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Promotores del servicio

Por Rebecca Carrero Figueroa (rebecca.carrero@upr.edu)
PRENSA RUM

viernes, 9 de marzo de 2018

“Colaboro porque, en ciertos instantes de mi vida, otros lo han hecho también conmigo. Me llamó mucho la atención ver que en mi universidad podía brindarle ayuda a mis compañeros universitarios... Decidí unirme a la asociación estudiantil porque me permite seguir cumpliendo con lo que siento que es una de mis vocaciones, servir a quienes lo necesitan… Para mí, es de suma importancia que todo colegial tenga lo necesario para dar un mejor rendimiento en sus estudios y planes futuros... Siendo parte de Come Colegial siento que aporto significativamente a crear un cambio para bien en el Recinto, que sé, que se propaga a lugares que ni pensamos”.

Lo anterior recoge el sentir de varios voluntarios de la asociación estudiantil Come Colegial, a quienes les inspira procurar el bienestar de sus compañeros con quienes comparten lo más valioso que un universitario tiene: su tiempo. De esta manera, entre sus responsabilidades académicas, 60 jóvenes se han integrado al proyecto que, desde el año 2014, canaliza la asistencia de alimentos para un sector de la población estudiantil del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM).

Joyce D. López Colón es una de las voluntarias que en su primer año en el RUM se unió a Come Colegial. Sus ratos libres como estudiante de nuevo ingreso en Ciencias Agrícolas los invierte, ayudando. Para ella, su participación va más allá de confeccionar las bolsas con comestibles o entregarlas, sino que representa “una segunda familia con quien pasas buen tiempo dentro y fuera de la universidad”.

Recibir la ayuda de personas a quienes describe de buen corazón y que con su gesto le han apoyado en las metas que se ha propuesto, fue su principal motivo para unirse a la organización estudiantil.

“Muchas personas suelen preguntarme por qué paso mi tiempo en la asociación y por qué no lo uso para mí, sabiendo que cada minuto en la vida universitaria es sumamente necesario. La realidad es que resultan imprescindible de vez en cuando, momentos para relajarse y reflexionar, y personalmente, pasar mis tiempos libres para esta organización, me llena de paz y mucho entusiasmo al ver a más personas sentir un poco de alivio y felicidad”, expresó Joyce.

De la misma manera, se incorporó al grupo Yaire Del Toro Rosas, quien inició estudios en Sociología en agosto de 2017. En su caso, ver la respuesta del colectivo en favor de otros colegiales afectados por el huracán María, fue lo que le llevó a convertirse en voluntaria.

“Tomé la decisión de unirme a esta asociación estudiantil, ya que siempre me ha gustado ayudar al más necesitado y me llamó mucho la atención ver que también podía hacerlo en mi universidad”, sostuvo Yaire.

Para ella, el tiempo invertido en la asociación, es parte de sus demás roles, pues lo integra a los momentos para compartir con amistades, trabajar y estudiar. “No hay mejor satisfacción que luego de un arduo trabajo, ver cuánto pude cooperar con otros”, comentó.

Por otro lado, para Luis Emmanuel Hernández Rodríguez, Come Colegial le permite continuar con su vocación de servicio, ahora desde su rol como universitario. El estudiante de tercer año de premédica en el RUM, considera que “el voluntariado es lo que nos hace humanos”.

“Desde niño he participado en actividades comunitarias. Considero que el servicio a la comunidad y el voluntariado son parte de nuestra esencia y empatía. Estoy seguro de que la universidad es mucho más que clases, laboratorios y exámenes. Además de formarnos como excelentes profesionales, la universidad contribuye en nuestra formación como personas y esta asociación influye grandemente en eso”, sostuvo Luis Emmanuel.

Al igual que sus compañeros, reiteró que colaborar con Come Colegial tiene la misma prioridad que sus clases, laboratorios y exámenes.

De manera similar, Daniela Isabelle Miranda Arroyo, en tercer año en Ciencia Animal, se interesó en participar como voluntaria porque vio en el grupo un vehículo para trabajar por una buena causa y reforzar su interés en que sus compañeros colegiales, al mismo tiempo que reciben las herramientas para labrarse un mejor futuro, no vean su desarrollo tronchado por la falta de alimentos.

“Tuve amigos cercanos que pasaban por mucha necesidad y pude darles la mano. Lo más que me motiva a invertir mi tiempo libre es que la satisfacción de ayudar siempre será mayor que cualquier otra cosa. Dos horas del día que dediquemos a ser parte de algo bueno para la sociedad se compensa en algún punto. Podría utilizarlas para estudiar, pero seamos realistas, cada cual hace tiempo para lo que cree que es importante, tanto estudios como sus actividades extracurriculares”, aseguró Daniela Isabelle.

Otro voluntario es Jonathan L. Santiago Jiménez, del Departamento de Química y quien se unió en su cuarto año de estudios a Come Colegial.

“Me impresionó en gran manera la cantidad de compañeros que necesitan ayuda y cómo Come Colegial ayuda a minimizar ese gran problema. Me sorprendió y emocionó el impacto tan positivo que esta asociación estaba causando en el Colegio, y sin darme cuenta, quise ser parte del mismo”, aseguró Jonathan.

Al preguntarle por su motivación integrarse a esta iniciativa, “estar en Come Colegial, dar de mi tiempo y ayudar, me hace feliz y también a otros, así que, ¿por qué no invertir mi tiempo sirviendo?”, manifestó Jonathan.

