Nosotros estamos todos exiliados en el marco de una imagen extraña.
Quien lo sabe, vive en grande, los otros son insectos.
Leonardo Da Vinci
Aprender y enseñar, ese fue el lema de Davinciana: Foro de las Humanidades, que reunió a los profesores Ramón López, Héctor J. Huyke, y Beatriz Llenín, del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), así como al arquitecto Fernando Abruña, del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, para reinterpretar la relación con la naturaleza en tiempos de la sostenibilidad.
De acuerdo con su organizador, el doctor Jerry Torres Santiago, la actividad pretendió concentrar en un solo lugar a diferentes personalidades y puntos de vista y presentarles una pregunta en común: ¿Cómo el individuo se relaciona con la Naturaleza?
“La llamamos Davinciana, aludiendo a Leonardo Da Vinci, quien representa lo universal, el ideal insaciable que busca conocimiento. Fue alguien que transitó de una disciplina a otra, fue ingeniero, pintor y se interesó mucho por las artes y las ciencias, y entendemos que resume el espíritu de este evento”, sostuvo el también catedrático de Humanidades del RUM.
De esta manera, se ofrecieron dos charlas por semana. La primera de ellas, titulada: Agua salada: agua dulce, estuvo a cargo del profesor Ramón López. En ella hizo un despliegue de sus pinturas en las que recoge varios temas, entre ellos: lo político, lo histórico y la belleza del paisaje guaniqueño.
“Al prepararme, vi cómo la naturaleza me ha influido y está presente en mi obra. No estamos ajenos a las fuerzas naturales”.
Del agua salada son las piezas que aluden a la bahía de Guánica y su importancia histórica, mientras que la dulzura se representa en las aves endémicas y al destacar a Puerto Rico como una isla paradisíaca. Igualmente, al abordar las inundaciones que irrumpen en la sequía de su pueblo.
Respecto a su vínculo con Da Vinci, López sostuvo que su conexión se da al recurrir a él como fuente de inspiración, a pesar de que no encuentra semejanzas entre su trabajo y el del famoso renacentista. Sin embargo, el doctor Torres señaló que ambos coinciden en la autenticidad de sus piezas y al exponer sus ideas sin temor a las repercusiones que pudiesen desatar.
La tecnología a la conquista de la naturaleza
“El ser humano ha querido apoderarse de la naturaleza y por eso se ha valido de la tecnología como instrumento para conquistarla”, ese fue uno de los planteamientos que presentó el doctor Huyke por medio de Apuntes en torno a la cercanía en el contexto tecnológico contemporáneo.
A través de su alocución, el catedrático de Filosofía disertó acerca del concepto de cercanía que discute en su más reciente publicación, Tras otro progreso.
“No se trata de ser menos tecnológico y más natural. Puede haber cercanía en la distancia. Esto requiere repensar los espacios y que se diseñen de manera acogedora”, aseguró.
Según el doctor Huyke, la relación entre la cercanía y Da Vinci reside en el sentido del pensamiento libre, de tener ideas que no son las que predominan.
“Espero que al salir de esta conferencia todos salgamos de aquí con la idea de que uno podría pensar las cosas de otra manera y ese espíritu, definitivamente lo tiene nuestro Leonardo Da Vinci”, indicó.
La pequeñez insular vista desde la literatura
Para la doctora Beatriz Llenín, el foro representó una oportunidad para hacer un llamado a terminar con la tradición renacentista davinciana, enfocada en el antropocentrismo.
Su discurso, La unidad es submarina: mares, arquitectura y literatura, fue una propuesta para “pensar desde el Caribe, abrazar la condición de las arenas; fortalecer los vínculos con los vecinos del Caribe”.
“Mi conferencia tiene que ver con las islas, los archipiélagos, las historias marítimas y específicamente, con literaturas caribeñas de los siglos XX y XXI; literatura y filosofía caribeñas. La idea principal es que en estos textos literarios hay una propuesta de una afirmación de la insularidad no como algo negativo, como tendemos a pensar: Ser una isla o ser isleño es malo, tiene un montón de limitaciones, etc., estos textos literarios persiguen cambiar la conceptualización de la Isla, los archipiélagos, a una conceptualización afirmativa, positiva de las islas como conexión, como mezcla y como un lugar donde se pueden llevar a cabo experimentaciones para un mundo diferente, para otro tipo de mundo del que estamos acostumbrados”.
Su perspectiva literaria giró alrededor de la necesidad de generar una nueva poética que fomente la literatura y filosofía caribeñas.
“Tenemos que entender el Caribe como lo ha hecho la Historia. Los marcadores de nuestra historia están debajo del mar. Necesitamos enfocar nuestra mirada a la patria pequeña”, afirmó.
El debate finalizó con los planteamientos arquitectónicos y su relación con la obra del talentoso polímata italiano, a cargo del arquitecto Fernando Abruña.
Cada uno de los ponentes recibió un sombrero al estilo davinciano en reconocimiento al nexo entre las disciplinas que representan y Leonardo Da Vinci.