Diálogo sobre conflictos ambientales

La resistencia al depósito de cenizas de carbón en Peñuelas, la defensa del Corredor Ecológico del Noreste y el debate por la zonificación especial en el área costera de La Parguera, en Lajas, para permitir las casetas sobre el agua y privatizar el área marítimo terrestre, son solo ejemplos de algunos de los más recientes retos en los que se han visto comprometidos los recursos naturales nacionales, y que ponen al descubierto la vulnerabilidad del tema dentro del entorno social puertorriqueño. 

 

Como un intento de motivar un diálogo al respecto, surgió el foro Conflictos Ambientales: Acciones urgentes ante la crisis, que celebró el pasado 27 de septiembre el Centro Hemisférico de Cooperación en Investigación y Educación en Ingeniería y Ciencia Aplicada (CoHemis) del Recinto Universitario de Mayagüez. Su organización también sirvió como preámbulo al Tercer Congreso de la Sociedad Mesoamericana de Economía Ecológica (COSMEE 2016), cuya sede también serán las instalaciones colegiales del 14 al 18 de noviembre próximo.

 

El grupo de panelistas incluyó a los doctores Bernardo J. Aguilar González, director ejecutivo de la Fundación Neotrópica en Costa Rica y presidente de la Sociedad Mesoamericana de Economía Ecológica, quien ofreció su ponencia vía internet; Manuel Valdés Pizzini, antropólogo y catedrático de Ciencias Sociales del RUM; y el licenciado Donald Milán Guindín, abogado en la práctica privada, quien ha litigado en algunos casos de este tipo de conflictos.

 

Como portavoz de la coordinación del foro, comenzó los saludos la doctora Ivonne del C. Díaz Rodríguez, con un breve contexto de la relevancia que tiene esta discusión, no solo de cara al próximo Congreso, sino en la búsqueda de cambios urgentes para moverse hacia una economía que se desarrolle en armonía con el ambiente.

 

“Puerto Rico sufre una de las peores crisis en su historia y aunque se han evaluado un sinfín de soluciones para atender esa dificultad fiscal, es solamente la punta del iceberg porque hay otras con raíces más profundas como las del conocimiento, y las de desconexión social y ambiental. A través de este foro queremos comenzar a propiciar la comprensión de esta problemática desde la perspectiva de la economía ecológica y política, y mediante diversos saberes de otras disciplinas con el fin de buscar soluciones a todos estos problemas que nos aquejan”, reiteró la catedrática del Departamento de Economía.

 

Por su parte, el director de CoHemis, el doctor Fernando Gilbes Santaella, quien además dio la bienvenida y dirigió unas palabras como decano interino del Colegio de Artes y Ciencias, resaltó, al igual que su colega, la necesidad de estimular este tipo de diálogos, tan necesarios para arrojar luz desde distintas perspectivas y disciplinas, así como la óptica internacional, que siempre forma parte de la misión del Centro.

 

“El evento surge con la iniciativa que tenemos de mover el tema de la economía ecológica y lo que queremos es desarrollar una conciencia con lo que son los conflictos ambientales. Hay muchos países que llevan la delantera con este tema; nosotros tenemos nuestros retos, pero hay mucho que aprender, así que queremos abarcarlo dentro de los muchos temas que cubrimos y que están relacionados con el próximo Congreso”, manifestó el Decano. 

 

Antes de iniciar la ronda de los panelistas, el público reunido en el Auditorio de Administración de Empresas, presenció una ponencia grababa del doctor Joan Martínez Alier, profesor español de Economía e Historia económica, y también investigador en la Universidad Autónoma de Barcelona. En específico, el experto, quien además es miembro fundador y pasado presidente de la Sociedad Internacional de Economía Ecológica, explicó de qué se trata el Atlas Global de Justicia Ambiental, que creó con la misión de documentar y catalogar los conflictos relacionados con el ecosistema alrededor del mundo.

 

En su página oficial, ejatlas.org, se estipula que hay comunidades en todos los países que luchan por defender sus patrimonios terrestres, sus cuerpos de agua, y sus bosques, así como su sustento, de proyectos y actividades que atentan contra estos y que tienen repercusiones ambientales y sociales. Muchas de estas acciones afectan mayormente a las comunidades marginadas y en desventaja económica. 

