Tal cual dioses y caciques indígenas que buscan consolidar su liderazgo dentro de sus tribus, las Juventudes y Clubes 4-H, programa adscrito al Servicio de Extensión Agrícola (SEA), del Colegio de Ciencias Agrícolas del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), iniciaron 32 estudiantes, bajo dos nuevos grupos, que recién comenzaron trabajos en el pueblo de Añasco.
Con el nombre de la diosa de las aguas, Atabey, 19 jóvenes del nivel intermedio de la Escuela Especializada Bilingüe Alcides Figueroa bautizaron a su grupo, que es el primero de su clase en la mencionada institución.
Ya en la escuela existía el Club de nivel superior, Urayo, que para los taínos era el niño del árbol; sin embargo, hacía cerca de cinco años no tenía nuevos miembros, según explicó Verónica Santiago Beauchamp, economista del hogar del SEA en ese municipio.
“Esta es la primera vez en cinco años e iniciamos 13 estudiantes de superior, y es la primera vez en la intermedia. Nos llena de mucho orgullo hacer esto porque cada vez que allegamos más jóvenes, logramos desarrollar más empresas de vida en las áreas técnicas de nutrición, agricultura, familia y manejo seguro de alimentos; pero lo más importante, es la empresa de cada una de estas vidas, a través de las diferentes actividades educativas que realizamos con ellos”, expresó la especialista.
Agregó que las labores educativas de 4-H, en la que todos conocen como la Bilingüe de Añasco, comenzaron el pasado año con charlas, talleres y visitas a algunas de las Estaciones Experimentales Agrícolas, también del RUM.
Entre las actividades, figuró la visita de una nutricionista del Instituto Nacional de Alimentos y Agricultura, bajo la sombrilla del Departamento de Agricultura Federal, quien llevó a cabo un grupo focal en esas aulas, como parte de la propuesta Development of Culturally Sensitive Age Nutrition Education Material for Childhood Obesity Prevention in Puerto Rico para desarrollar materiales educativos, dirigidos a jóvenes de 12 a 14 años
Asimismo, a través del Programa, ya tres alumnas, Ninoshka Cuebas, Wijanys Feliciano y Kerymar Molinary, participan del proyecto Promotores de Salud de la Fundación El Ángel del boxeador Miguel Cotto, que las adiestra para que, mediante la técnica de enseñanza colaborativa o team teaching, puedan educar a sus pares adolescentes en ese mismo tema.
Todo esto es posible gracias a los esfuerzos de extensionistas como Santiago Beauchamp y de las educadoras y hermanas Lydia y Loyda Abreu París, quienes se suman al contingente de líderes voluntarios con los que cuenta el SEA.
Las maestras de Artes Visuales y Ciencias de la Familia y el Consumidor, respectivamente, fueron cruciales para que los nuevos Clubes estuvieran activos en la Bilingüe de Añasco.
“Yo espero que la experiencia que nuestros jóvenes adquieran, sea una que marque sus vidas positivamente. Yo fui miembro de 4-H en Hormigueros y ha sido una parte esencial para lo que soy ahora como adulta”, indicó Lydia, en entrevista con Prensa RUM, durante los actos de iniciación, que se realizaron en el salón de Educación Física de la escuela.
Precisamente, estudiantes como Estefanía Y. Martínez, quien pasó al grupo Urayo al cursar el noveno grado, se mostró muy contenta con los nuevos conocimientos adquiridos en todas las actividades en las que ha participado desde que forma parte de 4-H.
“A mí me encanta. Siempre me ha gustado comer bien, alimentarme bien y hacer deporte, y en todo lo que he asistido hasta ahora, ese siempre ha sido el mensaje”, indicó la joven, quien practica el taekwondo.
La misión del Programa 4-H va dirigida a que los jóvenes, entre las edades de 5 a 19 años, adquieran conocimientos y desarrollen destrezas y actitudes positivas que les permitan convertirse en ciudadanos útiles a la sociedad.
