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Colaboran con MDA Summer Camp

Por Mariam Ludim Rosa Vélez (mariamludim@uprm.edu)
PRENSA RUM

viernes, 11 de agosto de 2017

Su misión veraniega fue colaborar con los participantes del MDA Summer Camp, evento que reúne a niños con distrofia muscular. Se trata de seis colegiales que forman parte de la secuencia curricular de Educación Física Adaptada (EFA), que ofrece el Departamento de Kinesiología del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM). Como requisito del curso de práctica en EFA, que dictó la doctora Iris A. Figueroa Robles, los universitarios se integraron en una experiencia de voluntariado que también impactó sus vidas.

"Los estudiantes estuvieron a cargo de un acampante diagnosticado con distrofia muscular y le asistían en todas las actividades de recreación, deporte y, en general, en su vida diaria. Debido a la variedad de capacidades y características dentro de la condición, atendieron a niños con  limitaciones mínimas hasta aquel que requería asistencia la mayor parte del tiempo. Muchos de estos, necesitaban una silla de ruedas u otro implemento para su movilidad. Cada uno de los colegiales estuvo la semana, 24/7, con este participante en una situación de uno a uno. También fue su responsabilidad, como parte del curso, preparar una actividad deportiva o física que los asistentes del campamento pudiesen hacer. Ellos desarrollaron un Slalom, evento de obstáculos que se ejecuta a nivel paralímpico", relató Figueroa Robles, catedrática del mencionado Departamento.

Además de la profesora, se integraron a la experiencia Jonathan D. León, Ashley Laureano, Zoelyd Núñez, Milton Guzmán, Paola Goyco y Yarelise Maldonado, todos matriculados en el Curso de Práctica (EDFI 3649). Asimismo, también participaron Anubis González, recién egresada de Kinesiología y Johan Ivonne Rodríguez, del Departamento de Biología, quien recibió el premio de voluntaria del año.

"Este grupo de jóvenes muy talentosos, me dejó claro que tenemos estudiantes muy capaces, comprometidos y sobre todo, apasionados por lo que hacen. No me cabe la menor duda de que son excelentes profesionales y siento un orgullo muy grande de que seamos colegiales", indicó la profesora.

Agregó que esta experiencia le provee a sus alumnos la oportunidad de trabajar con casos reales de poblaciones de diversas capacidades y aplicar lo que han aprendido en el salón de clases.

"Definitivamente, mi vida no será jamás igual luego de haber ido a este campamento. Aparte de la gran conexión que tuve con mi camper fue una manera de ver el mundo distinto a lo tradicional. Fue tan especial que me cuesta describirlo en palabras", relató Ashley, quien cursa doble bachillerato en Kinesiología y Enfermería, además de la secuencia curricular en EFA.

Coincidió con ella Paola, del Departamento de Psicología, quien aseguró que fue una "experiencia de cambio".

"Palpar de tú a tú lo que realmente vive una persona con impedimentos, no se da todos los días, y ser ese enlace para que la persona realice cosas que antes no podía, fue suficiente motivación para participar", agregó.

Por su parte, Zoelyd, quien también cursa un doble bachillerato en Kinesiología y Enseñanza, relató a Prensa RUM su testimonio sobre la interacción con su acampante.

"Fue una experiencia increíble, de mucho aprendizaje. Cada día es un reto y no sabes a qué te vas a enfrentar. Pero la felicidad de esos niños es lo que te motiva a seguir trabajando en el campamento. A mí me tocó una participante que hacía de cada día una aventura. Tenía siete años, era no verbal y necesitaba asistencia para todo. Durante esta semana me sentí como una mamá, ya que tuve que cuidarla 24/7. Tenía que lavarle los dientes, bañarla, vestirla, darle comida, cambiarle el pañal, dormirla y cantarle, entre otras costumbres del diario vivir. Definitivamente, fue un reto físico y mental, ya que todos los días fue una actividad diferente, y hay algunos participantes en silla de ruedas, como la que yo tuve, que necesitan a una persona que empuje la silla. La paciencia es clave y es muy importante para poder trabajar con estos niños. Pienso que eso me ayudó mucho, a siempre ser paciente y ver cada día como una nueva aventura. El año que viene, espero volver, ya que es una experiencia muy bonita. Es una semana que estos niños esperan con ansias, ya que en ese lugar ellos son felices y se divierten mucho", detalló.

Mientras Jonathan, también de Kinesiología expresó sentirse en familia a través de esta vivencia.

"Nos ayudamos unos a otros y siempre buscábamos la manera de que todos los niños pudieran realizar cualquier actividad. Para mí, fue motivo de gran alegría tener que cuidar a un acampante porque me sentí como un padre para él y como su mejor amigo", indicó.

Además del gran impacto personal para los universitarios, también esta práctica les ofrece nuevas herramientas de cara a su futuro laboral.

"Esto nos ayuda profesionalmente a poder entender y atender mejor a los niños que padecen de los diferentes tipos de distrofia muscular que nos pudiesen tocar en un futuro como maestros. Nos permite desarrollar mejor nuestras ideas y pensamientos para saber si queremos especializarnos en este tipo de condición", añadió Jonathan.

De manera similar opinó Ashley, al indicar que "esta experiencia me hace más sensible hacia cada ser humano (aspecto que hemos ido perdiendo poco a poco), me ayuda a comprender y esperar sin necesidad de molestarme o tener que estar ajorando a los demás. Esto me capacita para ayudar a cualquier persona no importa su condición física o mental y sobre todo, a tener siempre el mismo respeto y valor y defender a quien no se le está dando el mismo".

El MDA Summer Camp se llevó a cabo en Barranquitas en su cuadragésima quinta edición, bajo el lema Todo es posible. Asistieron 48 niños y jóvenes entre las edades de 6 a 17 años.


  • La atleta Ashley Laureano, quien cursa doble bachillerato en Kinesiología y Enfermería, además de la secuencia curricular en EFA, asiste a su acampante.<br>Suministrada
  • Jonathan D. León, también de Kinesiología, expresó sentirse en familia a través de esta experiencia.<br>Suministrada
  • Zoelyd Núñez asistió a una niña de siete años que requería asistencia para todas sus funciones.<br>Suministrada
  • Para Paola Goyco del Departamento de Psicología, se trató de una experiencia transformadora.<br>Suministrada
  • Johan Ivonne Rodríguez, del Departamento de Biología, recibió el premio de voluntaria del año.<br>Suministrada
La atleta Ashley Laureano, quien cursa doble bachillerato en Kinesiología y Enfermería, además de la secuencia curricular en EFA, asiste a su acampante.<br>SuministradaJonathan D. León, también de Kinesiología, expresó sentirse en familia a través de esta experiencia.<br>SuministradaZoelyd Núñez asistió a una niña de siete años que requería asistencia para todas sus funciones.<br>SuministradaPara Paola Goyco del Departamento de Psicología, se trató de una experiencia transformadora.<br>SuministradaJohan Ivonne Rodríguez, del Departamento de Biología, recibió el premio de voluntaria del año.<br>Suministrada

SOURCE: http://www.uprm.edu/portada/article.php?id=3995