Una educación que integre de manera relevante a las mujeres, el género, que sea inclusiva y que ayude a concienciar sobre la equidad, fue lo que inspiró la reciente celebración de un conversatorio en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), con el objetivo de resaltar las iniciativas existentes en esa dirección a través de diversas voces.
El panel Currículo y activismo de género: dónde estamos y cuál es la agenda fue organizado por los estudiantes de la Secuencia curricular de Estudios literarios y culturales de las mujeres y el género, creada hace dos años en el Departamento de Estudios Hispánicos (ESHI).
“El propósito de este panel es precisamente empezar a repasar y reunir cuáles son los esfuerzos que se están haciendo, que no son pocos, pero enfatizar en el trabajo que se realiza, tanto en currículo como en activismo en la Universidad sobre asuntos de género”, explicó la doctora Elsa R. Arroyo Vázquez, catedrática de ESHI.
La también coordinadora de la secuencia curricular agregó que los objetivos de ese ciclo de cursos son cónsonos con la Certificación número 79, aprobada en marzo pasado por la Junta de Gobierno de la Universidad de Puerto Rico (UPR), cuya Resolución apoya la educación con perspectiva de género en los distintos currículos a fines de que sus egresados puedan fomentar la equidad y procuren erradicar el discrimen por género.
La profesora comenzó con una breve descripción de los componentes de la concentración menor a la que pueden solicitar colegiales subgraduados de todas las disciplinas. Incluye cinco clases o 15 créditos, seis medulares (Teorías críticas feministas y Seminario de investigación), así como nueve, electivos, que pueden ser tomados en otros departamentos. La oferta de ESHI abarca cursos como Mujer y escritura, Discurso femenino en el arte del mundo hispánico, Mujeres narradoras en letras hispánicas, Escritoras centroamericanas y Mujeres y folclor, entre otros.
“Esta secuencia representa un valor añadido al bachillerato al solicitar estudios graduados o empleo; capacita para aplicar el análisis de género en su área de estudio y profesión; entrena para incorporar la perspectiva de género a la enseñanza en el caso que se dediquen a enseñar; y sensibiliza sobre el valor de la equidad en la sociedad puertorriqueña”, reiteró la doctora Arroyo Vázquez, al tiempo que informó que en dos años se han matriculado 20 alumnos provenientes de Ingeniería, Biología, Geología, Ciencias Sociales, Ciencias Políticas y Psicología.
Luego de la introducción, inició el panel, integrado por la representación docente de los profesores Luisa Seijo Maldonado y Rafael Boglio, de Ciencias Sociales; Sara Gavrell, de Humanidades; Elizabeth Dayton, de Inglés; Néstor Rodríguez, de Ingeniería; y Ricardo Fuentes, de Economía. Asimismo, contó con las voces estudiantiles de Carmen Román Cortijo, de Siempre Vivas; Rafael Chaparro, de la Gay Straight Alliance; y Kiria Hurtado, del Comité Acción Mujeres.
Comenzó la doctora Dayton, quien habló del curso Language, Gender and Sexuality que desarrolló el pasado semestre en colaboración con la estudiante subgraduada de Inglés, Michelle Rosario Morales. La clase, que explora varios tópicos, pretende atar esas áreas con la justicia social, la diversidad y equidad, al tiempo que promete una aportación investigativa en esa área, desierta prácticamente de estudios.
Prosiguió el turno de la profesora Seijo Maldonado, quien narró que en todos sus cursos de Ciencias Sociales integra el tema del género y enfatiza a sus estudiantes el uso del lenguaje inclusivo.
“Trabajar en el currículo este tema es empezar a descubrir lo que todas las mujeres han hecho en esas disciplinas en particular, en las ciencias, en las artes. Es una de las maneras de incorporar el asunto del género. En todos estos cursos está muy claro el sexismo que se perpetúa. Por ejemplo, se piensa que el trabajo social es una profesión de mujeres, que lo que están es para resolver problemas y no para lograr que la gente se apodere de sí y transforme sus vidas”, subrayó.
La también activista y coordinadora de proyectos comunitarios, habló en especial de Siempre Vivas, una iniciativa de aprendizaje, investigación y servicio a mujeres que han sufrido o enfrentan violencia física o psicológica, y que tiene un vínculo especial con las estudiantes subgraduadas. Este proyecto, contempla en su primera fase que las alumnas tomen las clases de Violencia de género y Estrategias de trabajo con mujeres, luego pasan a ser observadoras, intercesoras en los tribunales y agencias, y, finalmente, asumen la responsabilidad de ser facilitadoras del grupo de apoyo y de trabajar en la transformación de las participantes.
“Las sobrevivientes han sido las mejores maestras para darme cuenta de que el tema de género es imprescindible en nuestras vidas, si no hacemos esto, no hay equidad”, precisó.
De igual forma, los profesores Boglio, Gavrell y Fuentes, contaron cómo han integrado el tema en sus respectivos cursos y disciplinas, en la mayoría de los casos, dominadas por visiones masculinas, poco o nada representativas de la mujer.
