Porque a través de la vocación desarrollada y cumplida
es donde se encuentra la verdadera identidad…
Doctor Palomino/Todopoderoso
Emoción, risas, reflexión, sorpresa fueron algunos de los muchos elementos que desató la obra teatral La eterna Eva y el insoportable Adán: sketch subversivo que subió a escena la semana pasada en el anfiteatro Ramón Figueroa Chapel, esto como parte de la cuarta temporada de Presencias, proyecto integral de cultura, adscrito a la Oficina del Rector.
El elenco, compuesto por Eva, interpretado por Idem Osorio De Jesús; Adán, caracterizado por el doctor Juan Ariel Ortiz Navarro; Emanuel De León, personificando a Ofidio Serpentino; y el doctor René Vieta, a cargo del personaje Todopoderoso/Dr. Palomino, hizo una presentación inolvidable de principio a fin.
Bajo la dirección de la doctora Noemí Maldonado Cardenales, catedrática asociada del Departamento de Humanidades, la obra invita a una reflexión para alejarnos de los estereotipos imperantes desde la antigüedad. Al mismo tiempo, presenta a los personajes emblemáticos de la Biblia: Dios, la serpiente, y por supuesto, Adán y Eva, los primeros pobladores.
“La pieza es una invitación al Todopoderoso y al público, a reevaluar los roles asignados a la especie humana y a toda especie. Es una invitación al entendimiento que lleva a la tolerancia y a la convivencia sin imposición. Eran cuatro personajes que apelaban a lo que hay en cada uno de nosotros. Cada uno tiene un poquito de lo que somos”, afirmó la directora.
El libreto, que forma parte de una antología escrita por dramaturgas, llegó a manos de Maldonado Cardenales, tras realizar un viaje de ayuda comunitaria a la República Dominicana con un grupo de estudiantes y profesores del Recinto. Como parte del curso actuación TEAT 3081 se utilizaron algunas obras de ese texto, entre ellas La eterna Eva. La clase finalizó en diciembre y en enero decidieron ponerla en escena. La obra fue escrita en 1995 por la dramaturga cubana Carmen Quidiello de Bosch, viuda del célebre escritor dominicano Juan Bosch.
El tema de la represión femenina estuvo personificado por Osorio De Jesús, quien dio vida al personaje de Eva, una mujer con ideas de avanzada y subestimada por su esposo Adán.
“Eva es la representación de la mujer, como ella misma dice, es la que batalla, por lo que vale la pena vivirse: el amor, la amistad, la justicia, la paz y no es otra cosa que la lucha, lo que nosotras hacemos por nuestras parejas, por nuestros hijos, por nuestras familias, a nivel social y profesional. Somos eternas Evas, todas lo somos”, sostuvo.
Añadió la actriz, que parte de la lección que transmite la obra, reside en gran medida en la confrontación entre Adán y el Todopoderoso cuando le reclama que lo creó a su imagen y semejanza para luego dejarlo solo. Dentro de esa soledad surgieron el caos, las injusticias, el daño ambiental y el sufrimiento. Sin embargo, Dios reaparece a enmendar y reintegrar la paz y la armonía.
Osorio De Jesús interpretó recientemente con igual éxito el personaje de Flor del Bosque en la obra ¿Quién preside? de la autoría del prócer mayagüezano Eugenio María De Hostos. Al igual que su compañero de escena, el doctor Ortiz Navarro, integró el elenco de Malasangre, drama escrito por Roberto Ramos Perea, con críticas muy positivas, así como en Bienvenido, Don Goyito de la autoría de Manuel Méndez Ballester.
Por su parte, Ortiz Navarro, catedrático asociado del Departamento de Matemáticas, tuvo la responsabilidad de encarnar al “insoportable Adán”, un intelectual profesor universitario, quien vive inmerso en su mundo, cuestionando su existencia y abandonando el disfrute de los placeres cotidianos, como, por ejemplo, el compartir con su esposa.
“Muchas veces creamos fanatismos y nos aferramos a creencias sin pensar que lo más importante es que exista un balance, que haya humanidad entre todos los seres humanos y que no solo hay un Dios creando todo, sino que el ser humano también está construyendo y creando cosas en base a las herramientas que le dejó el Creador”, reflexionó sobre el mensaje de la obra.
Acerca de la preparación de su personaje, sostuvo que fue sumamente ardua, pues requirió mucho tiempo adentrarse en las exigencias del mismo. Uno de los principales retos conllevó comprender las creencias del protagonista y la historia que está detrás de cada diálogo. Para lograr adentrarse en la psiquis de Adán, tuvo que estudiar profundamente el vocabulario y la pronunciación.
Mientras, el personaje del Todopoderoso/Doctor Palomino no podía faltar en la trama, y en este caso recayó en el doctor Vieta, catedrático jubilado del Departamento de Química del RUM.
“La preparación, dirigida por la doctora Maldonado Cardenales, fue crucial y un gran reto porque recientemente interpreté una comedia y ahora hago este papel tan serio, pero con el trabajo y la dedicación eso se puede lograr. Uno tiene que estudiar el personaje, después que lo analizas y vas página por página, como si fuera para un examen y entonces vas estableciendo qué hacer”, destacó.
Sin embargo, el tema de la religión tal y como lo muestra la presentación, Vieta lo considera como una opción personal, cuya importancia radica en que cada persona se oriente de manera adecuada, llegue a sus propias conclusiones y escoja aquello que considera como lo mejor.
Todas las actuaciones resultaron impecables, pero es muy importante reconocer la caracterización del colegial Emanuel De León, con su personaje de Ofidio Serpentino, quien arrancó risas y aplausos de los presentes por su espontaneidad y naturalidad.
“Mi preparación fue ardua, como las de mis compañeros y compañeras. Mucho bloqueo, intensas horas de ensayo desde tardes hasta noches con la profesora. El empeño y el crédito de mi personaje se lo doy a Noemí, a Ídem y a Juan por irme refinando durante todo el proceso, se realizó un trabajo en conjunto”, resaltó el estudiante del Departamento de Literatura Comparada.
En cuanto a cómo realizar un personaje de gran impacto sin caer en la caricatura y que un espectador pueda ver todos sus matices, De León sostuvo que la labor recayó en la directora y en sus compañeros de escena, quienes lograron pulir la caracterización.
“Es importante entender que el personaje de Ofidio Serpentino reconoce que su identidad no concuerda con estas dos personas, pero está intentando acoplarse y le resulta muy difícil, porque aquí hay un binomio masculino o femenino, pero no encaja en ese binomio”, añadió.
El diseño de luces y sonidos por parte de Joshua J. Arbelo, Glen Johnston y el propio Ortiz Navarro, así como la ejecución a cargo de Stephanie Vélez y Rolando Roques, resultó muy acertado para recrear silbidos, sonidos de animales, sonoridades acuíferas, lluvias, truenos, al igual que efectos de luz y sombra.
La doctora Lydia Margarita González Quevedo, catedrática del Departamento de Humanidades, tuvo a su cargo el rol de narradora, mientras que Angélica González Gómez declamó un aparte en su personificación de Venus en el Parque.
Como elemento innovador, la representación del Proyecto Arte Escénico Colegial (PAEC) unifica a profesores, exempleados, estudiantes, hasta amigos y compañeros de labores de los participantes, quienes integran el reparto. Es decir, un tipo de teatro que refleja una metáfora inclusiva en nuestros tiempos y progresar como país.
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La eterna Eva y el insoportable Adán en el RUM
