Todo es según del color de cristal con el que se mira. Si alguien puede aplicar el refrán en todos sus sentidos son los 52 estudiantes de escuelas superiores puertorriqueñas, quienes sobrepasaron un difícil reto y demostraron cómo la ciencia los inspiró hasta lograr transformar una proteína en un cristal.
Los audaces jóvenes formaron parte de la Tercera Competencia de Cristalización, que tuvo lugar recientemente en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM). La iniciativa fue organizada por el Centro de Investigación y Educación Ciencias sobre Ruedas del Departamento de Química que convocó a los alumnos provenientes de 10 aulas públicas y privadas de distintos puntos del País para adentrarse en el desafío este semestre académico.
La competencia surge, a su vez, de la conmemoración alrededor del mundo del Año internacional de la Cristalografía proclamado por la Asamblea de las Naciones Unidas, y tiene como misión incentivar la exploración e integración de conocimiento y habilidades en esa disciplina. Con este proyecto en específico, se aspira a que los participantes aprendan de una manera divertida, refuercen términos apropiados, desarrollen planes sistemáticos de trabajo, pensamiento crítico y que se interesen en carreras relacionadas con el ámbito científico.
"La idea es motivar a los estudiantes a que entiendan la relación que hay entre estructura química y función biológica. La estructura química, por ejemplo, ha dado lugar a más de 14 premios nobeles y se espera que la relación con ella haya aumentado tanto el campo como la solución a los problemas humanos. El decir presentes en la Isla es importante porque nos lleva a preparar a nuestras próximas generaciones que van a continuar el campo hacia adelante, es como una semilla para incentivarlos a que vengan al Recinto y crezcan en el área de cristalización y cristalografía", aseveró el doctor Juan López Garriga, director de Ciencias sobre Ruedas y catedrático del Departamento de Química del RUM.
De hecho, en esta tercera ocasión se revalidó el esfuerzo de todo un equipo de trabajo del cual forman parte los estudiantes de Química, quienes tienen diversas responsabilidades, como es el caso de las colegiales Josiris Rodríguez y Samirah Mercado, coordinadoras del evento.
"Gracias al grupo colaborador que nos acompañó, lo pudimos sacar adelante. Fui la encargada de desarrollar los talleres que se les asignaron a los maestros porque el propósito era que los alumnos hicieran el trabajo en el salón de clases, pero previo a eso requerían los materiales y una preparación en la cristalización que es un tema que normalmente no se cubre en el currículo de Educación", relató Josiris, alumna de doctorado en el Departamento anfitrión.
La líder destacó que el proceso inició a principios del pasado año académico con una serie de reuniones. Luego, en enero siguieron los talleres a los educadores y en marzo, estos tuvieron la oportunidad de poner en práctica los experimentos junto a los líderes.
"Todas las escuelas tenían los mismos materiales e instrucciones, sin embargo la forma en que ellos iban a desarrollar la investigación dependía del maestro y sus alumnos. Desde marzo estaban creciendo sus cristales. Me siento bien orgullosa de que todos hayan podido presentar y ellos están bien contentos de experimentar algo diferente a lo que ven en la clase de Ciencia", aseguró la coordinadora.
Fue así como medio centenar de jóvenes se dio a la tarea de cristalizar una proteína llamada lisozima, que se encuentra en mayor proporción en la clara del huevo y cuya función principal es romper la membrana de las células. Algunas de sus propiedades incluyen la protección frente a las infecciones y el control de las bacterias lácticas.
"También se utiliza para muchos modelos como la insulina, es una proteína importante, pero por su dinámica de movimiento de los átomos los cristales que se obtienen de estas son pequeños. Eso es un arte porque envuelve desarrollar el uso de las manos, el entendimiento de la relación entre su concentración y el agente precipitante, cómo se difunden las dos para poder lograr ese cristal", detalló el doctor López Garriga sobre los fundamentos de la competencia.
De acuerdo con los organizadores y miembros del jurado, la labor de los participantes fue encomiable. De hecho, la gran mayoría demostró su alto nivel de preparación en cuanto a la base teórica y para comunicar de manera efectiva sus hallazgos.
"Lo más bonito de este proyecto es que nos enseña que la divulgación de la ciencia es bien importante, que el científico tenga la capacidad de dar a conocer su investigación de manera simple, para que la sociedad entienda lo útil y necesaria que es. Hablamos del desarrollo en el País de la economía del conocimiento y esto es el mejor ejemplo. Que estos jóvenes que se van a convertir en los futuros cristalógrafos a nivel mundial estén preparados desde unas instancias mínimas para que se conviertan en unos universitarios de una carrera exitosa en el mañana", aseguró, por su parte, el doctor Carlos Ruiz Martínez, presidente del Colegio de Químicos de Puerto Rico, quien evaluó a los competidores.
