Juan A. Rivero Quintero: una obra que pervive"Yo soy caminante nunca arribado". Las palabras del doctor Juan Arturo Rivero Quintero bien podrían parecer proféticas pues aunque ya cargaba nueve décadas seguía caminando con paso firme en las veredas de la investigación y la curiosidad científica. El seguir productivo era el combustible que movía el quehacer cotidiano del catedrático del Departamento de Biología, cuyas huellas profesionales comenzaron a grabarse desde el 1946 en el otrora Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas (CAAM). "El sentirse activo es algo que le daba vida", dijo a Prensa RUM el biólogo y fotógrafo José Almodóvar, especialista en instrumentación científica del mencionado departamento, con quien Rivero Quintero trabajó estrechamente durante los pasados siete años. Al momento de su deceso, el pasado lunes, 3 de marzo, ambos colaboraban en lo que sería el primer libro electrónico del veterano profesor llamado Flores por dentro. "Cuando la semana pasada fui a visitarlo al hospital, me habló sobre el proyecto y me decía que tenía que continuarlo", expresó. Recordó que hasta el pasado semestre, el destacado zoólogo y herpetólogo, dejaba a diario frente a su oficina unos envases con flores con el fin de que él las disectara y tomara fotos de su interior. "Ya teníamos más de 100 especies disectadas y retratadas. Queda pendiente su descripción y esa parte le correspondía a Rivero que lo hacía con mucha facilidad", relató. Ahora, para honrar la memoria de quien en el tránsito laboral se convirtió en un amigo, le corresponde a Almodóvar, con la colaboración de otros científicos, culminar esta obra que perpetúa, aún después de su muerte, el anhelo de ser un "caminante nunca arribado". "Me dio tristeza de que antes de recaer en su enfermedad una mañana llegó con la introducción del libro y me dijo: 'el resto es tuyo' ", rememoró. Agregó que Rivero Quintero también había concluido la revisión de la segunda edición del libro Los animales del zoológico, obra que también se publicará póstumamente. "Para mí fue un honor trabajar con él y que el doctor Rivero, a quien consideramos un prócer y el científico más importante de Puerto Rico, me pidiera que colaborara con él, fue un verdadero privilegio. Me trataba como un par y apoyaba lo que uno hacía", afirmó. De hecho, Almodóvar tiene documentado en fotos y vídeos parte de esa labor de campo que incluía visitas frecuentes al Zoológico, en las que Rivero Quintero disfrutaba alimentar a los animales. "Él evolucionó con el tiempo, en el último año, tenía una página de Internet en la que publicaba sus escritos", señaló. Al igual que este allegado colaborador, la familia colegial lamentó el deceso del inagotable investigador que nunca se acogió al retiro. El rector interino del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), el profesor Lucas Avilés Rodríguez, decretó tres días de duelo en la institución por el fallecimiento de este eterno colegial. El simbólico carrillón colegial sonó para honrar la memoria del profesor que estuvo activo en la cátedra e investigación hasta el pasado semestre académico. Esto significa que el polifacético científico estuvo laborando en el recinto mayagüezano de la Universidad de Puerto Rico (UPR) por 67 años consecutivos. “El doctor Rivero Quintero personificó una vida de compromiso y de pasión hacia la investigación y la cátedra. Hemos perdido a un ícono colegial cuyas significativas aportaciones han sido reconocidas a nivel mundial. Asimismo, han tenido un impacto positivo hacia el desarrollo educativo de nuestra institución a la que le dedicó su vida. A nombre de la comunidad colegial, expresamos nuestras sinceras condolencias a sus familiares, amigos y compañeros de labores. Rogamos que puedan conseguir el consuelo para afrontar este sensible momento", indicó Avilés Rodríguez. La última presentación pública del doctor Rivero Quintero fue el pasado mes de noviembre de 2013 en el RUM, cuando, junto con el doctor Miguel A. Vives, dio a conocer su más reciente compendio titulado Flores silvestres de Puerto Rico. El texto, que recoge la investigación de una década, al añadirse a su prolífico acervo de libros que abarca unas 21 publicaciones. En esa ocasión, Prensa RUM tuvo la oportunidad de realizarle la que sería su postrera entrevista sobre esos temas que tanto le apasionaban. Su carrera universitaria incluye los puestos de Director del Departamento de Biología, Decano de Artes y Ciencias del RUM y creador del Instituto de Biología Marina, hoy Departamento de Ciencias Marinas del Recinto, entre otras importantes responsabilidades. Asimismo, fue el fundador del Jardín Zoológico de Puerto Rico, que ostenta su nombre, al igual que varias especies de la fauna, honor que le brindó la comunidad científica por sus innumerables aportaciones a la ciencia. Durante su fructífera trayectoria académica recibió un sinnúmero de galardones, entre los que se destaca su designación, por parte del Senado Académico del RUM, para dictar la Lección Magistral, honra en la que fue precedido por don Jaime Benítez. También fue nombrado Profesor Distinguido en 1987, reconocimiento académico más alto que otorga la Universidad de Puerto Rico (UPR) a sus profesores activos. "La Institución pierde a un extraordinario exalumno y visionario universitario cuyo legado permanecerá indeleble en su amado Colegio. Su nombre y sus contribuciones siempre estarán presentes", agregó el Rector del RUM. También ofreció su mensaje de condolencia la doctora Nanette Diffoot Carlo, directora del Departamento de Biología. "Extrañamos sus pasos lentos y cuidadosos por las escaleras en dirección a su oficina. Lo extrañamos en el salón de clases. El estacionamiento reservado para nuestro profesor distinguido se observa desocupado. Todos sentimos el mismo vacío, lamentando su partida. Sin embargo, en esta misma pérdida que expresamos sentir, logró palpar su soplo de vida más fuerte que nunca. Las anécdotas de sus obras no han cesado desde el día en que nos informaron que había cerrado sus ojos para siempre. Aunque físicamente no se encuentra con nosotros, el pilar que fue para nuestro Departamento de Biología y la Institución, sigue con vida", puntualizó Diffoot Carlo. Relató que un visita al hospital en días cercanos a su partida, le solicitó que incluyera su curso en la oferta para el próximo semestre.
