Un catedrático del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) participó, junto a colegas de la Universidad de Pennsylvania (Penn), en una investigación sobre los ríos y zona cárstica de Puerto Rico, cuyos resultados fueros publicados en la prestigiosa revista científica Journal of Geophysical Research (JGR), afiliada a la Unión Geofísica Americana (AGU).
El doctor Thomas E. Miller, del Departamento de Geología del RUM, fue parte del exhaustivo estudio liderado por el doctor Gilles Y. Brocard, en el que también se integraron los doctores Jane K. Willenbring y Frederick N. Scatena, quien falleció recientemente, todos de Penn.
La investigación, analizó el desplazamiento de los knickpoints, que son los puntos, en las pendientes del río -como, por ejemplo, las cascadas- que experimentan unos cambios drásticos en erosión. Específicamente, se estudió el área sur de la zona montañosa de Luquillo, y la zona cárstica del oeste.
La publicación, titulada Relict landscape resistance to dissection by upstream migrating knickpoints, se enfoca en analizar la respuesta del sistema de ríos tropicales en su etapa de levantamiento desde el periodo geológico conocido como el Plioceno.
De hecho, el rol de catedrático, quien se especializa en geomorfología, geohidrología y carsos, fue estudiar las cuevas del noroeste, ya que la información que estas proveen, puede brindar un estimado del tiempo en que la isla emergió del océano. Asimismo, se puede calcular la proporción de erosión y desde cuándo existen los diferentes tipos de corrientes de los ríos relacionados con los diversos materiales de rocas debajo de estas.
Precisamente, Miller y Brocard recolectaron muestras de arenas de cuarzo, en las zonas más altas de los canales abandonados en las cavernas del Río Camuy y el Río Tanamá. Luego de someterlas a un complejo proceso en el laboratorio, para medir los efectos de los rayos cósmicos, estimaron que los sedimentos tenían un mínimo de unos 4.5 millones de años.
"Estos resultados fueron utilizados para ayudar a estimar la velocidad de la erosión en los knickpoints de las montañas de Luquillo. A través de esas medidas, ahora es posible determinar cómo las propiedades geológicas, físicas y químicas afectaron los niveles de erosión y la remoción de carbono de nuestro clima tropical", afirmó.
Asimismo, los hallazgos de las edades de los distintos pasajes de las cuevas de Puerto Rico, proveen información de la localización y tiempo de formación de esos túneles que pueden, a su vez, ayudar a ubicar antiguas rutas conducto, que podrían contribuir en el establecimiento de pozos de agua o la prevención de la contaminación en el mayor acuífero de agua dulce de Puerto Rico.
"Se estima que hace uno cinco millones de años, aproximadamente, la isla de Puerto Rico fue elevada a miles de pies sobre el nivel del mar, de esta forma emergieron, tanto las grandes montañas, como los profundos cañones que tenemos hoy día. Esta investigación nos ayuda a conocer más sobre los procesos de desgaste y erosión, que son aspectos críticos para la comprensión del cambio climático. En la medida que el dióxido de carbono de la atmósfera inicia su proceso de descomposición y erosión en la superficie, entonces carga todo ese material, ya alterado, al fondo del mar. En nuestra investigación buscamos analizar cómo esto incide en el bosque tropical de Luquillo, lo que a su vez aumenta, un paso más, el conocimiento del proceso climático", explicó Miller, quien sigue activo en sus investigaciones aunque recientemente se jubiló.
Tras la publicación en JGR, el portal Eos, especializado en temas científicos, utilizó los hallazgos para hacer un reportaje especial en Research Spotlight con un artículo titulado How Do Tropical Forests Slow Knickpoints in Rivers?