Otro joven apasionado por el servir a los demás y que integra la asociación es Adrián Vázquez Bandas, de Ciencias Agrícolas General y quien colabora desde hace dos años con la entidad.

“En el pueblo donde vivo, San Germán, realizo varias actividades para beneficio del más necesitado, con un grupo de jóvenes voluntarios. Y al ser estudiante del Recinto, y ver esta organización, ahora ejerzo mi pasión en la Universidad”, precisó. Al igual que sus compañeros, Adrián respondió que coopera en la asociación porque “no es mi tiempo libre el que invierto, es más mi tiempo para ser parte del cambio de la humanidad.

Esa ayuda desinteresada ha tocado las vidas de cientos de alumnos que se han acercado hasta Come Colegial, como es el caso de Lourdes- nombre ficticio para proteger su identidad. La joven compartió cómo la organización ha contribuido, junto a otras personas, a que continuara con sus estudios tras la muerte de su madre y el desempleo de su padre.

"Se me imposibilitaba tener un presupuesto que abarcara todas mis necesidades. Actualmente, sobrevivo con el sobrante de la beca y, sinceramente, a veces tenía que elegir entre pagar el celular o hacerme una comprita. Creo que ya saben qué elegía: pagar el celular. Muchas veces llamaba a mi novio llorando porque tenía la alacena vacía, y él venía y me traía comida de su casa. Él me ayudaba y unos hermanos de la iglesia, igual; me invitaban a sus casas a comer o me daban comida para llevar. He sido bendecida, pues tenía quienes me colaboraban. Siempre supe de Come Colegial, pero me decía, que hay muchos más compañeros con más necesidad”.

No obstante, el huracán María agudizó sus circunstancias, por lo que tocó las puertas del colectivo.

“Cuando ellos avisaron que iban a ayudar, fui; pasé por el proceso, y me dieron mi primera compra. Para mí, fue Navidad todavía lo es; me hace mucha ilusión buscar una compra e ir guardándola a ver qué me dieron esta semana, así como si estuvieras abriendo regalos de Navidad. No queda más que darle mi sincera gratitud. Hacen una labor muy linda", recalcó.

Come Colegial ha trascendido los límites del campus mayagüezano de la Universidad de Puerto Rico (UPR) al lograr la colaboración de exalumnos y otras entidades locales y de los Estados Unidos que apoyan el esfuerzo de facilitar alimentos entre los estudiantes del Recinto. Gracias a la intervención de estos voluntarios, no solo se distribuyen comestibles no perecederos entre quienes se acercan a la organización, sino que han logrado que empresas vinculadas al RUM, se interesen en colaborar.

Final feliz y nuevo impulso para el semestre

Como parte de sus esfuerzos, la organización realizó su acostumbrado almuerzo para culminar el primer semestre de este año académico. Gracias al Capítulo Delta de la Sororidad de Educadoras ADK que por cuarta ocasión consecutiva, y a Friends’ Café, que es la primera vez que se une, se gestionó un almuerzo para 350 estudiantes durante el día de repaso de los exámenes finales.

La ayuda continúa llegando y es así cómo han logrado coordinar otras actividades para servir alimentos calientes a la población universitaria. Enmarcados por la Feria de Empleo, las empresas Abbott, Boeing y Goldman Sachs estrecharon sus brazos voluntarios para facilitar algunos suministros.

De esa manera, Abbott repartió 200 almuerzos; Boeing, igual cantidad de desayunos, y Goldman Sachs, mil almuerzos que se distribuyeron en la Placita entre Celis y Chardón.


  • Come Colegial realizó su acostumbrado almuerzo para culminar el primer semestre de este año académico.<br>Suministrada
  • La actividad transcurrió en la placita entre los edificios Carlos Chardón y Luis De Celis.<br>Suministrada
  • Los voluntarios de Come Colegial ven en la asociación una oportunidad de servir a sus compañeros.<br>Suministrada
  • Enmarcados por la Feria de Empleo, las empresas <em>Abbott, Boeing</em> y <em>Goldman Sachs</em> estrecharon sus brazos voluntarios para facilitar algunos suministros.<br>Suministrada
  • Personal de <em>Goldman Sachs</em> repartió mil almuerzos a los estudiantes a quienes sirve Come Colegial.<br>Suministrada
  • La compañía <em>Boeing</em> repartió 250 desayunos entre los estudiantes.<br>Suministrada
  • <em>Abbot</em> auspició 262 almuerzos gratis, y distribuyeron meriendas, linternas, víveres, y otros artículos entre los participantes.<br>Suministrada
Come Colegial realizó su acostumbrado almuerzo para culminar el primer semestre de este año académico.<br>SuministradaLa actividad transcurrió en la placita entre los edificios Carlos Chardón y Luis De Celis.<br>SuministradaLos voluntarios de Come Colegial ven en la asociación una oportunidad de servir a sus compañeros.<br>SuministradaEnmarcados por la Feria de Empleo, las empresas <em>Abbott, Boeing</em> y <em>Goldman Sachs</em> estrecharon sus brazos voluntarios para facilitar algunos suministros.<br>SuministradaPersonal de <em>Goldman Sachs</em> repartió mil almuerzos a los estudiantes a quienes sirve Come Colegial.<br>SuministradaLa compañía <em>Boeing</em> repartió 250 desayunos entre los estudiantes.<br>Suministrada<em>Abbot</em> auspició 262 almuerzos gratis, y distribuyeron meriendas, linternas, víveres, y otros artículos entre los participantes.<br>Suministrada

SOURCE: http://www.uprm.edu/portada/article.php?id=4139