Soy fiel creyente de que la juventud no está perdida,
solamente que los malos hacen más ruido.
Diego Casasnovas
Colegio Ponceño
Por cuarto año consecutivo, el Colegio de Administración de Empresas (ADEM) del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) celebró el Campamento Huella Empresarial. La jornada, que transcurrió durante dos semanas, acogió a 38 estudiantes de escuela superior, quienes experimentaron los ofrecimientos de las diferentes especialidades del Colegio, al tiempo que realizaron proyectos de impacto comunitario.
“A diferencia de años anteriores, este campamento duraba una semana y se amplió a dos. Estaba encaminado solamente para orientarlos sobre lo que conlleva estudiar en las distintas áreas de la facultad de ADEM y comprender qué son las finanzas, qué es contabilidad, que son los sistemas de información, así como las demás concentraciones. Esta edición integró el trabajo con las comunidades”, manifestó la profesora Wanda Negrón Ríos, coordinadora de la iniciativa educativa.
Agregó que esta experiencia sirve para exhortarlos a que consideren a la Universidad de Puerto Rico como su mejor opción de estudios. “Tenemos algunos participantes que son primera generación universitaria y eso es parte de lo que queremos lograr en ellos”, afirmó.
Esta vez, como elemento innovador, el Centro para Puerto Rico realizó un acuerdo de colaboración con ADEM, para así ayudar al campamento y establecer proyectos en común junto a los estudiantes.
“Como entidad, identificamos una gran oportunidad dentro del RUM, para trabajar un programa de verano con jóvenes que esté encaminado al empresarismo, el desarrollo de liderazgo y la creación de proyectos de impacto social. Junto al Centro creamos una alianza para trabajar con las misiones de ambas organizaciones”, sostuvo Myrna Vázquez, oficial de programa del Centro para Puerto Rico y la Fundación Sila María Calderón.
Añadió que durante el campamento, se integraron los temas de valores, la ética, la comunicación, establecer metas a corto, mediano y largo plazo, al igual que participar de un proceso reflexivo en el que los jóvenes consideren qué pueden aportar a la sociedad. Del mismo modo, se les enfatizó en la importancia de trabajar mediante la autogestión y que se cuestionen cómo pueden aportar al mejoramiento de la sociedad en la que viven.
Los participantes se dividieron en cinco grupos para elaborar un proyecto que respondiera a algún problema que enfrente la juventud.
La joven Yaleiry García, estudiante de la Escuela Superior Lola Rodríguez de Tió, en San Germán, propuso con su grupo una agencia de empleos para las personas confinadas que no logran obtener un trabajo o que puedan adiestrarse en una profesión que les interese.
“Nos enfocamos en un proyecto social para que esas personas ingresen a la libre comunidad. Creamos una fundación para ofrecerles nuestra colaboración, ya que sabemos que, por su expediente penal, se les hace difícil solicitar y conseguir un empleo. Asimismo, les podemos identificar personas para que los contraten. Este campamento me ha ayudado a fortalecer mis destrezas; ahora me siento más segura de lo que quiero hacer con mi vida”, indicó.
Por su parte, Diego Casasnovas, alumno del Colegio Ponceño, indicó que antes de la experiencia, sus conocimientos sobre empresarismo eran muy limitados. Sin embargo, participar de la iniciativa veraniega le sirvió para encaminar sus metas y establecer un lugar para jóvenes que sufren de depresión.
“Elegimos tratar el tema de la educación pues, como jóvenes, nos preocupa mucho. Si no se logran obtener buenas notas, no se puede solicitar la rama de estudio que la persona interesa y si no se realiza lo que verdaderamente le apasiona a uno, las consecuencias serán problemas emocionales, psicológicos y de motivación. Soy fiel creyente de que la juventud no está perdida, solamente que los malos hacen más ruido. Aquí hay 38 líderes emprendedores dando una gran lección”, resaltó el futuro colegial del programa de Microbiología.
Mientras, Ángel López, alumno de la Academia Cooperativa Integración Social en Caguas, ya tiene seleccionada su área de estudios, pues le interesa especializarse en Contabilidad y Gerencia.
“No sabía muy bien lo que deseaba estudiar una vez terminara el cuarto año. Esta experiencia me ha encaminado y ya tengo mi plan de vida. A través de las diferentes dinámicas que hemos realizado, descubrí que quien se coloca los límites es uno mismo. Tuvimos la oportunidad de visitar diferentes empresas dirigidas por personas que provenían de sectores marginados y hoy día, son empresarios con mucho éxito”, sostuvo.
Los actos de clausura tuvieron lugar en las instalaciones del Centro para Puerto Rico, localizado en Río Piedras. Allí se unieron a otro campamento de la organización para presentar sus proyectos comunitarios.