Se aventuran entre sabores en ItaliaLlegaron hasta la cuna del Renacimiento para degustar sus sabores. Allí probaron su amplia variedad de vinos, el prosciutto, queso parmesano hasta sus variedades de pasta y aprendieron sobre los procesos para elaborar los grandes productos italianos. Se trató del viaje a Italia que realizaron 21 estudiantes gracias al proyecto RISE: Pathways to Diversity in Food Science Careers (RISE) del programa graduado en Ciencia y Tecnología de Alimentos del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM). El grupo multidisciplinario, integrado por 16 alumnos de maestría, así como cinco subgraduados, disfrutó de la jornada, gestada por las doctoras Lynette E. Orellana y María Plaza, líderes del proyecto y catedráticas en el Colegio de Ciencias Agrícolas del RUM. La travesía se extendió del 11 al 20 de julio y, a juicio de la doctora Orellana, representó una coyuntura en la que atestiguaron la pertinencia del currículo académico del Programa y las enseñanzas aprendidas en el aula. “Fueron diez días de aprendizaje de lo que normalmente enseñamos en el salón de clases. Fue ver el currículo cobrar vida en cada una de las operaciones de cultivo y procesamiento de alimentos”, indicó la principal investigadora de RISE. De San Juan a la región de Lombardía, y de allí a Bra, Turín, Cuneo, Florencia, San Miniato, hasta Bolonia, los colegiales percibieron de una manera diferente su campo de estudios. La aventura pretendió familiarizar a los participantes con los procesos para mejorar los cultivos y los alimentos, así como integrar el aspecto cultural de recorrer el área norte italiana. El paseo se inició en la ciudad de Bra, donde apreciaron el manejo de los mejores vinos italianos y la caracterización que se les otorga en términos de las condiciones de suelo y cultivo. También, se desplazaron hasta una finca orgánica, donde observaron las prácticas de control de plagas y de maleza. Los jóvenes ya estaban familiarizados con lo que se toparían a su paso, gracias a la preparación previa, durante un curso, en el que investigaron acerca de los productos que distinguen las principales regiones italianas. “Visitamos también varios lugares dedicados a la producción de aceite de oliva y una chocolatería, todo enmarcado en el aspecto cultural para que también conocieran la historia de los lugares frecuentados”, destacó la catedrática. Ángel Otero, fue uno de los participantes, quien quedó deslumbrado por la riqueza arquitectónica, los procesos en la industria de comestibles y también por los exquisitos chocolates que saboreó. “Este viaje me dio la oportunidad de ver el otro lado del manejo de alimentos con los que no estamos tan familiarizados y observar el procesamiento y los cultivos tradicionales. Incluso, ver alimentos que serían difíciles de manejar en la isla como las fresas, o las blackberries”, señaló el alumno del programa graduado de CITA. La visita a una finca orgánica les permitió conocer la aplicación de técnicas amigables al ambiente y la variedad de cosechas e instrumentos de procesamiento. Allí también entendieron los retos técnicos y económicos que conlleva mantener un negocio familiar. Otra de las alumnas fue Katherine Serrano, también del programa graduado de CITA, a quien le llamó la atención el proceso para curar y secar el jamón y del queso parmesano en la región de Parma. “Lo que más me impresionó fue cómo realizan el prosciutto en un proceso que demora hasta dos años de añejamiento hasta finalmente degustarlo. Para mí, sin duda alguna, esta experiencia es de lo mejor que me llevo como estudiante graduada. Definitivamente, el tener la oportunidad de ver lo que nosotros hemos estudiado curso tras curso y no tan solo eso, sino poder compararlo con lo que hacemos desde acá”, sostuvo la joven. Por otra parte, Emmanuel Matos, quien completa su maestría en Protección de cultivos, destacó el orgullo que percibió entre los italianos en relación a sus sembradíos. “Algo curioso para mí, fue que se mencionaba un alegado purismo dentro de la cultura de los italianos que se podría pensar que dejan a un lado la comercialización de sus productos. La realidad del caso es que esto va más allá del capitalismo, por lo que pienso que, en Puerto Rico, podemos transformar el orgullo por lo nuestro, en un esfuerzo por aumentar la producción de nuestros cultivos”, expresó. El colegial destacó la experiencia de la visita a una finca orgánica y sus prácticas para controlar las plagas a la vez que se respeta al ambiente. “Realmente, el uso del control de maleza e insectos, siendo yo de protección y trabajando con ellos directamente en mi tesis, vi cómo, mediante el uso de hormonas de insectos, los desorientan y no permiten que estos se reproduzcan. Fue muy impresionante”, afirmó Emmanuel. Asimismo, Roxanna Pérez se aventuró en la elaboración de distintos tipos de pasta al estilo boloñese y postres. La alumna coincidió con sus compañeros en que trasladarse hasta Italia les permitió ver aplicado lo que estudian en el salón de clases. La aventura culinaria se complementó con el recorrido a la ciudad de Florencia, la cuna del Renacimiento y su Duomo, con la catedral de Santa María del Fiore, el Palazzo Vecchio y el Ponte Vecchio. Asistieron a la Galería de la Academia, donde apreciaron la escultura del David de Miguel Ángel. También, en San Miniato, el Castello Sonnino, en Montespertoli, hogar de un viñedo y una siembra de olivos. El paseo final fue en la ciudad de Bolonia, donde radican las basílicas de San Petronio y San Stefano, así como el centro educativo más antiguo de Europa, la Universidad de Bolonia. Allí se integraron a la confección de su almuerzo que incluyó pasta tortellini y tagliatelle hasta el famoso postre italiano, tiramisú. El programa RISE lleva cuatro años de exitosa trayectoria y como uno de sus logros más significativos, cuenta con que sus participantes han continuado estudios en áreas relacionadas a la industria de alimentos. El viaje contó con el auspicio de la agencia USDA-HSI-NIFA. “Lo que queremos es aumentar la cantidad de estudiantes que completan carreras en ciencia y tecnología de alimentos. Y eso, con el fin de que sabemos que, en Estados Unidos hay una necesidad grande de personas que siguen estudios a nivel graduado para suplir realmente la demanda de profesionales en esta área. Uno de los grandes retos es tener personas que puedan alimentar los 9 mil millones de habitantes que tendremos próximamente. Hoy día, la producción a nivel global de alimentos no es suficiente para desarrollar estrategias para desarrollar ese campo porque van a buscar alternativas. Hay aspectos que podemos adaptar a pesar de ser un ecosistema particular”, precisó la doctora Orellana. SOURCE: http://www.uprm.edu/portada/article.php?id=4014 |