Un caudal de emociones, sensaciones y memorias marcó este verano a 44 jóvenes del área oeste, quienes formaron parte de una inolvidable vivencia que les permitió recrearse, compartir y aprender de manera divertida como parte de una sola misión: fomentar sus aspiraciones universitarias.
Todo se vivió durante la sexta edición del Campamento Acceso pa'l éxito, organizado por el Centro Universitario para el Acceso (CUA), del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), como recompensa de fin de año escolar a sus participantes más sobresalientes.
"Es el premio que le damos a esos estudiantes que han sido consistentes en las actividades, que han tenido buen aprovechamiento académico, que han demostrado algún tipo de nivel de superación en su proceso escolar y que han sido admitidos a la Universidad", explicó la doctora Lissette Rolón, organizadora de la gesta e investigadora principal del CUA.
La también catedrática del Departamento de Humanidades se refirió a los aproximadamente 90 alumnos de escuelas de nivel intermedio y superior provenientes de residenciales públicos mayagüezanos, a quienes el CUA ofrece sus servicios para lograr que esta representación del sector de bajos recursos económicos tenga iguales oportunidades de ingresar y permanecer estudiando una carrera universitaria.
Fue así como estos 44 emprendedores obtuvieron el privilegio de vivir la aventura del 2 al 5 de junio pasado. El grupo pernoctó en el Parador Villa Parguera, lugar que sirvió de centro de operaciones para realizar varios talleres y charlas, actividades de confraternización y visitas a atracciones cercanas en Lajas.
"Ha sido muy importante este nuevo concepto de convivencia, una gran lección para nosotros que coordinamos el proyecto. Se establece mucha más empatía y descubrimos de una manera mucho más profunda las necesidades particulares de cada uno. Así que el campamento reúne a alumnos que han participado en el proyecto por varios años y logran la meta de ser admitidos a la universidad, con pares que están en el proceso de desarrollar esas aspiraciones. Esa interacción es muy enriquecedora", reiteró la doctora Rolón, quien compartió como noticia que 10 egresados del CUA iniciarán estudios de educación superior este próximo agosto.
La profesora agregó que en esta ocasión contaron con la colaboración de 20 líderes colegiales y dos coordinadores, responsables de guiar y asistir a los discípulos de las escuelas mayagüezanas Eugenio María de Hostos, Pedro Perea Fajardo, María Dolores Faría, Manuel Barreto y Esteban Rosado Báez. También los acompañó la doctora Bernadette Delgado, catedrática del Departamento de Ciencias Sociales, quien coordinará el proyecto a partir del próximo año académico con la asesoría de su colega.
Todos los eventos que se llevaron a cabo estuvieron vinculados con alguna carrera universitaria como la Ecología, Geografía, Astronomía, Física y Ciencias Marinas, entre otras. Uno de los más vívidos ejemplos fue la visita que hicieron a la Reserva Natural Cabezas de San Juan en Fajardo. Allí recibieron charlas sobre diversos temas y luego realizaron una práctica en la que más les llamó la atención.
"Uno de los grupos limpiaba playas y tenía una orientación sobre qué desperdicios son letales para cada especie. Así que no solo tuvieron desarrollo de conciencia ecológica, sino que fueron orientados en aspectos biológicos y marítimos. Otro colectivo estuvo encargado de medir nidos de iguanas de palo y conocieron de cerca un proyecto del Fideicomiso de Conservación para el manejo responsable de esta especie en Puerto Rico. Tuvieron que aplicar principios matemáticos, ejercicios de agronomía para establecer coordenadas en el espacio para determinar dónde estaban las cuevas. Aprendieron infinidad de cosas de diferentes áreas del conocimiento que esperamos que algún día se motiven a estudiar en el Recinto", relató la investigadora principal.
De igual forma, una experiencia mágica tuvo lugar en su estancia nocturna en la Isla Laboratorio Magueyes del Departamento de Ciencias Marinas, donde los atendió el doctor Juan González Lagoa, recientemente distinguido en los actos de graduación del RUM como Profesor emérito por su sobresaliente trayectoria profesional, así como su contribución como científico y educador.