Precisamente, si alguien conoce a fondo los beneficios que este proyecto alcanza a corto y largo plazo es este egresado de Química del RUM, pionero y organizador de la primera competencia de cristalización en el 2009 cuando todavía era estudiante doctoral. Ahora desde su foro profesional, también apoya la iniciativa, pues 15 finalistas de esta competencia formarán parte del Congreso de Cristalografía que celebra el Colegio de Químicos el próximo 31 de julio.
"El Centro Educativo se da el reto este año de trabajar con proteína, con ese tipo de cristales y eso los pone en una punta de lanza de lo que es la biotecnología, la biociencia. No tan solo están enfocados en trabajar con cristalografía, sino de proteína. En Puerto Rico la biofarma es una de las áreas que más está en crecimiento, así que este proyecto está atemperándose a la realidad de la industria en el País", reiteró el doctor Ruiz.
Por su parte, Nashalí Rivera, Cecimarie Betances y Tatiana Rodríguez, de la Escuela Loaiza Cordero del Rosario, en Yauco, compartieron con Prensa RUM sus vivencias a lo largo del proceso.
"No ha sido fácil, es una experiencia bastante fuerte, pero muy interesante. Me ayudó mucho a enriquecerme, tuve tremenda maestra, es más, estoy decidiéndome a ver si estudio algo relacionado con las ciencias", contó Tatiana.
"Tienes que tener una paciencia inmensa, pero nos ayuda a nuestro conocimiento y también porque algunas de nosotras vamos a estudiar Medicina cuando entremos a la Universidad", aseguró, por su lado, Cecimarie.
Igual motivación recibió el grupo integrado por Marielis Nivar, Carlos Aponte y Cristopher Rivera, de la Escuela Áurea Quiles Claudio, de Guánica.
"Cuando la maestra nos propuso este proyecto nos impactó porque no sabíamos nada de proteínas, pero poco a poco fuimos buscando información y aprendiendo hasta que pudimos hacer la investigación", relató con emoción Cristopher, quien se expresó como todo un experto en la materia.
"Es un proceso extraordinario ver cómo una proteína se puede convertir en un sólido, en cristal, es impresionante", agregó el joven de undécimo grado ahora convencido de convertirse en un científico.
"Me sentí a gusto con esta investigación porque puedo abarcar más en diferentes ramas de la ciencia, la biotecnología, la química, es un área extraordinaria que puede cambiar nuestras vidas. La cristalización de proteínas es importante en la salud porque en el futuro si se descubrieran mayores avances, podríamos extraer proteínas de nuestro DNA y mejorar características físicas como también enfermedades que tengamos", puntualizó.
Para los educadores, formar parte de este esfuerzo también rindió invaluables frutos. Así lo constató Déborah Méndez, maestra de Química en la Loaiza Cordero de Rosario, cuya audacia la llevó a seleccionar para esta misión tanto a estudiantes talentosos, como a otros de educación especial para que adquirieran la experiencia.
"En ambos casos encontré que se motivaron a estudiar más profundamente las ciencias y eso es un logro. Nuestra escuela no tiene suficientes equipos y hacemos los experimentos con cosas caseras, pero a medida que nos adentramos en la investigación, ellos comprobaron que va más allá de lo que pueden ver en su diario vivir. Al principio me decían 'no lo vamos a conseguir', pero les ha servido en términos de autoestima porque les ayuda a entender que pueden forjarse metas que los van a ayudar a tener éxito".
Como parte de la competencia, se ofrecieron premios especiales a los estudiantes que se destacaron en las áreas de: presentación oral, plan de trabajo, calidad cristalina y cristal de mayor tamaño.
Las escuelas finalistas que irán a la Convención del Colegio de Químicos fueron: Southwestern Educational Society (SESO) en Mayagüez; la Vocacional Antonio Lucchetti, en Arecibo; Casiano Cepeda, en Río Grande; Áurea E. Quiles, en Guánica; y Dr. Carlos González, en Aguada.
También participaron: la Escuela de la Comunidad Pedro Falú Orellano, en Río Grande; el Centro Residencial de Oportunidades Educativas (CROEM), en Mayagüez; y Loaiza Cordero del Rosario, en Yauco. Más detalles de la actividad en su página de Facebook.