Aportan su pericia para evaluar catástrofe
Los doctores Alesandra C. Morales Vélez y K. Stephen Hughes, catedráticos auxiliares de los Departamentos de Ingeniería Civil y Agrimensura, y de Geología, respectivamente, del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), formaron parte de la reciente misión Geotechnical Extreme Events Reconnaisance (GEER), auspiciada por la Fundación Nacional de la Ciencia (NSF), que se centró en estudiar los daños de los huracanes Irma y María en Puerto Rico.
Ambos profesores colegiales integraron el equipo de expertos que se destacó por una semana, del 30 de octubre al 3 de noviembre pasado, en varios lugares de la isla, donde realizaron un reconocimiento con el objetivo de documentar las observaciones y obtener valiosa información que se publicará en un informe.
Estos grupos de trabajo lo componen profesionales en las disciplinas de ingeniería, geotecnia y geología, por lo que fue la ocasión perfecta para reunir a los dos catedráticos del recinto mayagüezano de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en la travesía, quienes recibieron la invitación por su dominio de la materia, así como por su cercanía y familiaridad con el lugar del desastre. Usualmente, estos viajes se centran en zonas donde han ocurrido sismos, pero ante el paso devastador de tantos fenómenos atmosféricos en esta temporada, se tomó la decisión de organizar la expedición en suelo boricua.
Precisamente, en el caso de la doctora Morales Vélez, esta fue su segunda misión consecutiva, ya que participó recientemente en la que estudió el demoledor terremoto del pasado 19 de septiembre, en México.
“Me contactaron para unirme al GEER de Puerto Rico y de primera intención les expliqué que tenía muchísimo trabajo pendiente por lo de México. Aún así les entregué valiosa información con unas tablas que incluían mapas de los puentes, deslizamientos y lugares a donde les recomendaba ir. Me insistieron en la invitación y accedí. Hacía falta un geólogo y les pedí que se comunicaran con el profesor Hughes, un experto en deslizamientos de nuestro Departamento de Geología en el RUM, quien aceptó. Le hicimos una presentación al líder del grupo, el ingeniero puertorriqueño Francisco Silva Tulla, con lo que había sucedido por áreas en términos de deslizamientos, erosión costera, carreteras y puentes que era lo principal que estábamos buscando”, relató la experta en Geotecnia.
Por su parte, para el doctor Hughes, esta fue su primera intervención en una misión de esta categoría, en la cual aseguró que el tiempo es un factor clave, ya que es imperativo recolectar con rapidez la información antes de que comience la reparación de la zona afectada.
“La misión trata sobre eventos extremos geotécnicos, así que los ingenieros en esa rama y los geólogos trabajamos juntos con mucha frecuencia. Creo que ayudó que ya yo estaba aquí, por lo que acepté integrar el equipo. Previo a esa semana, nos concentramos bastante en la planificación que fue muy difícil porque teníamos que comunicarnos con el líder y los demás integrantes en Estados Unidos en un momento en el que no contábamos con internet o comunicación confiable. Nosotros corrimos todo lo relacionado con la logística”, destacó el catedrático especializado en tectónica y geomorfología.
Ambos profesores contaron que se les hizo bastante complicado realizar gestiones como conseguir estadía o transportación para el colectivo ante la falta de recursos que vivía el país en esas semanas luego del paso de María. Incluso, tuvieron que explicarle a sus colegas que necesitaban traer su propia agua potable y hasta meriendas por su escasez en ese momento.
Ya una vez se logró coordinar todo, dieron inicio a la jornada el 30 de octubre con turnos muy intensivos que comenzaban temprano en la mañana y se extendían hasta la noche, durante una semana. Visitaron los pueblos de: Villalba, Barranquitas, Utuado, Lares, Añasco, Rincón, Coamo, Ponce, y la represa de Guajataca.
Tanto Morales Vélez como Hughes coincidieron en la profunda impresión que les causó ver tanta destrucción en una gran cantidad de lugares. Movilizarse hasta estos puntos y recolectar los datos ya era una gestión agotadora a la que debían añadir el impacto emocional por lo que observaban.
Los deslizamientos fueron constantes en la mayoría de los casos, que según subrayaron están bien documentados por agencias como la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica (NOAA) y el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS).
