Una conversación sobre el edén idílico caribeño que se dibuja, se pinta, se esculpe, se escribe, se imagina, se idealiza y se sueña con cielos brillantes, soles fogosos, aguas transparentes, donde no falta nada porque lo esencial lo habita. Esa es el alma de la exposición Paraíso y palabras: diálogo entre el arte y la literatura puertorriqueña, que se exhibe en el Museo de Arte de Ponce (MAP).
A esa plática se integró un novedoso tema, que aportó un grupo de estudiantes del curso de Microeconomía del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la mano de su profesora, la doctora Ivonne del C. Díaz Rodríguez, y que sirvió de coartada para trasladar la Universidad hasta el Museo el pasado 14 de noviembre.
Una vez más, los alumnos colegiales "tomaron posesión" de algunas de las obras de esta muestra para analizar sus aspectos económicos a la luz de los conceptos aprendidos en clase. Esta fue la primera vez que la presentación final de los proyectos se movilizó a la Perla del Sur para dar a conocer sus hallazgos y propiciar en un mismo foro diálogos de temas diferentes, pero muy afines.
Para ello, la actividad se distinguió por contar con destacados recursos en cada disciplina con la misión de abundar sobre la relación que existen entre estas. Los catedráticos Carmen Rivera Villegas, del Departamento de Estudios Hispánicos y Alfredo González, profesor jubilado del Departamento de Economía, ambos del RUM, disertaron desde sus ópticas, mientras el artista educador Julio Amill, del MAP, habló sobre uno de los proyectos emblemáticos de la entidad.
"Esta es la cuarta vez que llevamos a cabo esta actividad La economía a través del arte. Estamos bien emocionados porque es la primera vez que llegamos al Museo, al paraíso. Ha sido mucho trabajo, pero es una experiencia diferente, muy interesante. Pienso que hay que traer al estudiante fuera del salón de clases, y exponerlo a otras experiencias", precisó la doctora Díaz, quien ha visto cómo estas visitas al centro artístico ponceño tienen un efecto transformador en los jóvenes.
A principios de semestre, la profesora lanzó la convocatoria de manera voluntaria a sus discípulos y en la primera excursión organizada, se presentaron al Museo más de 100 personas, entre los estudiantes, sus familiares y amistades. Todos quisieron tener la vivencia y conocer de cerca esta muestra que profundiza en el tema del paraíso en el arte puertorriqueño desde el siglo XVIII.
"La exposición Paraíso y palabras trata sobre obras de artistas puertorriqueños desde la época de José Campeche hasta el presente, así que, tenemos conceptos económicos en todo el sentido de la palabra, desde el principio de la llegada de los norteamericanos, en las pinturas de Francisco Oller, las fotografías de Jack Delano, la pobreza de 1940, los problemas de transformación económica, la industrialización, conceptos que se pueden analizar como la criminalidad, la obesidad, todo eso se refleja en las obras", describió la profesora.
Esta exhibición, creada y organizada por la curadora María Arlette de la Serna, consta de alrededor de 250 piezas artísticas de las diferentes colecciones que pertenecen al Museo, divididas por temas y acompañadas por fragmentos de textos literarios puertorriqueños.
Precisamente, el primer turno de la velada fue el de la doctora Rivera Villegas, cuya ponencia La elocuencia del edén subvertido, constó de un recorrido panorámico por la poesía puertorriqueña desde el romanticismo a finales del siglo XlX sobre el tema del paraíso.
"A lo largo de la historia, ese edén, que así se representaba en la poesía de entonces, fue sufriendo unas transformaciones bastante radicales que tenían que ver en muchos de los casos por los procesos económicos, sociales, políticos e históricos que se vivieron en el País. Así que, básicamente es cómo se observa la metáfora del paraíso en la poesía puertorriqueña desde finales del siglo XlX y hasta los cincuenta, del siglo pasado", abundó la especialista en ese género literario.
De hecho, para la catedrática esa unión entre el arte y la literatura, entre otras instancias, es inevitable por el contexto histórico nacional.
"Es imposible separarlos porque esa imagen, esa construcción del paraíso en Puerto Rico, sin duda tiene un referente real, porque nuestra Isla, si la pensamos desde un punto de vista natural, el paisaje sí resulta ser un paraíso, pero también es una metáfora que va a querer decir algo distinto para las personas. En el caso de la literatura, siempre ha existido una relación muy estrecha entre la naturaleza como la representación de la nacionalidad puertorriqueña, pues es obvio que va a ser un tema recurrente en nuestras letras", agregó.
Le prosiguió el turno al profesor González, quien disertó sobre La economía creativa: el potencial del desarrollo económico a través de la industria del arte, el entretenimiento y la recreación en Puerto Rico, un ámbito innovador que permite atar ambas ramas con mayor efectividad.
