Las continuas lluvias que caen en la zona oeste, las peripecias que pasan los estudiantes durante su vida universitaria y hasta la sorpresa de encontrar sus carros inundados, fueron parte de algunos de los temas de la obra teatral Tercera llamada: Área blanca se acaba de inundar, que tuvo lugar en el anfiteatro Ramón Figueroa Chapel del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), bajo la dirección de la doctora Noemí Maldonado Cardenales.
Unos 44 estudiantes que forman parte de los cursos TEAT 3081 Actuación I y TEAT 4995 Juegos dramáticos, que ofrece Maldonado Cardenales en el Departamento de Humanidades del RUM, participaron de la puesta en escena a finales del semestre pasado.
“Esto fue un junte entre las dos secciones de las clases. Unimos las mejores escenas del semestre, se adaptaron y el hilo que hilvanó todo tuvo relación con el título. La trama giró en torno a una inundación en un estacionamiento. Lo que hicimos fue adaptarlas y las enlazamos con las improvisaciones. El principal reto fue que eran dos secciones apartes, romper con ese núcleo de cada grupo, para que en vez de dos, formáramos uno. Con la ayuda de los chicos de Juegos dramáticos, todos los talleres y las dinámicas se dieron para crear una unidad más grande”, expresó la catedrática.
Esta representación, de manera concreta, abordó diferentes temáticas, entre ellas: el suicidio, la burocracia, los problemas de salud mental, los conflictos políticos y la diversidad sexual. El poder creativo del grupo y la dirección escénica resultaron efectivos.
Las obras que se integraron a las improvisaciones fueron de la autoría de tres dramaturgos españoles: Cartas de amor a Mary, de José L. Alonso; Epitafio, de Jorge Díaz; y La consulta, de Ángel Camacho Cabrera. Mientras que las escritas por autoras puertorriqueñas fueron: Libretos para el tajo del alacrán, de Lydia Milagros González; y El gran circo eucraniano, de Myrna Casas.
“En la obra interpreto el personaje de Loli, la sobrina de doña Encarnita. Fueron dos semanas de trabajo arduo. Ella se encuentra estacionada en el área blanca y dos grueros se pelean por sacar su carro de la inundación”, manifestó Cristal Henríquez, estudiante de Agronomía.
Mientras que la colegial Mairim Areizaga González, de Ingeniería Mecánica, interpretó a doña Encarnita, rol que compartió con Krystal Torres Díaz, quien estudia el tercer año de Ingeniería Industrial.
“Encarno a la tía de Loli, una anciana muy amorosa que vuelve loco a cualquiera. Ha sido muy interesante el proceso de caracterización, pues lo primero que hice fue ir al clóset de mi abuela y utilizar sus objetos. Me identifiqué con ella”, afirmó Mairim.
Por su parte, Michael G. Carmona Soto, del Departamento de Ingeniería Industrial, personificó a un poderoso empresario, aspirante a un puesto público y que participaba en un debate televisivo.
“Para mí fue un reto el proceso de memorizarme tantas líneas y el miedo escénico que tenía al subir a una tarima. La profesora nos enseñó técnicas de improvisación y técnicas teatrales. Fue un aprendizaje, supe cómo manejar el tiempo y participar en una obra que considero que resultó excelente. El próximo semestre tomaré la segunda parte del curso”, indicó.
Por otro lado, Christian Nieves Rosado, de Física, hizo el papel de un animador de televisión.
“Siempre me ha gustado imitar, nunca había tenido la oportunidad de actuar en teatro y decidí matricularme en la clase. Me tocó realizar una improvisación, y en otra parte hice un monólogo. Busqué muchos vídeos para realizar la actuación. Esta clase me ayudó mucho a saber expresarme en público”, afirmó.
A la estudiante Lourdes Caraballo Mercado, alumna de maestría en el Departamento de Inglés, le correspondió romper la cuarta pared en el escenario, que es cuando se interactúa directamente con los presentes. A ella le tocó interpretar la agitadora de masas para que las condiciones de los estudiantes mejoren.
“Mi personaje se encuentra en medio de una fila y se molesta por tanta espera. Creo que hace una crítica en general sobre los asuntos que nos ocurren a la misma vez. En el curso aprendí que uno presta el cuerpo para transformarse en ese otro rol”, sostuvo la joven sobre su proceso de aprendizaje.
Como parte de la acertada crítica social que hace la obra, es importante reconocer la labor que realizaron estos jóvenes, que en algunos casos, hicieron su primera aparición en un escenario. Además, la trama confirma las diferentes vicisitudes que enfrentan los universitarios que reclaman mejores condiciones en las instituciones educativas y en todo el país.
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Presentan la obra Tercera llamada: Área blanca se va a inundar en el RUM
