Cinco Días con Nuestra Tierra es un encuentro con lo autóctono, con lo que se cosecha, alimenta, embellece, da vida, se respira, y hasta nutre el espíritu. Y si algo quedó evidenciado en su más reciente edición es el arraigo que tiene en la comunidad universitaria, de Mayagüez, de la región oeste y de todos los puertorriqueños, quienes se desbordaron la semana pasada entre vistosas exhibiciones, talleres y espectáculos artísticos, todos relacionados con las bondades e infinitas posibilidades que ofrece la agricultura.
Por trigésimo séptimo año consecutivo, el liderato, la entrega y el entusiasmo de los estudiantes del Colegio de Ciencias Agrícolas (CCA) hicieron posible que este tradicional evento se llevara a cabo en su sede del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM). Miles de niños, escolares, jóvenes, y adultos dejaron su huella en la pista contigua al Coliseo Rafael A. Mangual del 11 al 15 de marzo para disfrutar de las distintas amenidades que preparó el Comité organizador este año.
De hecho, el colectivo seleccionó como lema Dando paso a la agricultura del mañana, en un intento por mostrar al público la tecnología y los medios disponibles en el País para incentivar más esta disciplina como parte de la economía y la vida cotidiana de los boricuas.
"Nos enfocamos en cómo damos pasos a transformaciones. Quisimos hacer esto como profesionales de este campo porque pensamos que cuando tienes acceso a la información es cuando empiezas a creer. Esto es para que nuestras comunidades comiencen a abrir los ojos en estos tiempos difíciles y entender que la agricultura en Puerto Rico no está siendo explotada de la forma que se puede lograr, teniendo el clima y todo a favor de nosotros; que sepan cuál es nuestro próximo paso a la sustentabilidad de nuestro País", afirmó Emmanuel Matos, presidente del grupo organizador y estudiante de Horticultura.
Para reforzar esa misión y atraer a más espectadores, se integró por primera vez un Mariposario y una Casa Grande donde se dieron a conocer todos los componentes del CCA: su Facultad, el Servicio de Extensión Agrícola y la Estación Experimental Agrícola.
La agenda comenzó el martes con el tradicional desfile por el campus que recorrió las principales avenidas del Colegio y que este año salió por primera vez un trayecto fuera del Recinto por el Boulevard Alfonso Valdés. Las Abanderadas y la Banda de Marcha encabezaron la parada que contó con maquinarias agrícolas, carrozas de productos, yuntas de bueyes, caballos de paso fino, animales domésticos, comparsa en zancos, entre otras.
Luego, las principales autoridades universitarias se reunieron en la tarima principal para inaugurar oficialmente los actos. El presidente de la Universidad de Puerto Rico (UPR), doctor Uroyoán Walker Ramos, fue uno de los invitados que aprovechó la coyuntura para hablar de la seguridad alimentaria y resaltar el esfuerzo monumental que realizan los coordinadores.
"Esta actividad ha crecido lo suficiente y queremos que se siga expandiendo; que el producto agrícola del País se pueda exportar en lugar de seguir importando todos los alimentos; que Puerto Rico sea autosustentable. Hacia esa dirección es que queremos enmarcarnos, contando, como punto de lanza, con el Colegio de Ciencias Agrícolas del Recinto de Mayagüez de nuestra Universidad", subrayó el Presidente.
Coincidió el rector interino del RUM, profesor Lucas N. Avilés, quien expresó su orgullo de pertenecer a la Facultad anfitriona, la primera en la historia del Recinto y la más importante, a su juicio, por forjar profesionales que trabajan con un asunto del que depende toda la población: la alimentación.
"Nos sentimos muy contentos de dar apertura a esta Feria que por 37 años los estudiantes han estado desarrollando, mostrándole al País lo que es la Agricultura, los adelantos que hay y lo que es la profesión como una digna que últimamente ha tenido su auge y que se está reconociendo nuevamente, pero que nosotros en Ciencias Agrícolas hemos entendido su importancia toda la vida ", reiteró el profesor Avilés.