"El foco de estudio es la aplicación de los principios económicos a esa labor creativa de artistas, de músicos, de pintores, de escritores y eso es lo que queremos explorar. Particularmente, si vemos que uno de los propósitos del estudio de la economía creativa es ver la aplicación del arte como si fuera una actividad productiva, donde se generan bienes que satisfacen no las necesidades materiales, sino el deleite espiritual e intelectual de la gente", subrayó el economista.
El catedrático, quien aparte de ejercer su práctica docente en el Recinto, fue el fundador del Departamento de Economía, expresó a Prensa RUM su satisfacción por formar parte de este proyecto tan necesario para esta generación.
Al dúo de ponentes se unió Amill, en representación del Museo, quien enfocó su participación en la labor de conservación de su acervo, en especial la del artista Miguel Pou. Según explicó, el Centro de Conservación Anton J. Konrad, es el responsable de restaurar las obras sobre papel, que representan una cuarta parte de la colección del MAP.
La complicidad de las miradas
Para que exista una conversación entre el arte y el espectador solo basta un encuentro, que propicie cierta complicidad y confabulación. Ese junte fue posible gracias al reto lanzado por la doctora Díaz, quien no tardó en encontrar voluntarios para ser protagonistas del encuentro.
Laura S. Solís Martínez, Natalia Vilá Palacios y Michael G. Carmona Soto fueron tres de esos colegiales con arrojo que se lanzaron a la aventura. Todos estuvieron de acuerdo en los beneficios que obtuvieron no solo por el enriquecimiento cultural y académico, sino por tratarse de una experiencia fuera del salón de clases que los motivó a pensar más allá de lo convencional.
"A mí me pareció único y bien especial, porque nosotros vivimos en una monotonía de exámenes y unos currículos bastante parecidos entre todos y esto es algo distinto que me ayudó a aplicar los conocimientos y a aprender, pero de una manera sumamente creativa. La actividad nos saca de esta vida ajetreada para venir al Museo y disfrutar de algo que es nuestro y que nos debe dar orgullo", aseguró Natalia, alumna en tercer año de Ciencias Políticas.
La también presidenta de la Asociación Estudiantil de Apoyo a Comunidades seleccionó la obra Huracán del Norte, de Carlos Raquel Rivera.
"Me cautivó mucho su estilo en el que expone las realidades puertorriqueñas sin escrúpulos. Había muchas obras de él, pero finalmente escogí esta que tiene una calavera contundente y grande que representa la imposición y la invasión de Estados Unidos en Puerto Rico en el 1898", abundó Natalia, quien analizó la pieza desde todas las repercusiones económicas que ese cambio político representó para la Isla.
De igual forma, para Laura, estudiante de Preveterinaria en el Colegio de Ciencias Agrícolas, también la visita a Ponce se convirtió en un oasis dentro del ajetreo universitario.
"Había venido en otras ocasiones, pero nunca a hacer un trabajo así. De verdad que me gustó mucho, porque me llamó la atención cómo se puede relacionar la economía con el arte que es algo que usualmente las personas no asocian. Esto ayuda a los estudiantes a salir de esa monotonía en el salón siempre entre exámenes y trabajos. Es una manera distinta de aprender sobre la economía".
Laura se inclinó por la colección de fotografías Puerto Rico Mío de Jack Delano, cuyas impactantes imágenes reflejan cuatro décadas de historia puertorriqueña. “Es bien evidente cómo se ve la situación económica y social en las que estaban estas personas para la época", agregó Laura, quien se centró específicamente en cuatro fotos sobre temas de estampas familiares, agricultura y mano de obra.
Michael, por su parte, seleccionó La última montaña, de Jorge Zeno, una pintura contemporánea que representa la destrucción ecológica y ambiental, un tema que guarda una relación estrecha con los conceptos estudiados en el curso.
"Esto fue una experiencia inigualable, me encantó mucho la dinámica de la profesora de mezclar obras con la economía", relató el estudiante de Ingeniería Industrial.
A las presentaciones de los colegiales, se intercalaron algunos vídeos realizados por sus pares sobre sus experiencias en el Museo. Una amplia audiencia, integrada en su mayoría por los alumnos del curso, se dio cita en el salón Caribe para formar parte del evento. Ana Margarita Hernández, directora de Educación del MAP, agradeció a la profesora y a los estudiantes su interés y apoyo a este proyecto que ha crecido y ha unido a ambas entidades. Mientras, la profesora Rebecca Carrero Figueroa, de la Oficina de Prensa del RUM, fue la maestra de ceremonias de la actividad.