"Le respondí: 'Claro que sí, doctor Rivero'. El maestro virtuoso de muchos, deseaba continuar sirviendo sus estudiantes. Sesenta siete años de servicio han dejado enseñanzas que se continuarán impartiendo por muchos años, a través de aquellos que tuvieron la dicha de tenerlo como maestro y de sus grandes obras", concluyó. En ese momento le preguntó por qué la vida universitaria le resultaba tan atractiva. El distinguido catedrático contestó: "Cuando he puesto en juicio la trabazón de mis ideas, la lealtad a mis oficios y la prioridad de mis inquietudes primarias, me he encontrado perfectamente encajado en el perfil de mi propia existencia. Nada me parece más interesante y atractivo que lo que hago, y eso ha hecho que mi ruta siempre esté engolosinada de proyectos que, en una forma u otra, sirven para adobar diferentes aspectos del saber humano. Hace diez años, cuando tuve que operarme de la espalda, hice de mi sufrimiento un proyecto y escribí el libro El dolor de la espalda baja: de paciente a paciente, y creo que así ocurrirá mientras viva. Lo interesante no es la llegada, es el camino... no es llegar, sino estar yendo. Creo que el trabajo del profesor y del investigador no es trabajo, es placer y gozo. Perseguir la averiguación de lo desconocido y educar las juventudes, especialmente en esta época de esperanzas huidas, han hecho posible que inserte en mi vida la aventura colectiva de vivir creando. Dedicarse a habilitar al hombre en el conocimiento y la sabiduría, a facilitar el tránsito de la ignorancia al entendimiento, y a experimentar la conmoción cultural que produce el impacto de un nuevo saber, son los goces más íntimos y de más jerarquía en la experiencia humana". Mari Mutt le pidió un consejo para los alumnos universitarios. Le respondió: "Mi recomendación a los estudiantes es que sigan toda la vida sintiéndose estudiantes, aún después de abandonar las aulas. Eso les hará sentirse siempre a media ruta y les hará percatarse de que el camino es mucho más interesante y satisfactorio que la llegada". La valiosa aportación del laureado científico se resaltó en un Editorial publicado esta semana en el periódico El Nuevo Día que destacaba lo siguiente: "Este abnegado investigador, pionero y considerado el padre de la herpetología en Puerto Rico, participó de un sinnúmero de expediciones en lugares remotos de América Latina y el Caribe, logrando descubrir más de un centenar de anfibios y un reptil, a todos los cuales dio nombre científico. En Puerto Rico, esa misma pasión lo llevó a descubrir y a bautizar varios coquíes, entre ellos el coquí de Eneida -nombrado así en honor a su esposa- y el coquí de Hedrick, en honor a otro destacado científico... El legado de este gran puertorriqueño es también el de una ética de trabajo e infinito amor por su país, algo que, en la hora de su muerte, resulta doblemente simbólico. Fomentar la divulgación de su obra debe ser materia obligada en todas las escuelas y universidades de su patria. El doctor Rivero, como un asunto de compromiso social, era partidario de esa divulgación". El pasado miércoles, 5 de marzo fue su natalicio, a solo días de cumplir 91 años, descansó, como lo testificó Almodóvar, con ese espíritu de seguir aportando, y así será pues su obra pervive así como el canto del coquí. "Lo interesante no es la llegada, es el camino", insistía. "Nosotros estamos agradecidos de esos casi 70 años del camino que, con gran devoción dedicó al Recinto Universitario de Mayagüez", concluyó el rector Avilés Rodríguez.
A su viuda, la doctora Eneida Bordallo; a sus hijos, Juan y Hedrick; a sus nietos, Juan, Daniel, Hedrick y Carlos, demás familiares y amigos, el más sentido pésame en nombre la familia del RUM. ¡Descanse en paz un eterno colegial! Video reportajes disponibles en: Video Series-HHMI Role Model and Biology Department-Dr. Juan A. Rivero Quintero SOURCE: http://www.uprm.edu/portada/article.php?id=2810 |