Ellos son el enlace con los colegiales de nuevo ingreso, a quienes reciben para transmitirles sus experiencias, orientarlos y ayudarlos en el proceso de adaptación y comienzo de su vida universitaria.
Se trata de los estudiantes orientadores del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), quienes, en los pasados días, tomaron el adiestramiento cumbre que los llevará a realizar la más importante de sus tareas: transfundir la sangre verde a la nueva cepa de la cría colegial.
“Anualmente, tenemos la oportunidad de recibir a sobre dos mil alumnos para que comiencen toda una aventura de estudios y de preparación académica profesional. Los estudiantes orientadores se convierten en ese ícono de bienvenida para todos los que son admitidos por primera vez, como parte de las actividades que organiza el Departamento de Consejería y Servicios Piscológicos y nuestros extraordinarios consejeros que son quienes lideran ese esfuerzo”, explicó el doctor Francisco Maldonado Fortunet, decano de Estudiantes, quien ofreció la bienvenida a los asistentes.
Precisamente, fue el Comité compuesto por las doctoras Madeline Rodríguez y Magaly Mercado y la profesora Lisandra Colón, consejeras profesionales de la mencionada dependencia, quienes tuvieron a su cargo la labor de organizar los esfuerzos de este año de adiestrar a sobre 320 jóvenes orientadores.
“Como parte del itinerario, tenemos sus deberes y responsabilidades, y las características que deben poseer para ser parte de este selecto grupo. También se trabajan dinámicas para que se conozcan entre ellos y relacionarse mejor con los otros y con el resto de la población”, señaló la doctora Mercado.
La especialista agregó que en el taller cumbre, que tuvo como temática el ambiente playero y se escenificó en el Anfiteatro Ramón Figueroa Chapel, los alumnos orientadores tuvieron que elaborar la llamada Guía del Prepa, un documento que se basa en las experiencias que ellos tuvieron durante su primer año en el Recinto y que también incluye el reglamento estudiantil establecido por la Institución.
De igual forma, en el adiestramiento los participantes desarrollaron el guión de un anuncio para la televisión con el propósito de promover el curso de Introducción a la vida universitaria para estudiantes de primer año,conocido como UNIV 3005, requisito para todo aquel que inicia su trayectoria académica en el RUM.
Durante la jornada, la amena charla que ofreció la doctora Rodríguez fue una de las que más disfrutaron los jóvenes, quienes gustosos, realizaron los singulares y jocosos saludos que la consejera les indicaba.
Aparte de capacitarlos para recibir a los siempre conocidos como prepas, este especial grupo de colegiales apoya la labor de los consejeros profesionales a través de todo el año académico.
“Ellos son nuestro enlace con los estudiantes de nuevo ingreso todo el tiempo. Cuando ellos detectan que estos tienen alguna necesidad, que alguno está triste o con algún problema, ellos hacen el referido a nosotros para poder atenderlos y así ayudarlos y promover la retención estudiantil”, sostuvo Rodríguez.
Para ello, los alumnos, además de su carga académica semestral, toman talleres y tutorías sobre normas académicas, infraestructura y procesos universitarios que van desde traslados internos hasta el préstamo de un libro en la Biblioteca. Esto hace que sean cuidadosamente seleccionados por la importancia de las funciones que realizan.
“Se les hace una entrevista, se toma en consideración sus promedios, cuán preparados se siente dentro del Recinto y cuánto conocen de él, entre otros aspectos”, expresó la doctora Mercado.
Este selecto grupo de jóvenes está comprometido con cada una de las tareas que tienen que realizar con los nuevos colegiales. Tal es el caso de Yiamar Rivera Matos, del Departamento de Geología, quien es una veterana en esos quehaceres, los que ha desempeñado durante los últimos cinco años con cerca de dos mil prepas.
“Para mí, es una experiencia enriquecedora porque yo siento que soy la fuente y soy responsable de lo que vaya a pasar con esos estudiantes a la hora de entrar aquí al Colegio. Por ende, estoy sirviendo esa semana y durante todo el año, contestando sus dudas y estamos ahí para apoyarlos”, manifestó la jayuyana.
De manera similar se expresó José Albarrán, de Ingeniería Química, quien va para su cuarto año como alumno consejero.
“Es una experiencia bien grande porque somos su enlace, somos nosotros quienes los ayudamos en su asimilación de lo que es Colegio para que se vayan adaptando a cómo va a ser la vida universitaria. Es una nueva etapa en la que ellos tienen que ver lo grande que es el Recinto”, precisó.