Uno de los aspectos que el primer funcionario colegial destacó en su mensaje es la increíble cosecha de talentos y líderes que se forjan en la Feria, que aunque es un requisito para los alumnos de ese Colegio, se convierte en uno de sus proyectos más enriquecedores y memorables.
Este año se embarcaron en la aventura cerca de 20 jóvenes como directores de los distintos comités temáticos cuyo trabajo comenzó hace un año con el apoyo de alrededor de 200 de sus compañeros alumnos, quienes corrieron la Feria completa, en todos sus detalles, desde el aspecto económico, el desfile, programa artístico, componente educativo, hasta la limpieza y el recogido de basura.
"Existe una ley que determina que al ser un Colegio de Ciencias Agrícolas tenemos que crear una feria educativa como si fuera una práctica más, es un desarrollo de nosotros mismos, pero esta Feria trasciende, ya que estamos todo un año trabajando mano a mano. Son muchos jóvenes comprometidos, como una familia entera. Es enriquecedor, gratificante", aseguró por su parte Ashly Rentas, vicepresidenta del Comité organizador y próxima a graduarse de Agricultura General.
En homenaje a ese esfuerzo, este año el evento se dedicó al primer comité que tuvo a su cargo la actividad en el vestíbulo del Edificio Jesús T. Piñero en el 1977.
De orquídeas, mariposas y El Gran Combo
Un poco de todo, para todos los gustos. Así se constató en esta reciente edición de la Feria que contó, como es costumbre, con talleres educativos y prácticos sobre diversos temas como: el diseño paisajista, orquideología, composta, huertos en caja, injertos e hidropónicos.
Asimismo, incluyó carpas y exhibiciones de animales, maquinarias utilizadas en el proceso de la agricultura moderna y un sinnúmero de puestos de ventas de plantas, frutales, ornamentales, vegetales, alimentos elaborados con productos de cosecha local, como queso, miel, jugo, jalea, aromático café boricua, postres, y dulces típicos. Los artesanos expusieron sus creaciones y los quioscos de comida desplegaron sus sabores y aromas.
Este año se incorporó el Mariposario del Jardín Tanamá, del Recinto de Utuado de la UPR, a cargo de la doctora Marisol Dávila Negrón, quien trajo varias especies de las que alberga en su sede para el disfrute de la comunidad mayagüezana. Esta exhibición contó con la colaboración de la Compañía de Parques Nacionales y el Zoológico Dr. Juan A. Rivero de Mayagüez.
El componente artístico también inyectó su buena dosis de alegría a quienes se dieron cita todas las noches para disfrutar de exponentes de varios géneros musicales como la típica, rock, salsa, bomba y plena, nueva trova, el esperado espectáculo de trovadores y por supuesto, el gran cierre con la Universidad de la Salsa: El Gran Combo de Puerto Rico quienes pusieron a bailar a toda la audiencia.
"Vengo a la Feria desde el 2005 y todos los años venimos porque a mí me encanta todo, la artesanía, la horticultura, la carpa de Industria Pecuaria, la música. La considero bien importante porque de ahí depende nuestra agricultura para progresar económicamente en el País, además es una actividad de compartir en familia y se ve esa unión", expresó Mayra Judith Alejandro Cintrón, asistente y colaboradora, pues sus dos hijas son colegiales de Ciencias Agrícolas y trabajaron en el comité organizador de este año.
De igual forma se expresó José Olán Méndez, residente de Mayagüez, quien acostumbra asistir para comprar plantas y aprender "lo del futuro" en referencia a la maquinaria y tecnología agrícola que se exhibe.
"En otros pueblos no lo hay, agraciadamente lo tenemos aquí en el Colegio que atrae a todo el mundo a estas instalaciones tan bellas. Son cinco días para disfrutar", opinó al tiempo que reflexionó sobre la misión educativa: "Para poder aportar nuestra comida hay que sembrar", puntualizó.