“Para mí, tiene una importancia personal. No hay forma de que pueda proseguir haciendo ciencia social, entendiendo la realidad puertorriqueña, lo que hago a través de la Antropología y Sociología, sin que tenga las herramientas de género a mi disposición y las incluya en el análisis. Esa es parte de la invitación que hago a mis estudiantes, no solo para entender mejor a la sociedad, o hacer críticas más profundas, sino para brindar respuestas más fortalecidas”, reflexionó Boglio.
En el caso de Gavrell, incorpora el feminismo en sus clases de Filosofía, en especial en las de Ética médica y Bioética, en las que siempre cubre temas, que a su juicio son fundamentales en el desarrollo humano, como el parto.
Mientras, para el profesor Fuentes, enseñar los cursos básicos de Economía ha sido un reto desde esa visión feminista porque están dominados por una escuela de pensamiento en la que la mujer consistentemente está en una posición desventajada en términos económicos.
“Notar la contradicción entre la teoría tradicional y lo que vemos en el mundo real, ya permite empezar a incorporar perspectiva de género en los cursos y explorar el overlap entre capitalismo y patriarcado. Yo aprovecho para discutir otras escuelas de pensamiento, incluso una de economía feminista que estudia esta desigualdad. Trato de mirar soluciones, ahora mismo no hay un curso en el Recinto, pero sería un buen proyecto”, argumentó.
De otra parte, la intervención del profesor Rodríguez sirvió para establecer una trayectoria histórica de logros en el tema dentro del escenario universitario, ya que su experiencia y activismo le han llevado a hacer importantes contribuciones en el campo. Según contó, fundó, junto a otras personas interesadas en esta gesta, el Colectivo Mujer, del cual surgieron, a su vez, los coloquios de la Mujer, hace 20 años y, más adelante, el Del otro la’o en el RUM.
“¿Qué hicimos? Trabajar lo extracurricular, tratar de crear espacios para la discusión, llevar el evangelio, hicimos talleres, foros, charlas, fuimos a otros lugares con el mensaje. Nuestro enfoque era educar, ser activos”, aclaró, al tiempo que mencionó otras propuestas que surgieron en el camino como el Centro Interdisciplinario de Estudios de Género, que se gestó en el 2000, y aunque recibió el aval institucional inicial, vio frustrado su desarrollo más adelante en el trayecto. Sin embargo, Rodríguez admitió que todo ese esfuerzo rindió frutos porque, finalmente, fue el precursor de valiosos proyectos como Siempre Vivas y Matria, hoy día ubicados donde se pensaba establecer el Centro.
Para finalizar la ronda de exposiciones, el panel dio paso a las voces estudiantiles de Kiria y Rafael, de Ciencias Agrícolas; y Carmen, de Sociología, cuyos relatos e historias tuvieron igualmente interesantes matices de luchas y enriquecimiento.
Kiria contó cómo formó parte del liderato estudiantil durante la huelga universitaria del 2010, del cual nació el Comité Acción Mujeres, que aunque no está activo actualmente, dejó importantes legados como un documental y un blog. La experiencia fue clave también, para ella y las demás integrantes, en su formación como líderes y como vía de empoderamiento.
En el caso de Rafael, ser portavoz del Gay Straight Alliance en el RUM, le ha permitido contribuir en el tema a través de actividades educativas como conversatorios, cineforos y micrófonos abiertos. Algunos de sus logros incluyen haber trabajado en conjunto con Servicios Médicos para facilitar clínicas con pruebas de enfermedades de transmisión sexual; así como las enmiendas de reglamentos universitarios y de la feria agrícola Cinco días con nuestra tierra para que tuvieran lenguaje inclusivo.
También en representación de Siempre Vivas, habló Carmen, cuya vivencia en ese proyecto le ayudó en su propia transformación como mujer, ya que aprendió que la violencia no es exclusiva de un grupo social o una condición mental individual, sino que está presente siempre.
“Me reafirmé como feminista activista en pura construcción. Este ha sido el mejor regalo de este espacio académico porque me encontré con una ventana grande, con una gama de posibilidades de cómo configurarme. Toda estudiante de la Universidad debería encontrarse con esa ventana. Si queremos construir un nuevo país, debemos tener las herramientas de análisis que nos permiten la perspectiva de género para comenzar a destruir esa violencia que llevamos en nuestra cotidianidad”, puntualizó.
La última parte del evento se dedicó a las preguntas de la audiencia. Asimismo, la sesión de la tarde constó de la presentación de carteles Nuevas transgresiones críticas en diversas disciplinas desde los estudios de las mujeres y el género, de proyectos investigativos de la autoría de colegiales que forman parte de la secuencia curricular. Joan Quiñones Torres, estuvo a cargo de Androcentrismo en el campo académico de la psicología y alternativas feministas para un currículo con perspectiva de género; mientras que Gustavo Vizcarrondo Garrastegui presentó La otredad de la mujer criolla según la construye el discurso occidental de raza y género en el personaje de Antonia de la novela puertorriqueña contemporánea El caballero de la flauta, de Mayra Montero.
Mayor información de esta concentración menor, se encuentra en su página o a través de Facebook.