La pasión con la que conversa sobre los seres vivos del mar y de las constelaciones de los cielos reflejan su propia inmensidad. Cincuenta y siete años de servicio a la institución que tanto ama, el otrora Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas (CAAM), ahora Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) lo posicionan como ícono de sabiduría. No necesita mucha presentación pues sus hazañas educativas e investigativas trascienden generaciones, tiempos, países y hasta el propio planeta Tierra, ya que una estrella en la constelación de Orión brilla con su nombre: Juan Gerardo González Lagoa.
Su fructífera trayectoria profesional le hizo merecedor del título de Profesor Emérito de la Universidad de Puerto Rico, distinción académica que recibió hoy viernes, 13 de junio de 2014 durante la histórica centésima graduación del siempre Colegio.
La honrosa condecoración se otorga a profesores que, a través de su jornada profesional, han demostrado excelencia. Y ese es el caso del doctor González Lagoa, quien inició labores en 1957 y, aunque se acogió a la jubilación en el 2000, ha continuado presente en el Recinto e inmutable en su fervor por educar.
La designación le fue anunciada en una reunión a la que fue citado para, supuestamente, discutir unos asuntos del Departamento de Ciencias Marinas (CIMA). Fue allí, que entre colegas y amigos, el profesor Lucas N. Avilés Rodríguez, rector interino del RUM le dio la noticia.
“Me siento bien feliz. Ha sido una sorpresa porque la realidad es que yo no sabía nada de lo que estaba pasando y posteriormente me informan que se estaba tramitando hacía muchos meses atrás. Entonces, me pregunto ‘por qué esto’ y ahí vienen los servicios que he dado a la Universidad, a la comunidad, a los estudiantes, a las escuelas públicas del País, al Recinto en términos de mi cátedra en el Departamento de Ciencias Marinas. Esa ha sido realmente la cuna de mi trabajo aquí en el Recinto”, expresó a Prensa RUM al reiterar que se trata de un gran honor recibir tanto apoyo de sus pares, quienes escribieron innumerables misivas a las autoridades universitarias para nominarle.
El estribillo pueblerino de “estoy jubilado, pero no retirado” le aplica con mucha precisión, ya que luego del 2000 prosiguió con su imparable misión educativa en las labores de director del Centro de Recursos para Ciencias e Ingeniería; como catedrático adjunto de la Facultad de Artes y Ciencias, y como enlace en el Recinto del Puerto Rico NASA Space Grant, función con la que impacta a miles de niños y preuniversitarios través de sus fascinantes charlas.
“Siempre he pensado que hay que llevar toda la cuestión del conocimiento a un nivel que sea entendible por la comunidad, los estudiantes sin importar que sean de kínder hasta los que se gradúan de escuela superior. Esto es porque cuando uno llega a ellos uno deja una huella imborrable. La satisfacción grande es que, dondequiera que me he encontrado aquí en Puerto Rico, siempre ha habido alguien que estuvo bajo uno de estos estudios que yo estaba haciendo o una de estas publicaciones”, señaló.
Para el ahora Profesor Emérito, el Colegio significa una vida que se imaginó desde su niñez en el Barrio Río Hondo de Mayagüez.
“Ser colegial ha representado para mí la culminación de los sueños que empezaron desde pequeñito. De hecho, anoche me puse a escribir la canción que me cantaba mi madre sobre la escuela: Era mi escuelita de antaño. Esa canción, precisamente, fue la que me llevó a mí a tener pasión por una institución de enseñanza. En aquel momento era la escuelita allá en el campo, pero a través del tiempo se convirtió en la tremenda escuela que es el Recinto Universitario de Mayagüez. Eso es una escuela sublime. Los estudiantes que salen de aquí, salen muy bien preparados en sus carreras. Y hay una gran demanda por ellos. Precisamente en NASA, alrededor de unos trescientos ingenieros de los que trabajan allí, son graduados de aquí del Recinto. Así que todos esos estudiantes que han salido de aquí pues han tenido una gran aceptación, tanto en Estados Unidos como en otros países. Así que para mí ser colegial ha sido la culminación de sueños de niño, para mí esta es mi casa porque adoro el sitio”, enfatizó el educador quien también se graduó del entonces CAAM en 1955 con un grado de bachiller en Biología.
González Lagoa ha recibido múltiples homenajes y premios por sus aportaciones a la ciencia. Entre estos, el premio Ramón Margalef a la Excelencia en la Educación, otorgado por la Asociación para la Ciencia de Limnología y Oceanografía (ASLO) en el 2011. De hecho, esta distinción fue muy significativa para él, ya que la recibió de manos del propio doctor Margalef, renombrado científico y autor de estudios pioneros del ecosistema marino puertorriqueño. Asimismo, el honor que le brindó la Unión Internacional Astronómica al darle una estrella su nombre.
¿Se imaginaba que iba a prolongar su vida de colegial tantos años? Le preguntó Prensa RUM.
“Yo nunca pensé eso. Yo creía que llegaría el momento, como hace todo el mundo, que se retiran y que esa era una forma de culminar una labor. Después me di cuenta, al entrar a la universidad, que la labor no termina, eso continúa. Uno comienza para no terminar. La educación comienza en la cuna y termina en la cama donde uno expira. Y eso, pues claro, al estar así uno pegado a la Universidad le permite a uno aprender. Porque uno no cesa de aprender a la misma vez que uno imparte su conocimiento a todos los que están alrededor de uno”, concluyó.
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Otorgan distinción de Profesor Emérito al Dr. Juan González Lagoa
