurriendo tengo una población de microorganismos bien peligrosa. Así que mi pregunta es si estos plásmidos existen en la población de enterococos ambientales, ¿cuáles son los plásmidos, los módulos y cómo contribuyen a la supervivencia de estos? ¿Cuán peligrosas son nuestras playas realmente? Otra pregunta interesante es cuán ambientales son, si tienen toda esta información genética que comparten con organismos que causan infecciones y pueden provocar la muerte", cuestionó sobre lo que intentará auscultar en Polonia.
Aparte de esa tarea, tendrá a su cargo dos cursos, uno tipo seminario a estudiantes doctorales del programa de Biotecnología y el segundo a nivel de maestría, ambos enfocados en su área de pericia en Microbiología anaeróbica, disciplina que no tiene expertos actualmente en esa universidad.
Ya listo para el reto que comienza formalmente el 28 de septiembre, Ríos Hernández partirá junto a su familia con un mes de antelación para poder hacer los ajustes y aclimatarse a la nueva vida en el continente europeo. Lleno de entusiasmo y a la expectativa de lo que será su trayectoria en el próximo año, también está muy consciente de la responsabilidad que le lleva hasta esos lares como embajador del recinto mayagüezano de la Universidad de Puerto Rico y del país.
"Honestamente, todavía no comprendo cuán importante es este honor, sé que es limitado en el mundo, pero no me siento especial. A mí me encanta porque me va a dar esa oportunidad, quiero crecer. Creo que va a ser excelente, vivir en otro país, otra cultura, reconocer todas las coyunturas que existen, que mis hijos conozcan eso y que también valoren lo que tienen", expresó.
El catedrático es el cuarto representante colegial en un periodo de cuatro años en recibir la distinción. Comparte honores con los doctores Jeffrey Herlihy, de Humanidades, premiado en 2012 para un estudio en Ecuador; Leonardo Flores, de Inglés, quien se radicó en Noruega del 2012 al 2013, y Marcel Castro, de Ingeniería Eléctrica, destacado el pasado año académico 2014-2015 en el continente africano, específicamente en Tanzania.
El recién seleccionado scholar instó a sus colegas a competir y solicitar esta subvención, que aunque es muy competitiva, consta de un proceso bastante sencillo en el que se escribe la propuesta y se selecciona un país con el que se tenga algún interés, conexión o contacto, ya sea con una universidad, institución o agencia de gobierno.
Los interesados deben comunicarse con el doctor Flores, representante del programa Fulbright en el Recinto, a su correo electrónico leonardo.flores@upr.edu o visitar su página oficial.