"La experiencia fue bien significativa porque nos recibió González Lagoa, que es un ser extraordinario, con su carácter afable, su disposición y su pasión por el asunto astronómico. El cautivó a esos muchachos. Con un telescopio que tenía ubicado allí, vieron la luna nítidamente, el planeta Saturno, tuvieron una charla y le hicieron todas las preguntas que quisieron", contó emocionada Rolón.
Excursiones al Cayo Mata La Gata y otros adyacentes, complementaron la agenda para recibir charlas educativas sobre los diferentes mangles y ecología de la zona. Asimismo, los participantes formaron parte de dos proyectos, uno colectivo por habitación y otro individual para fomentar el trabajo en equipo y las destrezas de redacción, respectivamente. El primero constó en diseñar un sistema que les permitiera lanzar un huevo desde lo alto sin que se rompiera. Para este solo se les proveyó como materiales primarios: una caja, foam, tijeras y palitos de madera.
"Con eso se les habló de principios de física, de movimiento, en qué carrera se estudian los conocimientos para poder lograr hacer ese experimento exitoso. De 13 habitaciones que estuvimos haciendo el proyecto, solo un huevo se rompió. Así que evidentemente tenemos a estudiantes ahí con una maravillosa intuición, imaginación y creatividad para ser físicos en el futuro", contó la investigadora.
El segundo ejercicio fue un diario de viaje en el que cada campista debía plasmar un resumen de sus vivencias e impresiones. De acuerdo con la doctora Rolón, esta se convirtió en una de las mejores formas de evaluar la experiencia, al mismo tiempo que, sin darse cuenta, pulían sus habilidades creativas en la redacción.
"Creo que ha sido el mejor campamento, estaban fascinados, emocionados porque por primera vez habían visto la luna, se habían quedado fuera de sus hogares, muchos de ellos, en un hotel; habían ido a las Cabezas de San Juan. Por primera vez les estaban pasando muchas cosas, así que fue extraordinario. Logramos el cometido de imprimir una memoria importante, inolvidable y significativa de la universidad. Ese es el máximo logro de ese tipo de experiencia, que ellos asocien la universidad con ese tipo de oportunidad".
Prensa RUM tuvo acceso a algunos de estos relatos y constató la emoción y el impacto que recibieron los preuniversitarios, de quienes se incluyen algunos fragmentos a continuación.
"Me siento muy contenta con todo lo sucedido. Creo que ha sido un espacio para que los estudiantes confraternicen mientras van descubriendo que el 'salón de clases' puede ser diversos lugares", redactó una de las jóvenes.
Un campista describió su viaje a Mata la Gata como su mejor día: "Me sorprendió mucho, fue la mejor experiencia que he pasado en toda mi vida porque nunca me había montado en un bote. Llegué a la playa y rápido me tiré. Luego dimos un recorrido por los canales naturales y por las casas sobre el agua, me fascinó".
Para otra de sus compañeras, lo más que le llamó la atención fue la observación astronómica en Magueyes, la cual narró en su diario: "Nunca pensé que fuera tan mágica. Ver la luna como si te la bajaran del cielo hasta tus manos; la emoción única de ver uno de los planetas más grandes de nuestra galaxia con detalles de color, forma y tamaño. Quisiera volver a repetir una noche bajo las estrellas".
El campamento contó, como es costumbre, con el auspicio del proyecto Acceso al éxito de la Universidad de Puerto Rico (UPR) que cubrió la participación de 40 alumnos y el resto con los fondos del presupuesto regular de la Fundación Francisco Carvajal, con los que opera el CUA. La jornada también incluyó la proyección y discusión de la película Precious; charlas sobre la relevancia de estudiar una carrera universitaria y actividades de asueto y diversión como una fiesta en la piscina del hotel con karaoke.