Catedrática estudia terremoto mexicano
La doctora Alesandra C. Morales Vélez, catedrática auxiliar del Departamento de Ingeniería Civil y Agrimensura del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), fue seleccionada para participar en una misión que estudia los efectos en infraestructura causados por el devastador terremoto del pasado 19 de septiembre en México.
El proyecto, conocido como Geotechnical Extreme Events Reconnaisance (GEER), es auspiciado por la Fundación Nacional de la Ciencia (NSF), y tiene como propósito reunir a expertos en las disciplinas de ingeniería, geotecnia, geología, así como científicos de la academia, la industria, el gobierno y otras organizaciones para que acudan a lugares donde han ocurrido eventos extremos, realicen un reconocimiento detallado, documenten las observaciones y obtengan valiosa información que pueda ser utilizada en investigación avanzada.
Una de esas situaciones catastróficas la vivió la nación mexicana, por segunda ocasión en menos de dos semanas, justo un día antes del paso del ciclón María por Puerto Rico, con un terremoto de magnitud 7.1 cuyo epicentro se localizó aproximadamente a 60 kilómetros al sureste de Puebla. El movimiento telúrico cobró la vida de cientos de personas y causó daños graves a la infraestructura de varias ciudades, incluso en algunos casos destruyó en su totalidad escuelas, iglesias, edificios comerciales y complejos de vivienda.
Ya aceptada para una de las misiones organizadas para el sismo ocurrido diez días antes en Oaxaca, a la doctora Morales Vélez le llegó la notificación el mismo 19 de septiembre de que, en su lugar, formaría parte de uno de los dos grupos que irían al área del más reciente temblor cercana a la capital. Luego de superar un sinfín de escollos por la situación que vivía la isla, entre ellos lograr salir en avión desde el aereopuerto de Aguadilla, llegó finalmente a su destino.
“Esta es mi primera misión con GEER levantando datos de un terremoto de tal magnitud. Nunca había visto tanta destrucción frente a mí. La resiliencia del pueblo mexicano es digna de admirar. Fueron siete días intensos, trabajando desde las 7 de la mañana hasta las 9 o 10 de la noche cuando finalmente llegábamos al hotel y nos daban el informe de los hallazgos del día. Ver ciudades completamente destruidas, ver a las personas durmiendo en casetas de campañas en las aceras, es una vivencia que te marca, que te hace parar, respirar y pensar. Fue una experiencia única ayudar a México y colectar los datos que servirán para avances en la ciencia en cuanto al entendimiento de los daños causados por estos temblores", reveló la experta en el área de geotecnia.
Según contó la catedrática, ya había solicitado con antelación para formar parte de una de estas misiones, por la gran oportunidad profesional que representa y, sobre todo, por tratarse de una experiencia de vida transformadora. Hizo lo propio para los pasados terremotos en Italia y Ecuador, pero no pudo entrar antes por tratarse de propuestas muy competitivas, en las que solicitan más de 100 candidatos, mayormente procedentes de prestigiosas universidades de toda la nación estadounidense.
“Siempre dan la oportunidad a un senior faculty y un junior faculty como yo. Obviamente, la parte técnica uno la domina, pero en esta en específico hacía falta alguien que hablara español y tuviera esa afinidad cultural también porque necesitábamos permisos para poder entrar a lugares que estaban restringidos, había mucha presencia militar porque podían colapsar en cualquier momento. Era mucho más fácil que yo estuviera porque nos expresamos igual, somos igual de cálidos; yo les explicaba de lo que trataba nuestra visita y rápido me decían ‘pase doctora’ ”, relató.
La doctora Morales Vélez, a quien le impactó mucho observar trágicas escenas en su recorrido, era una de las dos integrantes latinas del colectivo que componía también un profesor chileno y era una de las dos mujeres, responsabilidad que compartió con la líder Tara C. Hutchinson, catedrática de la Universidad de California en San Diego, especializada en ingeniería estructural.
“Logramos hacer un montón de cosas gracias a que ella es súper estructurada; no titubeaba, nadie le podía decir que no a sus instrucciones en las que tomaba en consideración el trasfondo de cada uno porque habían expertos en puentes, en suelos, en las fundaciones, deslizamientos y velocidad de ondas, que es lo que a mí me interesa. Esos siete días estudiamos los efectos de terremoto en diferentes zonas, hicimos pruebas de campo, pudimos medir perfiles de velocidad de onda y mediciones ambientales de ruido. Son pruebas extensas, pesadas. Nos levantábamos muy temprano, hacíamos una pequeña reunión, nos dividíamos por lugares y el trabajo era sin parar hasta la noche”, detalló.
El colectivo ya publicó el primero de dos reportes en la página de GEER y trabaja el segundo, que comprende un análisis más exhaustivo y estará disponible en este mes. También esperan producir dos artículos técnicos que comenzarán a preparar en 2018 y aparecerán en el Earthquake Spectra, la publicación oficial del Earthquake Engineering Research Institute.
“Ha sido una experiencia enriquecedora porque compartes con expertos en el área y ves el efecto en su máxima expresión. En las clases, diseñas, estudias, analizas, pero tener la oportunidad de ir a ver inmediatamente los daños que ese terremoto causó, ya sea en puentes, en los edificios, o en estructuras blandas, es invaluable. Mi área es comportamiento sísmico en los suelos, cómo los suelos responden ante cargas dinámicas en estos eventos, eventualmente un tsunami y en instancias como estas regresas con información ilimitada que vas a incorporar en la enseñanza”, reiteró.
Con manos llenas por todo el trabajo que le ha surgido tras esa labor, la doctora Morales Vélez, también fue seleccionada para participar en la nueva misión de GEER que estudia los daños de los huracanes Irma y María en Puerto Rico. El colectivo lo integra otro colegial, el doctor K. Stephen Hughes, del Departamento de Geología del RUM.
“Estoy con mucho trabajo, pero yo lo hago por mi universidad y mis estudiantes porque les sirvo a ellos, son mi motor, para cuando uno vaya a dar las clases ellos tengan esas experiencias y darles ese extra. En mi clase de Métodos numéricos estábamos hablando del concepto de error y les expliqué que si te equivocas en un examen, te quitan puntos, pero en la práctica privada te equivocaste y ¿qué pasó? Les enseño una foto de México y les advierto: ‘te botan porque murió gente, se cayó un edificio completo y eso es imperdonable’. Siempre va a haber error, pero tenemos que minimizarlo, estimar, aproximar lo mejor posible y determinar tolerancia, factores de seguridad”, puntualizó al enfatizar en la responsabilidad que tiene un profesional de la ingeniería civil.
SOURCE: http://www.uprm.edu/portada/article.php?id=4053 |