Tócame, soy tuyo colegialMelodías interpretadas a los acordes del piano impregnaron el campus del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), cuando decenas de estudiantes mostraron sus dotes musicales al participar del proyecto de arte público denominado Tócame, soy tuyo. El Colegio recibió tres de los 35 pianos que se ubicaron en la Sultana del Oeste, localizados en el Centro de Estudiantes, la entrada del Recinto, conocida como La Vita, y en el vestíbulo del Edificio José de Diego, donde ubica la Oficina del Rector. La estadía de los instrumentos de teclado en el campus mayagüezano de la Universidad de Puerto Rico dio por manifiesto los alcances del talento colegial. "Me gusta mucho este proyecto y he visto muchas personas interesadas en estudiar música, especialmente piano. Ahora lo tienen cerca, a la distancia de un paso. Estamos aquí en el Recinto, donde hay unos 13 mil estudiantes y hay tres pianos localizados aquí, eso nos hace ver lo que hay más allá dentro de la música. Ha sido bueno y muy interesante", afirmó Joel R. Corporán Gómez, estudiante de Ingeniería de Computadoras (ICOM). Precisamente Joel, cuyo talento en el piano le hizo merecedor de una beca en el Berklee College of Music, un prestigioso centro universitario que se especializa en currículos de educación en música, relató a Prensa RUM que hizo una peregrinación por una veintena de los pianos ubicados en las calles de Mayagüez. "Cuando llegué el primer día que los pusieron, eran como las 11:00 p.m. y vi dos pianos en la Plaza Colón de Mayagüez. Luego, me encontré con alguien que me dijo: 'hay 35 pianos alrededor de todo el pueblo'. Así, que fui en búsqueda de los pianos y estuve en 25. Acabé como a las 2:00 a.m. y me sentí ¡tan satisfecho! Esto es algo que todo pianista anhela, poder caminar y encontrarse con un piano dondequiera y poder tocarlo. Es una de las experiencias más gratificantes que he tenido en la vida, nunca había vivido esto. Tenerlos cerca me pareció grandioso", relató. De hecho, el turno de la madrugada de la Guardia Universitaria, destacado en la entrada de La Vita, fue la audiencia solitaria de uno de los conciertos ofrecidos por el talentoso colegial que también es integrante de la agrupación Alma Latina del Departamento de Banda y Orquesta. "Yo quisiera que los pianos estuvieran aquí todo el tiempo, inclusive este", dijo al señalar el que ubica en el Centro de Estudiantes, uno de los que más acogida tuvo. Prensa RUM también observó la interpretación de Victoria Cabán Figueroa, quien cursa su segundo año en Microbiología Industrial. Armada con una partitura de la Sonata en D Mayor de Mozart, la joven tocaba la pieza con gran intensidad. En su caso, aprendió el instrumento desde niña con la maestra Tere Acevedo, de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico. "Yo pienso que es una excelente idea. Yo he tocado piano desde chiquita y en el Colegio no había tenido la oportunidad de tocar uno. Encontrarme con un piano es como regresar a mis raíces y es excelente. Cuando lo vi, me sentí bien emocionada, lo primero que quería hacer era tocarlo, llevaba un año sin practicar, así que me emocioné mucho", expresó. Coincidió Mariely Padua Soto, también de Microbiología, quien comenzó hace un año su jornada musical con el mencionado instrumento. "Para mí esto es una iniciativa excelente, espero que la sigan fomentando en otros lugares. Tocar piano es como comer; necesito tocar todos los días y practico bastante porque estoy en desarrollo. Es que la música es un relajante, liberas el estrés y como decía mi ídolo, Beethoven: 'solamente el pedernal del espíritu humano puede arrancar fuego de la música' ", expresó. Del mismo modo opinó Lexter Seda, de ICOM, quien afirmó "que la música es muy importante porque nos toca el alma de una forma muy especial". "Ha sido muy emocionante tener estos pianos aquí. A mí me encanta el piano, pero uno no puede cargarlo, así que tenerlo cerca es tremendo. Es bien interesante, aunque la persona no sepa tocar, se puede conectar a la parte creativa", sostuvo el joven que pertenece a la Coral Universitaria. Una peculiaridad de la versión del Oeste de la exhibición, es que las bancas fueron creadas con madera reciclada por los artesanos mayagüezanos Hailie Rivera y María Cajigas Nieto. La instalación de arte público es producto de la creatividad del reconocido artista inglés Luke Jerram, quien inició el proyecto en el 2008 y desde entonces ha recorrido 43 ciudades en todo el mundo, incluyendo la Sultana del Oeste y por supuesto, el antes, ahora y siempre ¡Colegio! Video reportajes disponibles en: Tócame, soy tuyo colegial SOURCE: http://www.uprm.edu/portada/article.php?id=2822 |