“Van a seguir ocurriendo porque en Puerto Rico llueve todos los días, así que tenemos que hacer algo como país para tratar de mitigarlo lo más que se pueda. ¿Cómo se empieza? Estudiándolo, aprendiendo qué fue lo que pasó. Hay que mirar todas esas fotos de esos movimientos de tierra, examinar el modo de falla y ver si es posible algún tipo de mapa de riesgo. Requiere mucho trabajo”, enfatizó la doctora Morales Vélez.
Precisamente, en ese aspecto se ha centrado su colega de Geología, quien ya ha comenzado un proyecto especial con sus alumnos colegiales orientado a considerar ese fenómeno.
“Lo que observé es el mismo mecanismo de deslizamiento, una vez tras otra, debido a la gran cantidad de precipitación; algunos muy profundos con hasta 30 metros de la capa de tierra moviéndose. Ante ese panorama, decidí organizar un grupo de 10 a 12 de mis estudiantes que están ahora mismo analizando e identificando alrededor de ocho mil imágenes que capturó FEMA en toda la isla”, explicó el catedrático, al tiempo que subrayó que se trata de una oportunidad que pudo desarrollar como resultado de su participación en el grupo de expertos.
Igual experiencia tuvo la doctora Morales Vélez, a quien le llamó la atención la gran cantidad de puentes que colapsaron.
“Hay mucho daño, muchos fallaron por la presión del agua. En Utuado, si miras el puente de los Olvidados, te das cuentas que le falta una pilastra, se supone que sean tres en vez de dos. ¿Dónde está? Pienso que puede ser que lo que venía bajando eran escombros que crearon un dique, con material orgánico, ramas y sabrá Dios qué otras cosas porque lamentablemente mucha gente usa esos cuerpos como vertederos clandestinos. La fuerza del agua se lleva el puente porque no fue diseñado para que aguante eso”, agregó.
En la misma dirección de su compañero geólogo, la ingeniera ya ha comenzado a integrar lo observado en sus cursos.
“Ahora mismo cuando voy a explicar en mi clase de suelos los flujos de agua, lo primero que les digo es que el agua es nuestro peor enemigo a través de represas. Les enfatizo que tenemos que ser astutos a la hora de diseñar y les muestro casos de ejemplos. Antes les enseñaba una represa en Idaho, pero ahora lo hago con el caso de Guajataca y se sienten identificados porque pasó aquí”, narró.
De hecho, ambos educadores quisieron aclarar que el caso de esa represa en Guajataca no era tan urgente como se proyectaba en los medios, aunque entienden que el deber del Gobierno era salvaguardar vidas, por lo que se alertó a la ciudadanía constantemente. No obstante, coincidieron en que la represa como tal no estaba rota, sino el aliviadero, que ya está bajo control.
Los docentes colegiales expresaron su satisfacción con la experiencia en general y por haber formado parte de este grupo de prestigiosos profesionales, lo que sin duda expande el horizonte de sus carreras. De la misma manera, reflexionaron sobre la importancia de diseñar de la mejor forma posible para evitar futuros desastres y pérdidas de estructuras, ya que la naturaleza continuará manifestándose con más fenómenos atmosféricos o incluso la posibilidad de un terremoto.
“No podemos amurallar al país entero. Uno trata como ingeniero de hacer el diseño, pero también como ciudadano tengo que sentarme a pensar cuáles son mis opciones. Estoy a favor de la construcción, pero hay que ser inteligentes y tomar en consideración todos esos factores ambientales que no podemos controlar”, reiteró Morales Vélez.
“La isla tiene muchas limitaciones. Si pudiéramos construir casas en lugares cien por ciento seguros, lo haríamos, pero no hay suficiente espacio y el que tenemos podría estar en zona de tsunami o en una pendiente muy empinada donde puede ocurrir un deslizamiento. Pero así es como la superficie de la tierra funciona. Los terrenos de Puerto Rico existían antes de los humanos y estarán aquí después. Estos fenómenos continuarán. Va a haber erosión, terremotos y tormentas que causan deslizamientos. Es algo normal y tenemos que hacer lo mejor que podamos dentro de las circunstancias”, aseveró, por su parte, Hughes.
El reporte de la misión será publicado próximamente, mientras ambos catedráticos colegiales también presentarán un afiche del cual son coautores en la conferencia de la American Geophysical Union la próxima semana en New Orleans.
SOURCE: http://www.uprm.edu/portada/article.php?id=4061 |