 

Según se desprende del estudio, que coloca pequeños puntos de colores sobre las naciones con problemas de este tipo, Brasil y México tienen el mayor número en América Latina porque son también los de mayor población. No obstante, la cantidad de puntos también depende de los esfuerzos que está haciendo y que reporta cada área geográfica. Llamó la atención que, en el mapa de Puerto Rico, solo se exhibe un conflicto: el de la contaminación causada por la presencia de la Marina de Estados Unidos en Vieques. 

 

Precisamente, para abundar más sobre la situación del hemisferio, prosiguió el doctor Aguilar González, quien concentró su ponencia en los resultados del Segundo Congreso Latinoamericano sobre Conflictos Ambientales que se llevó a cabo el pasado mes en la Universidad de Costa Rica. Según detalló, el propósito de esa coyuntura era propiciar una conversación entre diferentes sectores y contestar la pregunta sobre si existen modelos de democracia política, económica y social que ayuden a poner fin a la conflictividad. 

 

“Tuvimos un diálogo de saberes en el cual, no solamente se combinó lo mejor del estado de arte a nivel de la investigación académica, sino que también escuchamos las voces de las organizaciones, de la sociedad civil, que están al frente de esos conflictos y que nos ayudaron a obtener importantes conclusiones”, manifestó el economista y abogado.

 

Agregó que la mayoría de estos problemas ecológicos se encuentran anidados en las condiciones de injusticia social que se dan en los países latinoamericanos y afectan a todas las naciones de la región. Asimismo, se determinó que hacen falta reformas institucionales y más redes de solidaridad y trabajo en conjunto entre la academia, las organizaciones no gubernamentales y las locales para comprender y visualizar los conflictos, así como proteger a los defensores ambientales.

 

Luego de ese panorama global y regional, el doctor Valdés Pizzini se enfocó en un caso en específico en Puerto Rico para ubicar el tema principal dentro del contexto nacional contenido en su trabajo de investigación La gente, los hábitats, las especies y la gobernanza: Una evaluación del sistema socio-ecológico de La Parguera.

 

“Una de las cosas que hicimos fue darle una mirada profunda a qué era lo que estaba pasando y utilizamos un modelo que identifica los factores determinantes, que a veces ocurren muy lejos del lugar del conflicto ambiental como la toma de decisiones, la planificación de la economía del país, y los desarrollos, entre otros, que empiezan a ejercer presiones o acciones humanas que van a impactar los ecosistemas creando unas nuevas situaciones. Eso va a desembocar en que el estado tenga una respuesta a esa situación; pero también, otra de parte de la comunidad que toma acción”, aseveró el catedrático de Ciencias Sociales.

 

Luego de repasar a grandes rasgos algunos de los más reveladores resultados del estudio, el doctor Valdés Pizzini reflexionó sobre lo que se determinará, finalmente, en el sector de La Parguera, ya que, a su juicio, las casetas no son el único conflicto de esa área turística que ha experimentado un gran crecimiento poblacional por décadas. Añadió que el estudio contempló las metas que cada sector desea obtener desde su perspectiva, lo que “abre la puerta para un diálogo sobre un problema de una magnitud extraordinaria”.

 

El antropólogo recomendó a la audiencia leer como referencia del tema, el texto Ciencias sociales: Sociedad y cultura contemporánea, de los editores Lina M. Torres, Héctor E. López Sierra y Juan A. Giusti Cordero, que contiene un capítulo completo dedicado a las Controversias ambientales y conflictos sociales, con un amplio trasfondo académico, datos históricos y casos específicos del entorno puertorriqueño.

 

Para finalizar, el licenciado Milán Guindín enfatizó en los aspectos legales que se deben considerar dentro de las coyunturas de daños ambientales y que, en su opinión, no solo resultan onerosos, sino muy espinosos.

 

“La línea que quiero seguir es qué remedios tiene el ciudadano o la asociación al ir a los tribunales y el marco de tiempo de los aspectos económicos; a qué nos enfrentamos tanto los abogados, como los ciudadanos cuando vamos contra personas, corporaciones y en algunas ocasiones, lamentablemente, contra el estado cuando le hacen daño al ambiente”, puntualizó.